La Antología de Siete Nueve
Nació en el 79 y se juntó con Conciencia Poética a grabar en el 97. El número le salía por todas y así surge Siete Nueve. Criado en Villa Palmeras, específicamente entre las calles Betances y Ruiz Belvis, de padres dominicanos, el hiphoper le dio “candela” a su mamá como el mismo dice. Se salió de la escuela en décimo y le gustaba la calle. “Después volví a estudiar y me gradué”, dice. Pero la conciencia política le nació en la calle. Conoció a Luis Díaz y a Yalzee: “en los paris de rap que se hacían en Carolina. Ellos ya tenían una formación ideológica”. Así empezó a escribir cosas “con conciencia” y conoció la historia de Puerto Rico y muchas cosas que no aprendió en la escuela.
Hace 10 años empezó a trabajar con El Trabuco: Efraín Martínez en la batería, Bayrex en el piano y Ariel Robles en el bajo. De allá para acá Siete Nueve ha hecho colaboraciones con artistas de diversos géneros, particularmente del jazz, como Charlie Sepúlveda, William Cepeda y David Sánchez. Sepúlveda y Cepeda aparecen en su nueva producción discográfica, Antología, como artistas invitados en algunos de los once temas, de los cuáles tres eran inéditos.
Siete Nueve grabó su primer disco con Conciencia Poética -que lo componían él, Luis Díaz y Yalzee, los últimos dos son ahora Intifada-. Y tiene dos discos como solista, siempre con Nuff Ced. Esta es la primera vez que graba con la banda y lo hace con el apoyo de Calle 13 en la producción ejecutiva. En el disco aparecen además Benson Pagán en la guitarra, el percusionista Enoch y DJ Adam “tirando la música dentro del proyecto”.
Los arreglos estuvieron a cargo del bajista Ariel Robles y de Bayrex, el pianista. “Se grabó en un formato en vivo en un mismo cuarto todo. Se le hicieron cambios bien mínimos después de la grabación. Es como se grababa la salsa antes”, dice, orgulloso, el cocolo confeso. “Colecciono salsa desde hace mucho tiempo, soy fanático a muerte de Ismael Rivera, para mi ese es el mejor y no hay otro igual. Pero después de eso desde la música de los 50 hasta la Fania, latin jazz, Irakere, música cubana, Miles Davis, John Coltrane, música folklórica, afroperuana, últimamente aprendí a escuchar rock”.
Siete Nueve escribe todo lo que canta. “Siempre rapiaba, desde chamaquito. La primera canción que escribí se llamaba Estrés mental, tenía unos 14 años, empecé a desahogarme por esa vía”. Después le va naciendo lo que él identifica como su conciencia política. Le sale por los brazos en forma de tatuajes de la cara de Hostos, Betances y Albizu, le sale en la lengua y en su manera de mirar el mundo. “Precio por sangre es el primer tema de contenido social que escribí. Habla del prejuicio racial y la xenofobia que viví desde niño”.
El proyecto lo tiene bien entusiasmado y ocupado. “Esta es la primera vez que me dedico full a la música, llevo siete meses intentándolo. Trabajé en un almacén por 15 años, manejando el inventario, recibiendo mercancía”.
Aunque no le ve muchas posibilidades a que ocurran cambios políticos significativos en la Isla tiene fe en la gente. Y se alegra de la posibilidad de que la situación mejore en su Santurce natal. “Espero que ahora la cosa crezca más, se ha visto un movimiento de reconstruir el barrio. En muchos de los sectores de nosotros empiezan a construir y a desarrollar y va desapareciendo el barrio. Hay que darle mucho cariño a lo que estaba abandonado: la placita de los salseros, a la casa de Ismael Rivera. ¡Se puede hacer un museo de Maelo en esa calle! Creo que vendría mucha gente. Están siempre enfocados en Condado en Ocean Park pero cuando pasas de la Loíza pa’ Villa Palmeras, en la parte de nosotros, por las aceras no se puede casi ni caminar”.
¿Y qué crees de la derrota de Santini? “Es como un respiro, todo el mundo está contento en San Juan. Espero que la cosa mejore, era una figura de censura: el arte, los pequeños comerciantes, el deporte, estaba todo silenciado. Que recoja y que se vaya pa’l carajo ya”.