¿Qué aplaude usted?

Por Emilio Barco Royo*

Le vi la otra tarde en una acera de la Gran Vía en Logroño aplaudiendo al paso de los tractores y supuse que estaría de acuerdo con las peticiones de los agricultores que los conducían (a los tractores)…

Piden que no se aplique la Agenda 2030 que como usted bien sabe tiene dos grandes objetivos, entre otros, acabar con el hambre en el mundo y proteger al planeta Tierra de la degradación. Estoy seguro que usted no aplaude que siga el hambre ni la degradación del planeta.

¿Qué se le pide al sector agrario para alcanzar estos objetivos? Entre otras cosas que avance hacia modelos de producción más ecológicos; que reduzca el uso de fertilizantes y procure que su aplicación no contamine suelos, aguas superficiales, ni acuíferos; que evite los fitosanitarios y herbicidas más peligrosos para la flora y la fauna, incluidas las personas; que se controlen los residuos agrarios (purines, estiércol, plásticos…); que se reduzca el número de animales por metro cuadrado en las granjas; que no se desperdicien los alimentos; que se utilice bien el agua de riego…

Aplaudía usted a quienes se manifestaban pidiendo la “paralización de la Agenda 2030 y que se acabe con las políticas ecologistas y restrictivas de la UE” (se lee en su manifiesto).

Quienes se manifiestan han conseguido ya que se pueda seguir usando el glifosato, uno de los herbicidas más contaminantes y que se retire el reglamento de reducción de fitosanitarios (yo lo llamo venenos). Seguro que empresas como la Bayer lo estarán celebrando, tienen razones para ello, ¿pero usted? ¿Cuáles son sus razones para aplaudir esto?

Dentro del paquete de reivindicaciones que tienen que ver con el entorno, aplaudía usted la exclusión del lobo como especie protegida y el apoyo a la caza (para proteger los cultivos).

En lo económico aplaudía la petición de precios justos para los productos del campo, sobre todo para las uvas y el vino, pero no sabemos cuál es el “precio justo”. Por ejemplo, este año, ¿cuál es el precio justo del litro de aceite de oliva virgen? ¿o esto del precio justo solo se aplica cuando bajan los precios y siempre en beneficio del productor y nunca del consumidor?

De los beneficios de la distribución no he visto nada entre las veintitrés reivindicaciones, ni tampoco de oposición al libre comercio, solo piden que no entren productos que les hagan competencia desleal a los suyos. De los que salen de aquí para joder a los agricultores más pobres de allí tampoco he leído nada.

Aplaudía usted también mientras paseaba tranquilamente, que a estos agricultores que montaban sus tractores, no les toquen, además de otras cosas, la PAC (salvo para reducir la burocracia que no los deja descansar). Esa política agraria común que reparte casi 400.000 millones entre 2021 y 2027, de los cuales 45.000 en España y de los que más de 38.000 se lo llevan “un puñado” de empresas o agronegocios que deben estar frotándose las manos porque estos agricultores a los que usted aplaudía, no dicen, como decimos otros, que otra PAC es posible porque esta expulsa a los campesinos, despuebla los pueblos, degrada el planeta, encarece los alimentos, genera especulación, no elimina el hambre… y hace más ricos a los ricos (el año 2022 las sociedades que recibieron ayudas por importe superior a un millón de euros en España apenas llegan a las doscientas y se llevaron más de 900 millones de euros).

Claro que muchos agricultores y ganaderos lo están pasando mal y que son necesarias otras políticas, ¿pero estas? A mí las 23 reivindicaciones presentadas me parecen un muestrario de la insolidaridad de quienes las presentan para con la sociedad y me recuerdan esto que siempre me contaba mi amigo Paco: ¡Chico, aquí cada uno va a lo suyo, menos yo, que voy a lo mío!

Pero puedo estar equivocado y simplemente están, estos agricultores, tan agobiados que les pasa como a aquel vasco, que cuando le dijo su esposa, Maritxu, ¡hay que ver cómo eres Josetxu! Cuarenta años casados y nunca me has comprado nada, no se le ocurrió otra cosa que responder, ¡Y yo que sabía que tu vendías cosas!

Ya sé que en estos asuntos influyen mucho los sentimientos (no hay que tomarlos a risa, ni los sentimientos ni estos asuntos) y a lo mejor cuando usted aplaudía estaba pensando en los campesinos como su padre o su abuelo, y no en estas cosas que se me ocurren a mí (pensara que porque carezco de sentimientos), en ese caso disculpe si le he molestado.

¡Viva el campo y san Isidro labrador!
¿No me aplaude usted?

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* Emilio Barco Royo ha conseguido dedicarse a lo que le gusta: producir verduras para ensaladas y materia para el conocimiento. Pasa el tiempo entre sus clases de Historia Social y Económica y de Economía Agraria en la Universidad de La Rioja y su huerta y sus olivos en Alcanadre (La Rioja) donde nació. Podando los manzanos, plantando lechugas, regando los tomates, poniendo paja en los canteros, cogiendo alubias verdes o sentado a la sombra de la higuera, arraigan las ideas que más tarde desarrolla y plasma en espacios como su blog “Donde viven los caracoles“.

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