Pongamos que hablo de Ernesto

Pongamos que hablo de Ernesto

Che-especialMónica Oporto. LQSomos. Octubre 2014

“Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas.” Rodolfo Walsh.

Qué decir que no haya sido dicho acerca de quien se jugó la vida y se jugó la muerte… porque creyó que sería posible un hombre nuevo en mundo mejor…
Que no tranzó con los pragmatismos políticos.
Que persiguió el horizonte siguiendo la utopía.

Paradójicamente el gigante de siete leguas del imperialismo conquistador-arrasador-abrasador-vampírico-implacable, en esa dinámica que le es propia, lo fundió en remeras, posters, pins… y de cuanta forma comercializable pudo echar mano. Los engranajes lo trituraron, lo vendieron, lo redujeron a un mero objeto generador de ganancias con la esperanza de deslegitimar su imagen, de vaciar de contenido sus hechos.

Da para pensar si es eso bueno o malo. Puede que malo… si, porque justamente fue usado y fagocitado por aquello contra lo que él luchó. Pero también es bueno… si, también, porque la imagen y con ella la palabra y el recuerdo (su recuerdo) pasaron de generación en generación, pero es una continuidad que acompaña lo central que es la memoria colectiva. Porque hay quien piensa la realidad y la refleja, le pone palabras para explicarla, rescatando de muchas formas su mensaje.

Alguien, haciendo un paralelo entre dos luchas, parafraseó irónicamente la frase de Eva Duarte y el uso de la figura del Che, con aquello de: “Volveré… y seré remeras”. para que no se cumpliera tan desgraciada profecía y que no fuera un objeto de moda, un ícono vacío de contenido que se impuso porque “es lindo, aunque no se quién es…” y fuera un tatoo mas de un catálogo… entonces, los artistas, intelectuales del canto y de la letra, lo llevaron atravesando el tiempo, desterritorializándolo y destemporalizándolo, para que fuera un terreno común a tantas generaciones.

Atahualpa Yupanqui lo dijo así : “Me gusta mirarlo al hombre/ plantado sobre la tierra/ como una piedra en la cumbre/ como un faro en la rivera / nada mas… nada mas… Alguna gente se muere para volver a nacer/ alguna gente se muere para volver a nacer / El que tenga alguna duda/ que se la pregunte al Che/ nada mas… nada mas” (3) Ese “muerto que no acaba de nacer” que canta en la murguita del sur el Pelado Cordera de la Bersuit, o ese gallo fuerte, Gallo Rojo, emprendedor, que le puso el pecho a la muerte y a la suerte, “… eras fuerte y peleabas como un gallo/ gallo rojo tan valiente / comandante de este barrio / no importaba si eran diez / si eran veinte o si eran mil / eras grande sol de Mayo” (4) , y ese HOMBRE, a quien dedicó Silvio Rodríguez. “Hombre, hombre sin muerte, /la noche respiró tu suerte, / hombre de buen destino, / y hay luces puestas en camino.” Esa misma figura a la que cantaba Rolando Alarcón: “Su presencia Comandante, /está viva está lozana/ en la vida cotidiana/, en el trabajo gigante…” (5)

Benedetti lo vio de esta manera:

“…Lo han cubierto de afiches / de pancartas
de voces en los muros
de agravios retroactivos
de honores a destiempo

lo han transformado en pieza de consumo
en memoria trivial
en ayer sin retorno
en rabia embalsamada

han decidido usarlo como epilogo
como ultima Thule (1) de la inocencia vana
como anejo arquetipo de santo o Satanás

y quizás han resuelto que la única forma
de desprenderse de El
o dejarlo al garete
es vaciarlo de lumbre
convertirlo en un héroe
de mármol o de yeso
y por lo tanto inmóvil
o mejor como mito
o silueta o fantasma
del pasado pisado

sin embargo los ojos incerrables del Che
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mundo no entienda
que treinta anos después siga bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre” (2)

¿Cuál es ese otro Che, el que no fue digerido por el sistema; ese Che emergente a pesar de la mugre capitalista, luchando para desprenderse de ese sistema perverso que sigue provocando profundas desigualdades, miseria, concentración de la riqueza en pocas manos mientras miles mueren día a día y poco a poco, justamente por los que él levantó su lucha?.

Ese médico desgreñado, incansable lector, ministro, incansable caminador que luchó contra su asma escalando en México aquella montaña (que nunca lo venció) y nos mostraba que se puede, que puede haber cosas difíciles pero no imposibles si hay voluntad. Ese Che Ernesto cuya moto conoció América y sus pobrezas. Que se plantó ante la farsa de ayuda de migajas del imperio, en la conferencia de la O.E.A. (siglas que, según Fidel, significan: Olviden Eso Ahora) y citó de memoria aquella hermosa poesía de León Felipe, una oda al verdadero trabajo, a lo que debería ser el esfuerzo y el compartir el esfuerzo; el trabajo que produce “cosas útiles para los demás” (6), al trabajo-creador, al trabajo como ofrenda solidaria al prójimo:

“Pero el hombre es un niño laborioso y estúpido
Que ha hecho del juego una sudorosa jornada
Ha convertido el palo del tambor en una azada
Y en vez de tocar sobre la tierra una canción de júbilo
Se ha puesto a cavarla” (7)

Ese mismo fue quien nos anticipó lo que vendría más tarde: la estructura imperialista se “perfeccionó” y creó a los fondos buitre, insaciables de dinero y poder. Nacidos de las entrañas imperialistas, vinieron al mundo para mostrar lo que es la deshumanización del humano que es o que son en sí mismos; se alzaron con lo material y siguen construyendo su imperio que abarca en extensión pero excluye y elimina en condición. Sobrevuelan una humanidad convulsionada y eligen al más débil para caerle con sus garras.

Nunca mejor descrito por él cuando decía aquello de: “la bestialidad imperialista, bestialidad que no tiene una frontera determinada ni pertenece a un país determinado, bestias fueron las hordas hitleristas como bestias son los norteamericanos hoy, como bestias son los paracaidistas belgas, como bestias fueron los paracaidistas franceses en Argelia. Porque es la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, la que los convierte en fieras sedientas de sangre que están dispuestas a degollar, a asesinar, a destruir hasta la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota que luche por la libertad. Y la estatua que recuerda a Lumumba fue destruida pero será reconstruida, nos recuerda esa historia trágica de ese mártir de la revolución del mundo que NO SE PUEDE CONFIAR EN EL IMPERIALISMO NI TANTICO ASÍ, NADA”. Ernesto estaba describiendo una etapa superior del imperialismo hoy con nombre y apellido: FONDOS BUITRE.

Los FONDOS BUITRE son los antropófagos de las finanzas que se comen países. A algunos los muerden, los desgarran a dentelladas, los mastican, los engullen con facilidad, otros se defienden “como gato panza arriba”, también luchan contra ellos, como Argentina desde hace años y en particular ahora.

Otros tiempos, otras luchas. Pongamos que hablamos de Ernesto, lo quitamos de las remeras y de los posters, mejor lo volvemos a leer.

Otras notas de la autora

Imagen: Fotomontaje de Mar G. Orozco

Notas:
1.- Expresión de José Ingenieros
2.- Thule es un término usado en las fuentes clásicas, para referirse a un lugar, generalmente una isla, en el norte lejano, a menudo Escandinavia . Última Thule en la geografía Romana y medieval puede también denotar cualquier lugar distante situado más allá de las “fronteras del mundo conocido”.
3.- Benedetti Mario: Che 1997
4.- Atahualpa Yupanqui: Nada mas (milonga)
5.- Fabulosos Cadillac: Gallo rojo
6.- Carta al Che, Rolando Alarcón
7.- León Felipe: La rosa de harina

Mónica Oporto

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Nos obligan a molestarte con las "galletitas informáticas". Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar