Por si no lo sabes: el correo electrónico contamina

Por si no lo sabes: el correo electrónico contamina

Por Cecilia Remis.

Según un estudio de la Royal Society informado por el World Economic Forum, las tecnologías digitales contribuirían a la producción de las emisiones mundiales en un porcentaje comprendido entre el 1,4 % y el 5,9 % del total. Sorprendentemente, el tráfico aéreo es responsable del 2 %

Creemos que los correos electrónicos, al igual que las redes sociales, en sí mismos no contaminan, no emiten sustancias químicas y parece que no generan residuos que dañen el medio ambiente… pero la cantidad de energía que se requiere para mantener los servidores y la infraestructura necesaria para enviar y recibir correos electrónicos tiene un impacto negativo en el ecosistema, a lo que hay que sumar el consumo de millones de litros diarios de agua potable para refrigerar los equipos.

Tal como recoge una interesante nota de la BBC “Why your internet habits are not as clean as you think”: la huella de dióxido de carbono de un correo electrónico es de 4 gramos de CO2. Sin embargo, si contiene archivos adjuntos muy pesados, puede llegar a 50 gramos por correo electrónico. En un año, un consumidor típico que utiliza el correo electrónico para el trabajo puede llegar a emitir 135kg de CO2.

Los centros de datos y actividades de las grandes empresas tecnológicas como Google, Meta, Amazon y Microsoft consumen importantes volúmenes de agua dulce y energía. Conllevan además una serie impactos ambientales, consumen altos recursos de minería y generan desechos de difícil manejo, entre otras consecuencias nada virtuales de sus actividades. Son también un importante factor de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).Data center de Google en Dallas. En el próximo data center de Montevideo, se usaran en su periodo de mayor demanda hasta 7 millones 600 mil litros diarios de agua de agua potable. Esto es equivalente al consumo diario de 55 mil personas en Uruguay…

La razón principal es que los correos electrónicos pasan de un servidor a otro en todo el mundo. Estos consumen electricidad para mantenerse alimentados y para sus sistemas de refrigeración. Estos servidores son la parte física del mundo digital.
Cada dato, texto, visualización, share y envío de correo electrónico pasa por los servidores en cuestión. La electricidad que necesitan para funcionar y mantener una temperatura estable aumenta con el aumento de los megabytes de datos procesados. Entonces, cuanto más pesado es un correo electrónico, más huella de carbono tiene.

La estimación es que cada uno de nosotros, anualmente, produce alrededor de 135 kg de CO2 solo con su correo electrónico, el equivalente a unos 320 km en automóvil.

De hecho, solamente en Reino Unido se envían más de 64 millones de correos electrónicos innecesarios. Los correos electrónicos de este tipo son: «Bueno, gracias», «¿Recibiste mi correo electrónico?» o los enviados al compañero sentado en el escritorio a dos metros de distancia. La suma total de las toneladas de CO2 emitidas cada año por este tipo de correos electrónicos es de 23.475.
Como señala la BBC: “si cada adulto en el Reino Unido enviara un correo electrónico de agradecimiento menos, se podrían ahorrar 16.433 toneladas de carbono al año. Que sería el equivalente a sacar 3.334 coches diésel de la carretera, según un estudio realizado por la compañía energética OVO”.

El spam, además de ser molesto, también es contaminante: según las estimaciones del servicio antispam Cleanfox, el usuario promedio recibe 2.850 correos electrónicos no deseados cada año. Estos son responsables de 28,5 kg de CO2.

El consumo está aumentando, el streaming de audio y vídeo es el principal responsable del crecimiento exponencial del uso de internet y del consiguiente aumento de las emisiones: representa el 63% del tráfico global. Además, el juego en vivo aumenta un 19% cada año. En un escenario donde los jóvenes pasan cada vez más horas consumiendo videos en las plataformas sociales.
Los datos para el futuro no son buenos. Según la Institution of Engeneering and Technology, la previsión es que el consumo se duplique para 2025.

Por un lado, están los consumos generados por la manufactura de los dispositivos como smartphones, ordenadores y los propios servidores, y por el otro la energía que consumen. Según websitecarbon.com, la mayor cantidad de energía que se desperdicia es el uso de la función de búsqueda, ya que pone en funcionamiento más de un servidor. La búsqueda web, por ejemplo, emite 1,7 gramos de CO2 por página consultada, mientras que un sitio web con 10.000 páginas vistas al mes emite 211 kg de CO2 al año.

Aquí hay algunos pequeños gestos diarios que pueden marcar digerencias:
• Pensar antes de escribir
• Volver a leer antes de enviar
• Evitar los “CC” innecesarios
• Utilizar listas de correo de forma inteligente
• Evitar los correos electrónicos no concluyentes
• Recordar el anexo
• Vaciar el buzón
• Eliminar boletines que no nos interesan
• Limitar el uso de la función «responder a todos» en los correos electrónicos de grupo
• Tratar de usar Wi-Fi
• Recordar apagar el ordenador al final del día
• Desactivar la reproducción automática en podcasts o plataformas de streaming en línea
• Intentar no utilizar más de un dispositivo al mismo tiempo.

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