Premio antiterrorista para el rey

Premio antiterrorista para el rey

Por Arturo del Villar.

La Fundación Alberto Jiménez—Becerril entregó el pasado día 23 de junio de 2023 el IX Premio contra el Terrorismo Alberto Jiménez—Becerril a su majestad el rey don Felipe VI, por haberse distinguido en la lucha contra el terrorismo. El acto se celebró en el Ayuntamiento de Sevilla. Hizo la entrega del galardón Alberto Jiménez—Becerril, presidente de la Fundación que lleva el nombre de su padre, y también suyo

Nuestro señor el rey leyó unas palabras de agradecimiento y satisfacción por recibir este premio, y con mucha falsa modestia se dirigió así a los presentes: “Es para mí un honor muy grande, que quiero compartir con todos los españoles porque (permitidme que así lo diga) lo considero esencialmente un reconocimiento para el conjunto de nuestra sociedad.” Es una demostración de fingida humildad que el señor absoluto de las voluntades de todos sus forzosos vasallos solicitara permiso a los invitados al acto para leer una idea que le redactó el escriba real.

No se comprende que pidiera ese permiso para hablar precisamente cuando acababa de demostrar su condición de rey absoluto al declarar “que quiero compartir con todos los españoles”, y siendo ésa su voluntad, según la expresión del escriba, todos los españoles nos vemos obligados a compartir con él ese premio, aunque detestemos la institución monárquica que ha sido siempre tan nefasta para el sufrido pueblo español. Yo no deseo compartir absolutamente nada con el heredero por testículos del heredero del trono por la decisión unilateral del dictadorísimo fascista.

No tengo más remedio que compartir con el rey católico su premio antiterrorista porque él lo quiere y manda, y yo soy su vasallo obligado a obedecer si no quiero ir a engrosar las mazmorras judiciales junto con los cantantes y dibujantes contrarios a la familia irreal que las abarrotan. Vale, lo comparto, pero hago constar que es por obediencia debida y en contra de mis opiniones personales más firmes.

Lo que a mí me gustaría es que se realizase un estudio académico profundo, en el que se analizaran las causas por las que se llegó a implantar el terrorismo callejero en España, no el terrorismo de Estado representado por la banda GAL, porque ése es sabido, demostrado y condenado que lo organizó el partido usurpador del nombre de Socialista, con su secretario general, Felipe González, como primer responsable nunca juzgado, porque en este reino la Justicia se administra en nombre del rey, según el primer punto del artículo 117 de la Constitución borbónica vigente.

En otro momento de la lectura del discurso dijo su majestad el rey católico nuestro señor: “Quiero expresar una vez más con todo cariño mi total reconocimiento y respeto a todos los familiares de las víctimas a las que el terrorismo destruyó la vida. Y permitidme que, por ello, os dé las gracias.” He aquí una nueva demostración de la dicotomía en que se halla perdido el escriba de los discursos reales. La cita copiada empieza con una declaración de absolutismo borbónico: “Quiero expresar”, y como soy el rey ordeno y mando que se me obedezca, y a los discrepantes, si los hubiere, los enviaré a las mazmorras. En las monarquías el verbo querer implica autoridad, se halla reservado para los reyes, de modo que los enamorados no lo conjugan.

Sin embargo, inmediatamente el escriba incurre en el ramalazo humilde que desea insuflar a la monarquía en un vano intento por hacerla popular, y vuelve a solicitar el consabido “permitidme”, algo estúpido cuando acaba de expresar un autoritario “Quiero”. Lo que él quiere es lo que se ha de cumplir, sin importar nada lo que quieran los vasallos. El autor de esta logomaquia es el escriba de los discursos reales, por supuesto, pero hemos de reconocer que refleja muy bien la realidad del reino. De hecho su majestad el rey católico jamás va a solicitar el permiso a ningún vasallo para hacer lo que le dé la real gana, aunque en los discursos que lee se ponga comunicativo. No nos engaña. Debiera empezar por preguntarnos si aceptamos la monarquía del 18 de julio instaurada por su padrino el dictadorísimo en la persona de su padre, pero nunca lo hará porque conoce la respuesta.

Fotografía de portada: Ninot de Felipe VI, presentado en la edición de ARCO 2019, obra escultórica de los artistas Santiago Sierra y Eugenio Merino. Quema tradicional realizada el 12 de octubre de 2020, en Berga, Catalunya.

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