La profecía de Dante, de Daniel de Culla
Lord Byron en “La Profecía de Dante”, dando matraca al Papa, viene a decirnos lo que le dijo un fraile a un cura, “que no creía ni en la puta de su mula”, recordando lo que dijo el que repartía a cucharadas la sopa de ajo en la fiesta mayor de Roa: “a los de fuera, churruchada y media; a los de casa, churruchada basta", que “la mente no puede creer en la existencia de dios”, recordando a Percy Bysshe Shelley en su “La necesidad del ateísmo”.
Como los muchachos del Instituto Luis Vives que leen “El Rey Peste” de Edgar Alan Poe y que nos cuentan que la reina o duquesa quería escupir y dijo al rey que la diese lugar. El dijo:
-No escupáis, que me iré de putas.
Ella le detuvo diciendo:
-No escupiré, aunque me ahogue.
Y los muchachos de la Vera de Plasencia que piensan sobre los juicios a un letrado de cartapacio de pareceres como una burla, diciendo, refiriéndose a las componendas fulleras, que la justicia corresponde al dinero o la amistad y que en tiempos que da frutos la higuera sólo hay higos para los amigos. Y que para el común estudiantil no may mejor cocina española que la de sopas con hostias.
Que somos marineros de la embarcación “free and easy”, “abre fácil”, que salimos por pies de las tabernas, sin blanca y sin cigarra; que nos encontramos en la basura y espeluznante sociedad bajo el dominio de la peste del paro. Donde el estrambótico cortejo de funcionarios sinceramente nos dice:
-En el alma tengamos bigotes y barba, que es el tiempo.
Suponemos que lo dicen los que no tienen ni bigotes ni barba y contra los ingratos, que cuando tienen no conocen a sus bienhechores, que ya lo dijo Buckhur St. en “La tragedia de Ferrex y Porrex”: “Los dioses sufren y toleran a los reyes esas cosas que aborrecen en los caminos de la chusma”.
Que es como decir “Aquí morirá Sancha la Bermeja, más de Belinchón será la dehesa”, que los de Santo Domingo de la Calzada dicen que competían con los de Bañares, lugar vecino, en una dehesa, y acordaron poner dos bebedores, uno de cada parte, y que ganase el que más bebiese. Se dice que ganó Sancha la Bermeja, competidora con otra bebedora y que habiéndose bebido dos cántaros, estando ya tendidas, la Sancha se animó y pidió un cuartillo más, con que venció y reventó.
Justo al lado, en Zorita de la Mancha, junto a Madrigal, llegó una zorra, llamada “La Pepa” al lecho donde hacían el amor Calixto y Melibea, viendo una mosca o mosquito, en la nalga izquierda de la dama y preguntó:
-¿Qué haces, mosca?
Respondió:
-Follamos.