Guerras no televisadas: la paradoja de Donbás, ‘zona cero’ del olvido
Por Iñaki Alrui. LQSomos.
Siete civiles muertos en Donetsk y Lugansk en un día, fue el pasado viernes 25 de febrero, por ataques de Kiev, es una de las ultimas noticias que dan las agencias, sobre los ataques persistentes de Ucrania. Una noticia que se ha repetido día tras día en los últimos ocho años, aunque el triunvirato que controla la información internacional (American Associated Press, Agence France-Presse, Reuters) hayan ignorado la información de esta zona del mundo, salvo cuando interesadamente han hecho apología del samaritano ejercito ucraniano
Lo que no se cuenta no existe, aunque sea la verdad de un conflicto armado que, por el momento, se ha cobrado ya más de 14.000 muertos, 30.000 heridos, 1,4 millones de desplazados y 3,4 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria.
La memoria es uno de los grandes aliados de las potencias occidentales para la guerra, el asedio a Donbás pertenece al olvido, a lo ignorado. Así, cuando ahora se ha iniciado el ataque ruso a Ucrania es bueno recordar que los conflictos no parten de cero, de la nada.
Dicho lo anterior, rápidamente apostillo que no tengo ninguna simpatía por Putin ni sus compañeros de la oligarquía rusa, para mí son tan miserables como todo el entramado que compone la OTAN, la mayor organización de terrorismo internacional organizado, o como el supuestamente antagónico Joe Biden. Y es una pena tener que empezar haciendo estas aclaraciones en una humilde nota que intenta informar y dejar algo de opinión, pero la manipulación es tan grande que ha conseguido reducir todo a: con nosotros o con ellos. Como si solo se pudiera decir “¡Viva la OTAN!” o bien “¡Viva Rusia!”.
Tras las protestas del Maidán y el posterior golpe de Estado, los habitantes de las repúblicas de Lugansk y Donetsk no subscribieron las políticas destructivas, en un clima de terror y de control totalitario, que se establecían desde Kiev en contra de su cultura y de su idioma (1). Y ahí arranca el castigo de las tropas ucranianas (con sus batallones nazis a la cabeza) desde hace ocho años por medio de todo tipo de armamento, donado por el Occidente “demócrata”, de manera continuada a diversas poblaciones de la región de Donbás, con el único objetivo de castigar a la población civil, una guerra unilateral de Ucrania contra las Republicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), sumidas en un cerco militar que se salta todas las convecciones internacionales y pactos de Derechos Humanos (2).
Ucrania ha intensificado desde mediados de febrero de este año sus bombardeos con artillería pesada contra las ciudades y pueblos de Donetsk y Lugansk en la peor ola de violencia desde que se firmaron los Acuerdos de Minsk en septiembre de 2014 y febrero de 2015 para una solución política al conflicto. La situación se agravó después de que Estados Unidos y otros países de la OTAN entregaran toneladas de armas al presidente ucraniano, Vladímir Zelenski. Miles de personas huyen de los ataques ucranianos. Más de 120.000 refugiados se encontraban en Rusia antes del ataque de Putin.
En estos días acceder a información directa de la Donbás es prácticamente imposible, pues como es bien sabido para protegernos de la DESinformación, en Europa, nos prohíben elegir los medios con los que queremos informarnos. La artillería del pensamiento es parte de la guerra.
La palabra “Donbás” es una abreviatura del nombre ucraniano “Donetskyi baséin”, ‘cuenca del Donets’, por el río que la atraviesa (3). El Donbás es una región rusoparlante con frontera por el oeste con Ucrania, y por el norte y el este con Rusia, al sur la baña el Mar de Azov.
Cronología de un conflicto con ocho años de edad
2013
– 21 de noviembre. El presidente ucraniano Viktor Yanukovich decide posponer la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, pues el gobierno consideraba que era económicamente desfavorable para el país. Esta decisión desencadena una serie de acontecimientos, muy bien organizados y sincronizados, englobados en la denominada Revolución del Maidán, también conocida como Euromaidán. Tanto Yanukovich como Moscú lo denuncian como un golpe de Estado promovido desde Occidente. Además la implicación de la extrema derecha ucraniana en el “Euromaidán” fue tan clara que diferentes medios occidentales de los llamados “neutrales” (BBC, Reuters, The Wall Street Journal…) advirtieron sobre su protagonismo en los disturbios.
2014
– Febrero: Yanukovich decide abandonar el país.
– 16 de marzo: Crimea celebra un referéndum de autodeterminación para la integración en la Federación de Rusia. Gana el ‘Sí’ (participación: 83,1% de la población; “sí”: 95,77% de los votos). El 20 de marzo la Duma rusa ratifica el acuerdo por el que Crimea se incorpora a Rusia. Ucrania retira sus tropas de Crimea el 24 de marzo.
– 6-7 de abril: Activistas rusófonos toman sedes de la administración regional en ciudades del este de Ucrania: Donetsk, Jarkov, Lugansk, Slaviansk o Gorlovka.
– 2 de mayo: Una marcha fascista recorre Odessa, se encaminan hacia la Casa de los Sindicatos (a cuyas puertas hay establecido un campamento de manifestantes anti-Maidan, de ascendencia rusa). Los nazis rodean el edificio y lo prenden fuego con todas las personas, que han entrado para protegerse de la marcha nazi, dentro. Cincuenta personas murieron calcinadas. Los manifestantes gritaban “muerte a los rusos”. Hubo gente que trataba de huir del incendio y se tiró desde los pisos a la calle, donde eran recibidos con barras de acero y golpeados hasta la muerte por los manifestantes. En este criminal ataque desaparecieron 150 personas, que a día de hoy no se sabe donde han acabado.
– 12 de mayo: Donetsk y Lugansk proclaman sus respectivas independencias, después de los referéndums del 11 de mayo. Con una participación del 74,87 % de la población, un 89,07 % votó a favor de la independencia, y un 10,19 % en contra, 0,74% de votos nulos. Los referéndums se celebran en medio de ataques armados por parte de Ucrania, y sin observadores occidentales, aunque sí será seguido por multitud de medios informativos y en la hemeroteca quedan las imágenes de las filas interminables para ejercer el derecho a decidir. De inmediato, las dos nuevas repúblicas piden integrarse en Rusia, pero Rusia se abstiene.
El ejercito ucraniano declara la guerra (en primera línea pondrá a sus batallones Azov, Aidar, de declarada ideología nazi, véanse sus fotografías enarbolando banderas con la esvástica) e inicia el acoso militar y sanguinario contra las poblaciones prorrusas.
– 25 de mayo: Petro Poroshenko gana las elecciones, anticipadas, presidenciales en Ucrania (en la actualidad esta acusado de financiación del terrorismo y alta traición ante la Justicia ucraniana por haber autorizado la compra de carbón del Donbás durante su mandato).
– 17 de julio: Derribo de un avión de Malaysian Airlines con 298 pasajeros en Donetsk. Una comisión internacional concluyó cuatro años después que el derribo se produjo por un misil lanzado desde territorio controlado por los independentistas.
– 5 de septiembre: Entra en vigor un alto el fuego (Minsk I), lo avala el Cuarteto de Normandía, un grupo diplomático compuesto por representantes de alto nivel de Alemania, Rusia, Ucrania y Francia. Casi de inmediato estalla la segunda batalla por el Aeropuerto Internacional de Donetsk, y ambas partes se acusándose mutuamente de violaciones del alto el fuego.
– 15 de septiembre: El partido del presidente ruso, Vladimir Putin, gana las elecciones a las cámaras legislativas de las adheridas Crimea y Sebastopol –esta ciudad con estatus especial, importante puerto y base naval de la Armada rusa, está ubicada en la misma península de Crimea–.
2015
– 26 de enero: Kiev decreta el estado de emergencia en Donetsk y Lugansk.
– 12 de febrero: Se firman los acuerdos de Minsk II. Si en agosto de 2014 Ucrania había sufrido la derrota de Ilovaisk, en febrero de 2015 se enfrentaba a la inminente pérdida de Debaltsevo, un nudo de comunicaciones básico para la estabilización del frente y para garantizar la supervivencia de las Repúblicas Populares y su población. Ante el riesgo real de que esas derrotas, que ya habían causado retiradas ucranianas, supusieran la descomposición de las agrupaciones de primera línea, Ucrania firmó unos acuerdos que nunca pretendió implementar y que trató de reescribir prácticamente desde el primer momento.
La tregua se rompió la primera semana de junio con una escalada intensa de violencia en torno a Márinka y en la práctica totalidad de las fronteras de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk.
– 16 de diciembre: El Gobierno ucraniano impone un bloqueo comercial a Crimea, ante lo que Rusia suspende el acuerdo de libre comercio con este país.
2017
– 3 de marzo: La República Popular de Donetsk rompe lazos comerciales con el resto de Ucrania.
– 1 de septiembre: Entra en vigor el Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea.
2018
– 31 de agosto: El presidente de la República de Donetsk, Alexandr Zajarchenko, muere en un atentado, en el centro de la ciudad de Donetsk. La ministra rusa de exteriores, María Zajárova, declararía: “Existen todos los motivos para suponer que detrás del asesinato está el régimen de Kiev, que en más de una ocasión ha utilizado métodos similares para eliminar a disidentes”.
– 11 de noviembre: Los líderes interinos Denis Pushilin (Donetsk) y Leonid Pasechik (Lugansk) ganan las elecciones en sus respectivos territorios.
2019
– 21 de abril: Vladimir Zelenski vence a Poroshenko en la segunda vuelta de las presidenciales ucranianas.
– 8 de diciembre: Ucrania y Rusia reanudan negociaciones sobre el Donbás en la cumbre de París. Dos días después Putin y Zelenski fijan un calendario para avanzar hacia la paz.
2020
– 3 de junio: El Parlamento de Lugansk adopta el ruso, el idioma más hablado en el Donbás, como única lengua oficial del territorio, en perjuicio del ucraniano. Desde la caída de la URSS, el único idioma oficial en Ucrania es el ucraniano.
2021
– 3 de abril: Kiev y Moscú se acusan mutuamente de movilizar tropas en la frontera para posible ofensiva.
– 13 de abril: Rusia envía dos ejércitos y tres unidades aerotransportadas a sus fronteras occidentales.
– 17 de abril: Cuatro buques de guerra rusos pasan del Egeo al mar Negro en dos días.
– 23 de agosto: 46 Estados y organizaciones, entre ellas la OTAN, firman en Kiev la Plataforma de Crimea, en la que Occidente, con prepotencia amenazante, exige a Rusia la “devolución” de la península a Ucrania.
– 16 de diciembre: La UE amenaza a Moscú con sanciones si invade Ucrania.
– 17 de diciembre: Propuesta de la diplomacia Rusia dirigida a EEUU
2022
– 14 de enero: Ucrania denuncia un ciberataque masivo contra sitios web gubernamentales.
– 20 de enero: La Armada rusa anuncia ejercicios a gran escala en todo el territorio federal con la participación de más de 140 buques y casi 10.000 soldados.
– 21 de enero: Reunión en Ginebra entre el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov. Moscú espera que Washington responda por escrito a su exigencia de garantías de seguridad, que incluyen, entre otros puntos, poner freno a una mayor expansión de la OTAN.
– 21 de febrero: Rusia reconoce oficialmente a las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk
– Anotación final de cronología: DURANTE ESTOS OCHO AÑOS LA POBLACIÓN DE DONBÁS HA ESTADO SOMETIDA A BOMBARDEOS Y ATAQUES CONSTANTES. Con todas sus infraestructuras destrozadas, la población con dificultad de acceso al agua potable, sin electricidad, sin radio, teléfono o televisión, con las principales vías de comunicación destrozadas, viviendo casi en el aislamiento absoluto.
Siete años después de los acuerdos de Minsk, el proceso se encuentra estancado. Kiev sigue negándose a conceder la autonomía al Donbás, tal y como establece el texto. Ante la falta de reacción de los mediadores de París y Berlín, alineados descaradamente con las posiciones ucranianas, Rusia ha buscado negociar directamente con EEUU, quienes son los verdaderos patrocinadores de la política de Kiev. Los europeos observan ahora como espectadores los intercambios ruso-estadounidenses sobre la seguridad del Viejo Continente, y alarmados por la guerra iniciada entre Rusia y Ucrania, eso sí, todos con la cabeza agachada y al servicio de la OTAN.
El sufrimiento humano merece toda la solidaridad en Donbás, en Ucrania, en cualquier parte del mundo donde las poblaciones civiles son las primeras víctimas de los conflictos armados. Es una pena, muy triste, que en estos ocho años de ataques continuados contra las poblaciones de Donbás la solidaridad no haya estado presente. Ahora que se vuelve a gritar el “¡No a la guerra!”, aunque tarde, es un buen momento para la solidaridad con quienes sufren la guerra; pero por favor, no seleccionemos siguiendo las indicaciones de la OTAN, el dolor humano no entiende de líneas del frente ni de fronteras.
Nos televisan los ataques rusos a territorio ucraniano, pero la guerra (más bien agresión) en Donbás también sigue sucediendo, aunque no lo sepas, aunque no sea televisada.
Notas:
1.- La ascensión del fascismo en Ucrania
2.- La hipocresía de un “No a la guerra” que llega muy tarde
3.- Donbás
– Otras guerras NO televisadas, aquí
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