Otra calle desborbonizada
Arturo del Villar*. LQS. Marzo 2019
Ellos han adaptado a su caso el viejo refrán castellano “Ladran, luego cabalgamos”, al más actual de “Ladran, luego reinamos”, y por reinar tienen a su servicio a los militares, policías, magistrados, jueces, fiscales, carceleros, cardenales y obispos
Molesta incluso ver su nombre rotulado en una calle, de modo que los vecinos reclaman que se extirpe para que no quede vestigio de su estirpe. En Barcelona la Avinguda de Borbó ahora se llama Avinguda dels Quinze, por acuerdo del Ajuntament adoptado este 9 de marzo, con los votos favorables de Esquerra Republicana de Catalunya, Barcelona en Comú y el Partit Demòcrata Europeu Català.
El nuevo nombre solicitado por los vecinos del Nou Barris barcelonés rinde homenaje a la nostalgia, ya que se refiere a los 15 céntimos que costaba a comienzos del siglo XX el tranvía 46, en su recorrido de la Plaça de Urquinaona a Torre Llobeta. Sentir melancolía de 15 céntimos parece de una pobreza enorme, pero no importa: cualquier nombre es preferible al de los borbones, opinan los vecinos. El valor de ellos en conjunto no alcanza ni a 15 céntimos. Ni a una perra chica, como las llamábamos cuando la unidad monetaria era la peseta, y los 5 céntimos una perra chica. A los borbones no los quiere nadie, fuera de los partidos políticos dinásticos que hacen buenos negocios con ellos, los que dicen ser el Popular, el Socialista y el de los Ciudadanos. Tres mentiras.
El 14 de abril del año pasado, cuando los vecinos del barrio celebraban el aniversario de la II República, de un grupo salió la propuesta de eliminar a los borbones del callejero, porque les molestaba verlos colgados en una pared. Colgado su nombre solamente, por supuesto. La idea fue muy bien acogida por la Taula Unitària per la República y la Associació de Veïns de Torre Llobeta Vilapicina. Se redactó una petición al Ajuntament en tal sentido, firmada por 1.500 personas y todas las entidades del barrio. El 5 de octubre el Consel Plenari del District inició el trámite del expediente, ahora concluido favorablemente.
Los borbones son perdedores, pero siguen
De ese modo los borbones continúan perdiendo su nombre de las calles, en correspondencia con una realidad constatada: en Catalunya desprecian a los borbones, y lo demuestran quemando públicamente su fotografía y su bandera, burlándose de su himno, impidiéndoles celebrar actos, en primer lugar la entrega de los premios de la Fundació Princesa de Girona, a la que no reconocen; pitándoles e insultándoles en los espacios públicos a los que acuden, pintando frases despectivas contra ellos en las paredes, declarándoles personas non gratas en sus instituciones, y también eliminando su nombre de las calles.
El sentimiento no es exclusivo de Catalunya, aunque los ciudadanos del país lo demuestran fehacientemente. Los vasallos de su majestad el rey católico mantenemos una opinión antiborbónica generalizada, promovida por sus actividades. Solamente necesita ser bien encauzada, para que se repita lo sucedido en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Si los más de doscientos grupos y grupúsculos republicanos se unieran en una conjunción nacional, la República ganaría todas las votaciones. Pero eso es una quimera impracticable. Ser español republicano es una logomaquia que se autodestruye.
Y la familia irreal probablemente se divierta mucho, incluidos sus compis yoguis y sus barraganas, al leer noticias acerca del rechazo popular que despierta cada uno de sus integrantes, empezando por el que está en la cárcel convicto y confeso de habernos robado cuanto quiso, y de lo que no nos ha devuelto ni un céntimo. Ellos han adaptado a su caso el viejo refrán castellano “Ladran, luego cabalgamos”, al más actual de “Ladran, luego reinamos”, y por reinar tienen a su servicio a los militares, policías, magistrados, jueces, fiscales, carceleros, cardenales y obispos. En tal caso, ¿qué podemos hacer los republicanos? Pues entretenernos quitando su nombre de los rótulos callejeros. Con precaución, que a mí me detuvieron y ficharon por hacerlo. Aunque con ese sistema se necesitarán siglos para desborbonizar a España.
* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio.
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