De la verdad, la mitad… o mejor, nada
Daniel de Culla. LQSomos. Septiembre 2017
Apago la tele, pues me veo únicamente limitado a la boca Asnal, marca España, contra Cataluña, donde un grito de Libertad, un clamor muy pequeño en el campo de minas que han plantado los Asnólogos hispanos. Pero yo, reflexionando más que nada, y sabiendo que de la verdad que nos cuentan, la mitad… o mejor, nada, me pongo la música y los videos de The Kills – Doing It to Death (De entierro), donde escucho y veo a dónde van las glorias que se merecen los Asnos y los mortales todos que nos gobiernan y somos gobernados por un sacro facha Rebuzno. También escucho, y veo, deleitado por las imágenes, I’d Kill for Her (Maté por ella) – The Black Angels, donde para engaño y desengaño de los mortales, asnales y humanos, vemos cómo los Asnólogos evangélico nazis, made in usa, bailan con alegría la pena de no haber lanzado sobre las naciones de sus guerras más que unas ochocientas bombas, que según sus pruebas y razones, las fábricas de armamento deben fabricar más y más.
Sacado de mis investigaciones, veo hasta qué punto llevan los Asnólogos la vida de los mortales y los Burros sacro fachas o fundamentales, que no perdonan gastos ni fatigas para reprimirles en beneficio propio, en un performance de vida y muerte, como nos canta el grupo Vagina Town en su Full Performance (Performance Total), que veo y escucho. Asnos por excelencia y sin igual en esencia, presencia y potencia, y que en zaga les van los demás grupos.
Es muy poco lo que se ha escrito sobre Rebuznos de guerra entre moros y cristianos, como, antiguamente, entre indios y colonos, aunque las bibliotecas públicas nos proporcionen libros, códigos, manuscritos y mamotretos, sin poder desentrañar de ellos ni un ápice de la verdad Rebuznatoria, aunque los entendidos la sabemos, (y siempre somos los imparciales y juiciosos). ”El camino siempre está abierto a la muerte”, nos indicaron los césares, los dictadores, los tiranos. Felices de nosotros si conseguimos echar de nosotros el Asnólogo que nos habita, pues la verdad es que siempre a nuestros perros les pillaron lamiéndose el cipote y a las perras ladrando gravemente en todas las eras.
La antigüedad nos hace ver bien claro que el cruel y asesino Capital se nutre de las guerras. En la presente edad muestra lo mismo; y lo mismo será en la venidera. Ojo al tiempo, y cuidemos de nuestras perras y perros…