Memoria, verdad y justicia

Por Vicent Maurí Genovés*
El 24 de marzo es una fecha cargada de significado en Argentina, donde se conmemora el Día Nacional de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Esta jornada recuerda y condena el golpe de estado militar de 1976, que dio paso a una de las dictaduras más brutales de la historia contemporánea del país, marcada por la represión, las desapariciones forzadas y las torturas. Más de 30.000 personas fueron secuestradas, asesinadas o desaparecidas durante ese período de terror.
En esta fecha, se rinde homenaje a las víctimas de la dictadura y se reivindica el incansable trabajo de las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, que luchan desde hace décadas por la verdad y la justicia. Estas mujeres valientes, junto con las entidades memorialistas y el movimiento sindical, representan un símbolo de resistencia y dignidad. Su labor va más allá de la recuperación de la memoria histórica, ya que también se extiende a la defensa de los derechos humanos y la justicia social.
En este contexto, es esencial denunciar la política revisionista del presidente Javier Milei, que banaliza el golpe de estado y las graves violaciones de derechos humanos. Sus intentos de relativizar los crímenes de la dictadura constituyen un ataque directo a las víctimas y a la sociedad argentina en su conjunto. Pero este revisionismo no es exclusivo de Argentina. En el Estado español y en el País Valenciano, sectores de la derecha y la ultraderecha promueven una visión distorsionada del pasado. Este fenómeno global, impulsado por la internacional ultraderechista, pretende borrar las memorias colectivas de lucha contra las dictaduras y los regímenes autoritarios.

El 24 de marzo es también una jornada de alerta. Las políticas neoliberales del gobierno argentino están empobreciendo a la clase trabajadora y a los sectores sociales más vulnerables, como las personas jubiladas, que han sido reprimidas recientemente por movilizarse en defensa de sus derechos. Estas políticas no solo recortan los derechos básicos, sino que también desmantelan los servicios públicos fundamentales, como la educación, la salud y la seguridad social, erosionando así las conquistas históricas del pueblo argentino.
Además, la movilización social es clave para oponerse a la venta de los recursos del país a manos privadas, hipotecando su futuro. El discurso de libertad de mercado que acompaña estas medidas es una nueva forma de represión económica y social, que castiga a los sectores más vulnerables, al igual que en otras épocas.
Desde el País Valenciano, expresamos nuestro apoyo al pueblo argentino en su lucha por la verdad y la justicia. También nosotros sufrimos los ataques a la memoria histórica, con el intento de sectores de la derecha y la ultraderecha de blanquear la dictadura franquista. Esta lucha es global, y la solidaridad internacionalista es más necesaria que nunca para defender los derechos conquistados y evitar la manipulación de la historia.
Por eso, es fundamental apoyar las movilizaciones del 24 de marzo y reafirmar nuestra solidaridad con el pueblo argentino. Las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, las organizaciones de derechos humanos, el movimiento sindical y las entidades memorialistas merecen no solo nuestro reconocimiento, sino también nuestra acción activa en defensa de la verdad, la justicia y los derechos de la clase trabajadora y de las personas y colectivos sociales más vulnerables.
El 24 de marzo no es solo un día para recordar el pasado, sino una llamada urgente a comprometernos con un futuro más justo, solidario y respetuoso con los derechos humanos y la dignidad de todos los pueblos.
* Activista social, pensionista, sindicalista, País Valenciá.
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