Otro diluvio universal… de credulidad y de obediencia

Por Nònimo Lustre

Enclaustrados en esta España beata y anticonstitucional -¿ya no es aconfesional?-, con paciencia digna de un Job republicano tuvimos que soportar la reciente Semana Santa (SS)  Obligados al zapeo ahíto-compulsivo, caímos breves minutos en la que creímos era la película menos meapilas de la parrilla televisiva: La Biblia de John Huston 1966, larguísima y cinematográficamente deleznable obra de un Huston que, para colmo, nos defraudó con unas interpretaciones de Dios y del patriarca Noé que consideramos las peores de sus actuaciones como actor -rotundamente inferiores a su papel como padre incestuoso en Chinatown (Polanski, 1974) donde también se llama Noé-Noah Cross. Noé y Cruz… demasiadas coincidencias, ¿fueron casualidad?

La SS 2024 ha sido tan morbosa, tremendista y sanguinaria como cualquier otra SS -aunque, quizá, más omnipresente en las cloacas mediáticas que las SS anteriores. Para consuelo de otros países realmente ‘aconfesionales’, ese ventajista diluvio mediático estuvo circunscrito al Reyno de España -no enfermó al resto de los “países-de-nuestro-entorno”, manido latemotiv que, desde nuestra barricada, solemos situar no en Escandinavia sino en Beluchistán.

Las 4.000 o 5.000 religiones que inficionan el Planeta son terroristas por naturaleza, concretamente porque el Infierno es el principal activo (negativo) con el que cotizan en ese Mercado de Futuros cuyos principales agentes de bolsa son las jerarquías religiosas. Y ese terrorismo, numinoso y trascendental, alcanza su máxima expresión en la SS. Haber escogido esas fechas es sorprendente: ¿porqué no culminar en Navidad los ritos más espectacularizados?; el nacimiento de un dios, ¿es menos importante que el suplicio de ese mismo dios? Pues sí… en la lógica psicopática de los purpurados del Vaticano. Los Papas et allii han dictaminado que los nacimientos son supersticiosos. Y la superstición sólo puede ser superada, como sugería Petrarca, por la norma de que Un bel morir tutta la vita onora.

En los siguientes párrafos y parágrafos, observaremos la SS à la española desde algunos episodios mistéricos que abarcan desde barreños navegables hasta una royal family en estado hipnótico de sumisión al profundo terrorismo del Crucificado.

Fotograma de La Biblia, película dirigida por John Huston y producida por Dino de Laurentiis en 1966. Noé (John Huston) contempla su Arca -rectangular y con el tejado a dos aguas de su castillete. Ninguna embarcación de su bíblico tiempo era ni remotamente parecida a esta forma.

En Génesis 6:14–16, un dios ordena a Noé que construya su celebérrima Arca (tēvāh) con maderas de un elusivo árbol. Además, exige al crédulo Patriarca que la atiborre con todos los animales existentes para que así se salven las bestias y los humanos de un inminente Diluvio Universal. En las versiones inglesas, el elusivo árbol es un “gopher” pero todavía no sabemos con certeza qué puede ser un gofer. Incluso hay algunas referencias a que el Arca pudo ser hecha con tablones de gofrit (גָּפְרִית, brimstone en inglés, aproximadamente madera azufrosa o azogada) Unas hipotéticas comparaciones no nos ayudarán puesto que, supuestamente, Moisés construyó el Arca de la Alianza (Covenant) ‘con árboles de acacia’ y/o, asimismo, el rey Salomón hizo en madera de olivo las puertas que la resguardaban. En resumen, maderas escasamente náuticas.

Sea como fuere, Noé se apresuró a cumplimentar el divino dictum y calafateó el Arca con brea o bitumen (kopher), la barnizó por dentro y por fuera con kāphar y sus probables dimensiones fueron: manga, 300 cubits (ammah) =137 m; eslora, 50 cubits = 23 m; calado, 30 cubits =14 m. Dícese que era un enorme barco con tres puentes lo que supone unos 40.000 mts ² -el triple si creemos en que tenía 3 puentes. Okay, la Biblia escribe “árbol de gopher” pero, ¿qué especie arbórea es la gofer: ¿cedro, ciprés, pino?

Quien desconfíe de la desmesurada magnitud del Arca (más de 100.000 mts ²), recuerde las edades atribuidas a personajes bíblicos como Matusalén (969 años) y/o Adán (930 años) El mismo Noé vivió 950 años pues murió 350 años después del Gran Diluvio. Y también recuerde el lector/a que tan tremendas longevidades eran las propias de los sátrapas mesopotámicos. Si creemos en la lista oficial de los reyes sumerios 1-17, Eridu, el más famoso de sus soberanos, gobernó durante 28.800 años -mismo lapso que Enmengalanna o Enmenluanna-, pero otros de sus entronizados colegas duraron todavía más tiempo: Alalgar y el pastor Divino Dumuzi, reinaron 36.000 años y Tibira, 43.200.

La zafia conseja hídrica elevada a Mito-de-Noé, hipertrofia por vía religiosa una gran tormenta que nunca fue universal pero que sí afectó a algunos países mediterráneo-mesopotámicos -creció porque el Numen Trascendental es de natural desmedido. Y los afecta todavía cuando, munidos con las antiparras de la Credulidad, vemos las ¿frecuentes? inundaciones, cada día más televisadas. Pero, ahora, aunque Noé nació lejos de Palestina -probablemente, en el actual Irak mesopotámico-, es el mito nacional en el que descansa el Sionismo Contemporáneo por un motivo: porque es descaradamente totalitario y apocalíptico. Por ende, funciona de maravilla para ampliar a toda la Naturaleza el ansia imperialista de corroe al sionismo, siempre añorante de llegar a la Dominación Universal ascendiendo a lo planetario desde lo pueblerino -las ‘tribus’ vecinas de Anatolia-Palestina y sus cunas mesopotámicas. Ahora bien, desde los tiempos de Noé, las Ciencias han ‘adelantado que es una barbaridad’. Ya no son sólo las aves y los mamíferos del Arca sino también las piedras y, sobre todo, las Plantas. Pero no preguntemos qué carajo pastaban los herbívoros y/o desgarraban los carnívoros mientras navegaban hacia el monte Ararat. Menoscabar cualquier mito, es señal de pésima de educación.

Por muchas razones no sólo de astillero sino también insultantes para el sentido común, descartamos el pesado mazacote de un Arca pan-zoológica cuya torpe descripción convencional -i.e. propagandeada por el Cristianismo-, nos atosiga desde nuestra más tierna infancia. ¿Es posible que Noé no capitaneara un armatoste cuadriculado sino, quizá, una barca más adecuada a las aguas de aquel Viejo Testamento?: lo es. Según autores modernos como Finkel (cf. infra), el clan de Noé atravesó el temporal en una kufa o en varias.

La kufa

Una kufa en Bagdad 1914

La kuffah, quffa, coracle, canoa, currach, piragua, dou o dao / dhow, barca ballenera, etc. es una embarcación semiesférica usada desde hace milenios en muchas cuencas fluviales de todo el mundo. Su estabilidad y su capacidad de carga son dudosas pero su fabricación es archiconocida por unos peculiares ‘carpinteros de ribera’ -por lo demás, noble oficio en trance de desaparición. Viendo las ilustraciones que siguen, en cuanto a la segunda, es obvio que las kufas no podrían cargar más que unas pocas parejas de bestezuelas domésticas -un casal de y otro de ovinos pero difícilmente una pareja de bovinos. Por lo tanto, hemos de entender que acumular en estas palanganas de río nada menos que todo el reino animal es pura propaganda religiosa, esa que se caracteriza por hacer comulgar con ruedas de molino a los creyentes más crédulos y obedientes -precisamente, los mismos que procesionan en SS.  Solución clerical: asegurar que el rescate zoológico se desarrolló en varias kufas.

El Arca de Noé en el monte Ararat,
por Aurelio Luini (1545–1593)

Las cumbres mellizas del Monte Ararat, gran atractivo para los pintores europeos
del Romanticismo y para los peregrinos que buscan desde hace milenios
encontrar en ellas la tumba de Noé -seguro que acabarán encontrándola,
como ya encontraron hasta la más pequeño astilla de la Lignum Crucis.

(parte de este parágrafo y casi todas estas ilustraciones están en Irving Finkel. 2014. The Ark before Noah. Decoding the Story of the Flood. Doubleday, ISBN 978-0-385-53711-7 (hardcover) ISBN 978-0-385-53712-4 (eBook)

Las procesiones de Semana Santa

Las Cofradías son la espina dorsal y los sesos de esa tremebunda SS que se manifiesta en unos ritos sexualizados hasta la pornografía. Un delirio patente en el apogeo de patíbulos y de potros de tortura, de reos en paños menos que menores, de santos ensangrentados y de vírgenes acezantemente castradas. En definitiva, un espectáculo que, de ser proyectado en una pantalla, administrativamente tendría la etiqueta de ‘gravemente peligroso, sólo para mayores de edad’.

Si somos tan imprudentes como para creer en la Historia Oficial -realmente, la auténtica Hª Sagrada-, las Cofradías nacieron a finales del siglo XV. Las más antiguas son las de la Vera Cruz en la Corona de Castilla y las de la Sangre de Cristo en la Corona de Aragón. In illo tempore, eran desfiles muy sencillos que corrían a cargo de a) los flagelantes Hermanos de Disciplina’ y b) los que enarbolaban antorchas o Hermanos de Luz.

Hoy, tres o cuatro millones de cofrades procesionan en una SS à la española que, si creemos a sus tonsurados promotores, vive su edad de oro o de plata desde que dizque terminaron los irreverentes años 1970’s y su infame correlato, la Transacción (sic) Dícese que hay más de 10.000 cofradías y es posible que esta cantidad sea aproximadamente cierta pero nunca podremos firmarla puesto que está controlada en exclusiva por los obispos. Sería fácil comprobar el porcentaje de ateos, agnósticos y relapsos que desfilan como costaleros o como masa indeterminada pero ningún obispado calculará jamás unos balances que serían tan reales como incómodos para su torticera pretensión de hacernos creer que España es ‘católica a machamartillo’ -inmejorable dicho popular de la afamada voluntariedad -es un decir- que preside toda evangelización.

Sea cual sea el número de ateos y de relapsos, durante los larguísimos días de la SS hispana, el diluvio mediático suele ser total. Para los vaticanistas, las incesantes grabaciones de los espectáculos de sumisión a la Cruz son una forma idónea para “acercar la Iglesia” a un pueblo que susurra su catolicismo trentino (contra-reformador) dentro de una sociedad secularizada. Visto desde el extranjero, algunos guiris indocumentados creerán que lo musitan clandestinamente cuando es más cierto que, desde el nefasto edicto de Milán 313 -justificado por el pretexto de implantar la libertad religiosa-, el emperador Constantino se abismó en lo cristiano, los adictos a la Cruz jamás han necesitado refugiarse en la clandestinidad.

Naturalmente, su dilatada posesión del Trono -y de la Corona-, ha facilitado que la SS sea tenida como consecuencia lógica de una “arraigada tradición” que, esto nadie lo niega, ha acumulado un colosal patrimonio artístico. Ahora bien, ¿puede llamarse arraigada una usanza de sólo cinco siglos?: seguramente no pero, desde Roma, aun sabiendo que ni siquiera tiene 500 años de edad, se insta subrepticiamente a que ese pillaje procesional sea etiquetado como “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad” y, por ende, que su rentabilidad quede a cargo de los acreditados contables de la Iglesia -especializados en mutar el vino en agua bendita- y su obra física, quede blindada para posesión nuda de la clerigalla.

La auto-acreditada Tradición española, apenas consiguió ser aceptada en aquellos lugares europeos que estuvieron regidos por el Imperio español. ¿Cómo explica la Iglesia católica que América Latina, Nápoles o Flandes no hayan imitado los ritos de la SS peninsular? A nuestro juicio, por varias razones que nos remiten a la sangre de la Invasión contra las Yndias y al sacrificio humano que subyace al espectáculo tauromáquico; en ambos casos, gruesas vetas sanguinolentas que, quizá, satisfacen el ansia homicida. Por su parte, los obispos patrios, adictos al facilismo que ronda el plagio, responden a la anterior pregunta jurando que las procesiones de la SS prosperan desde hace siglos porque representan cumplidamente el temperamento o la forma de ser de los españoles -hoy dirían, su idiosincrasia indefinible término polisémico nada comprometido. Bueno… pero, ¿en qué se manifiesta esa idiosincrasia?: según un cardenal, en que los españoles están “muy obsesionados con la muerte” unido a que “la muerte de Cristo es el paradigma de toda muerte, que se supera a sí misma por la Resurrección”. En tal caso, ¿cuándo estalló la obsesión macabra pesadilla?: los Ungidos por el Vaticano se libran muy mucho de su origen que, indudablemente, es el genocidio franquista.

Hasta en el mundano Madrid hay cofradías, por ejemplo, la Hermandad de Jesús del Gran Poder y la Esperanza Macarena -1.300 cofrades divididos en 120 costaleros varones todos, 60 por cuadrilla y cien nazarenos. Seis horas okupando las calles de la capital con pasos de unos 50 kgs. per capita de cada costalero -ídolos o muñecos vestidos de azul en los Cristos y de verde en las vírgenes. Previamente, la susodicha Hermandad ha comprado flores, insignias, túnicas y han abrillantado la plata parroquial.

En otro orden geográfico, nos disgusta profundamente la actual deriva esotérico-autoritaria del gobierno de Nicaragua pero aplaudimos que, esta SS 2024, haya prohibido 3.176 o 4000 procesiones. En un país ensangrentado desde hace décadas, hubiera sido redundante encontrar más sangre por las calles.

Tras la tempestad de la pandemia, la tempestad coronada

Cuando, en el maldito año 2020 se desató la pandemia del Covid 19, se impuso el confinamiento de toda la población. Una de sus medidas colaterales fue decretar la prohibición de todas las procesiones (09 mayo, Orden SND/399/2020) Lamentablemente, esa Orden dejó a los obispados la potestad de autorizar los actos públicos característicos de su católica religión -procesiones, rosarios de la aurora, Vía Crucis, etc. Oficialmente, poco duró esta modesta cortapisa pero, en la realidad, se mantiene hasta hoy como demuestra que los obispos siguen controlándola. Y ahora, todavía con más estruendo mediático porque, en este año 2024, acaban de obtener el nihil obstat de la Casa Real. España ya no es aconfesional sino vergonzantemente monárquico-católica.

El Majestuoso Clan de la Zarzuela, ha honrado en Madrid la procesión del Encuentro. Lo ha perpetrado como si fuera una familia normal. Pero, solamente con observar la nube de escoltas que la rodea, todos sabemos que no es normal: ¿por qué se empeña el nuevo Jefe de la Casa Real en hacernos obedecer su nueva política populachera? Sepa, excelentísimo señor Camilo Villarino (n. 1964), que ninguna política monárquica es nueva -ni buena. Aunque la mona se vista de esparto… mona (royal) se queda.

La fermosísima y ahora famosa procesión madrileña del Encuentro entre la Madre Virgen y el Hijo divino. Charreteras y morriones sintéticos y, al fondo, el hotel de superlujo que ocupa las antiguas oficinas de un banco que fue absorbido por otro banco.

La spanish royal family en Madrid contemplando católicamente
la procesión del Encuentro.

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– Imagen de portada: Marismas del sur de Irak, mediados del siglo XX: mudhif, arquitectura con juncos de la tribe Al-Essa. Como veremos infra, hubiera sido más arqueológicamente adecuado que los escenógrafos de la susodicha película hubieran abandonado la ridícula idea del barco rectangular y, en especial, que hubieran escogido los juncos como material para su construcción.

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