Paramilitares uribistas intentan asesinar a periodista alemana
Por Raúl Ramírez. LQSomos.
Luis Carlos Vélez ‘lamebotas’ le puso una diana en la espalda a la Alemana Rebecca Sprober al decirle en una entrevista que era “grave que gente como ud venga a Colombia a hacer lo que no puede hacer en Alemania”
Las vergüenzas de Colombia
La periodista alemana Rebecca Sprober llegó a Colombia antes de la pandemia. Quería aprender a bailar salsa. El ritmo la hizo enamorar de Cali en donde se quedó y fue testigo del empobrecimiento de miles de caleños por el encierro.
Luego vino el paro. Una vez fue a Puerto Resistencia y tuvo empatía con la lucha de los jóvenes, pelaos que en nada se parecían a ella, que máximo habían salido a la esquina de la casa a diferencia de ella que había recorrido medio mundo.
Fue tanta la conexión de Rebecca con esos chicos que se quedó en Puerto Resistencia. En ese rincón de Cali, asediado por la Policía y por paramilitares, estuvo viviendo día y noche durante los más de dos meses que duró la toma. Allí rió con las ocurrencias de los colombianos, allí amó ante la humildad de los colombianos, allí lloró por la muerte de colombianos asesinados por otros colombianos.
De la guerra sabía por los libros: sabía que en Europa se mataron alemanes con polacos, rusos con ucranianos, chipriotas con turcos. Pero que compatriotas con compatriotas se mataran, de eso no sabía. Lo supo aquí, en las calles de Cali.
Por su empatía con los jóvenes de primera Línea, Rebecca fue amenazada de muerte. Hace cuatro días el periodista uribista Luis Carlos Vélez la interrogó. Ella no calculó que el adulador del poder, el mismo que hostigó a Petro por sus zapatos Ferragamo, que puso a cantar y a tocar guitarra a Duque y que le pidió a Biden que por caballerosidad aceptará el triunfo de Trump, la iba a emboscar y a estigmatizar. La decencia de la alemana no repelió esa emboscada mediática tendida desde los micrófonos de RCN.
La joven fue atacada por un sicario
Se salvó porque un muchacho que la acompañaba la cubrió con su cuerpo recibiendo él los trece disparos.
La prensa no dijo nada de ese ataque a esta extranjera que se enamoró de Colombia pero que ocupó la orilla que disgusta a los aduladores del poder. Qué vergüenza esa prensa que, además de inocular odio hacia los que protestan, ampara a los asesinos ocultando sus ataques, como el cometido contra esta alemana a la que la extrema derecha no le perdona haber tenido empatía con unos jóvenes levantados en dignidad.
Mi solidaridad y respeto hacia Rebecca Sprober y mis inmensos deseos por la recuperación del valiente joven Primera Línea que se puso de escudo humano por salvarle la vida a esta alemana. ¡Ambos son admirables!
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