Miradas
Vivimos tiempos difíciles para la mayoría, tiempos que recuerdan al pasado del brazo alzado y cruces en las escuelas. Pasado de hambre, de represión, de voces silenciadas y vidas rotas. Un pasado que nunca se fue del todo, del que todavía queda algo. Un pasado que como tinta sobre papel mojado impregnó a España. Una España que sigue sucia, manchada y pisoteada. Una España de vencedores y vencidos, de homenajes al fascismo y cunetas en el olvido.
España de miradas perdidas en las colas del paro, de miradas exhaustas de buscar una solución y no encontrarla. Miradas avergonzadas de cabeza gacha de padres y madres de familia en los comedores sociales. Miradas llenas de lágrimas de impotencia frente a miradas que buscan un trozo de pan que llevarse a la boca, a esa pequeña boca que tienen los niños y niñas de este país que pasan hambre, esas miradas que no encuentran nada y se van a la cama con un agujero en el estómago… Miradas de indiferencia que pasan junto a gente que rebusca en la basura algo que comer, unos céntimos que les salven el día. Miradas sucias y con ropa vieja que junto a un pequeño cartón en el que se lee: "No tengo trabajo, no tengo familia, tengo hambre." piden caridad, piden ayuda a gritos desde el más absoluto silencio…
Miradas de dignidad de los que aún pelean por lo de todos. Miradas de ánimo de la gente que no se ha rendido, que no se rinde, que no piensa hacerlo. Miradas de orgullo tras cada logro, tras cada victoria aunque sean pocas. Miradas que dicen: "¡Venga, sí se puede!", de alegría y de esperanza, de caminos hacia la utopía y hacia un mundo mejor. Miradas de rabia, de puños cerrados frente a uniformes, cascos y hombres armados. Miradas de odio al opresor y solidaridad con el oprimido. Miradas que buscan venganza y otras que simplemente buscan justicia. Miradas de lucha tras cada barricada, de decisión tras cada acto organizado, de consecuencia ante cada situación. Miradas de rostros tapados que dan la cara. Miradas desafiantes. Miradas duras, de piel curtida y cicatrices. Miradas que cierran los ojos sabiendo que mañana la lucha continúa que no nos van a regalar nada, que vamos a cogerlo.
Miradas, tan diferentes y tan iguales. Miradas. Al fin y al cabo sólo miradas.