La Línea Negra un hilo infinito
Por Fabiola Calvo. LQSomos.
“El territorio existe desde que todo era oscuro, era de noche, era espíritu y la Línea Negra dice que el territorio existe desde antes que existiera físicamente, nos lo dieron los padres creadores. Sigue existiendo física y espiritualmente”, lo dice Margarita Villafaña, lideresa del pueblo Arhuaco.
El territorio ancestral de los pueblos Arhuaco, Kogui, Wiwa y Kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta (SNSM) se rige por los principios de integralidad y conectividad, que se expresa a través de Shi, un hilo infinito que nace en el cerro Kabusankwa, envolviendo toda la Sierra desde arriba hacia abajo, y hasta el último círculo, al pie de los cerros finales de la Sierra, junto con sus conectividades en el mar, o lo que hoy se conoce como la “Línea Negra”, es con esta explicación que inicia el Informe sobre los derechos territoriales de estos pueblos de la Sierra, publicado en diciembre de 2021.
Este vínculo con el territorio que no es sólo físico, mantiene y sustenta a estos cuatro pueblos que quieren y buscan mantener su identidad, es el alineamiento en el que trabaja Margarita con la infancia, adolescentes y género porque sienten que en la relación con “los otros” su cultura se debilita.
En la cosmogonía de los pueblos indígenas la integralidad hace parte de su todo, y en ese todo, las mujeres representan el territorio. “Cuando se crea la tierra… surge de una mujer. Nacemos, crecemos, menstruamos, concebimos y nos desarrollamos y tanto la mujer como la tierra somos sujetas de derecho, la tierra no habla, pero es un ser vivo que sostiene a los seres vivos”, dice con ritmo pausado Margarita.
Ella continua sin alterar su tono “si se afecta la tierra y los sitios sagrados se afecta a las mujeres o viceversa, se mutila poco a poco el útero, y queremos que se comprenda que para nosotros los sitios sagrados no son un metro, es un territorio con puntos especiales. Hablamos de una cadena de movimiento del sistema, cada uno juega una función”.
Sin embargo la relación con “los otros” ha traído “los riesgos y las amenazas a los que hoy se ve enfrentada la garantía y goce efectivo de esta territorialidad indígena, y en particular aquellos derivados de la inseguridad jurídica de los derechos territoriales de los pueblos Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo; el avance de la política minera sobre este ámbito territorial; así como aquellas asociadas al turismo”, asegura el Informe.
Al igual que en diferentes lugares de Colombia, el panorama del conflicto armado es una amenaza más a la vida, la integridad y la autonomía de los pueblos de la SNSM, de la Línea Negra, “en donde se precisa su lugar en la memoria y la construcción de paz”.
Para los pueblos indígenas la delimitación y titulación de los derechos territoriales constituye un deber internacional del Estado colombiano para que se les garantice el reconocimiento de la posesión, los usos tradicionales y el acceso a los espacios sagrados, sin los largos procesos administrativos y técnicos que cada uno requiere, léase como tramitología y burocracia.
De acuerdo al informe “cabe anotar que el proceso de ampliación a diferencia de los demás procesos de formalización, requiere identificar la función ecológica de la propiedad, realizada por el Ministerio de Ambiente. La función ecológica considera: biodiversidad y ecosistemas; territorio y autonomía; usos y conocimientos tradicionales; y finalmente Ordenamiento territorial”.
No obstante, denuncian que ha existido la presencia de otros actores, como colonos, que han ingresado al territorio y han causado daños ecológicos como la tala de árboles, así mismo la disputa territorial que afecta la seguridad jurídica de los territorios indígenas.
El informe reconoce que de manera progresiva el Gobierno Nacional y los jueces constitucionales, han plasmado en normas y tutelado en sentencias el sistema de espacios sagrados de la Línea Negra que lo expresa el Decreto 1500 de 2018 en su expresión más reciente.
Sin embargo, la presencia de proyectos extractivos de minería e hidrocarburos, promovidos por políticas públicas e incentivos económicos, ejercen presión ambiental y social sobre los pueblos indígenas, desconocimiento y no reconocimiento de los territorios indígenas y los espacios sagrados de los cuatro pueblos de la Sierra. Es una manera de vulnerar sus derechos y no respetar la consulta previa.
El Observatorio de los Derechos Territoriales de los Pueblos Indígenas subraya que “La SNSM es el sistema montañoso litoral más alto del mundo, su variedad de ecosistemas y especies endémicas de flora y fauna la convierten en uno de los lugares más biodiversos del país y del mundo, por esta razón cuenta con diferentes figuras de protección ambiental como Reserva de biosfera de la UNESCO, zona de reserva forestal Ley 2 de 1959 y Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta para conservar su riqueza natural”.
En ese trasegar de los pueblos Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo, con los múltiples problemas por el territorio, pero con la fuerza que éste le ha dado durante siglos, Margarita Villafaña alienta a “la sociedad mayoritaria para que actuemos de manera ordenada, dialogada, que se reconozca que existimos jurídicamente para que articulemos desde la visión ambiental y cultural el respeto a la vida”.
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@fabicalvoocampo
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