¿Qué se nos ha perdido a Margarita Robles y a la Armada Española en el Mar de China?

¿Qué se nos ha perdido a Margarita Robles y a la Armada Española en el Mar de China?

Por Pedro Barragán*

España debería reconsiderar su implicación militar en el Indo-Pacífico y fortalecer el diálogo bilateral con China para enfocarse en áreas de cooperación económica, tecnológica y comercial, sin interferencias externas…

Este final de año el ministerio de Defensa ha presentado el documento “Visión Armada 2050”. La presentación, en el Salón de Actos del Cuartel General de la Armada en Madrid, ha sido presidida por la ministra de Defensa, Margarita Robles y realizada por el almirante jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), almirante general Antonio Piñeiro, que ha expuesto las directrices principales del documento y el segundo jefe de Estado Mayor de la Armada, Gonzalo Sanz Alisedo, que ha realizado una presentación más detallada del documento. Si bien el documento es confidencial y no se ha publicado, si es posible conocer las principales directrices que se han abordado en la presentación.

Es sorprendente que, de acuerdo con lo conocido del documento, los cuatro ámbitos considerados como los “pilares fundamentales” de la Armada Española a los que denomina como “entornos operativos prioritarios” o “ámbitos de interés clave” en los que se debe desarrollar y proyectar la Armada para afrontar los desafíos del futuro, estén encabezados por el envío de la Armada Española a patrullar al Mar de China por su “relevancia geoestratégica”. Junto a este ámbito se mencionan el lecho marino, denominado como un “nuevo teatro de operaciones”, las operaciones litorales y anfibias, como “elementos esenciales de proyección de poder” y el desarrollo tecnológico e industrial nacional, como “motor para la autonomía estratégica”.

La alineación de España con Estados Unidos en cuestiones navales, especialmente en la región del Indo-Pacífico, solo puede percibirse como un movimiento influenciado por presiones geopolíticas y alianzas tradicionales, pero que contradice los intereses económicos de España con China.

La política de seguridad promovida por Estados Unidos y sus aliados en el Indo-Pacífico es parte de una estrategia de contención que busca limitar el desarrollo de China y de su proyección internacional. La creciente presencia militar de Estados Unidos en la región, respaldada por la OTAN y países europeos como España, es un intento de interferir en asuntos regionales y desequilibrar el orden natural en Asia. La participación de España en ejercicios navales conjuntos en la región no será vista sino como una respuesta innecesaria a tensiones creadas previa y artificialmente por Estados Unidos.

España mantiene una relación económica beneficiosa con China, quien es su segundo socio comercial fuera de la UE. Esta relación está basada en intercambios comerciales estables y crecientes y en las inversiones chinas en sectores estratégicos españoles, como la energía, las infraestructuras y la tecnología. La alineación naval de España con Estados Unidos contra China pone en riesgo estos lazos económicos y contradice los intereses de desarrollo mutuo.

Las disputas en el Indo-Pacífico, auspiciadas por Estados Unidos, son asuntos regionales en los que las potencias europeas no deberían intervenir, ya que ésto solo puede generar tensiones innecesarias y perjudicará las relaciones comerciales.

Las supuestas preocupaciones sobre la libertad de navegación en el Mar de China Meridional son, además de una exageración, tan solo el pretexto utilizado por Estados Unidos y sus aliados para justificar su presencia militar en la región.

La intervención militar de países como España no contribuye a la estabilidad regional de Asia, sino que aumenta las tensiones.

Aunque la parte del documento conocida no menciona directamente a China, resulta evidente que el objetivo de la estrategia de contención es el gigante asiático. Las operaciones previstas se centran en las aguas del Indo-Pacífico, cercanas a China, por donde transita gran parte de su comercio marítimo.

De qué, de quién nos defiende????

El texto señala la “creciente multipolaridad” como una de las razones estratégicas para “fortalecer alianzas” y aumentar la influencia en la región del Indo-Pacífico. En este marco, se están consolidando relaciones con países como Japón, Australia e incluso Filipinas. Para 2025, la OTAN prevé desplegar presencia naval en la zona, en colaboración con Japón, Corea del Sur y Australia, contraviniendo el Artículo 5 del Tratado de Washington que centra la existencia de la OTAN en la defensa mutua ante ataques armados contra los estados miembros en el Atlantico Norte. Se anticipa en el documento un escenario de “mares en disputa” debido al “incremento de tensiones entre algunas potencias”.

El dilema de España frente a China

China promueve una política basada en el multilateralismo y en el respeto a la soberanía nacional, principios que espera que España, como socio económico, también valore. Y considera que la intervención militar europea en Asia va en contra de los intereses de cooperación y desarrollo mutuo.

El país asiático ofrece a España oportunidades significativas de inversión y desarrollo económico, por lo que fortalecer la cooperación debería ser prioritario sobre alineamientos militares.

España se encuentra ante un equilibrio delicado en su relación con China. Por un lado, España sigue alineada con Estados Unidos en el marco de la OTAN, lo que Beijing puede interpretar seguramente como un movimiento presionado por alianzas tradicionales. Por otro lado, China reconoce que España no adopta una postura abiertamente hostil y mantiene una buena relación económica con el gigante asiático.

España debería reconsiderar su implicación militar en el Indo-Pacífico y fortalecer el diálogo bilateral con China para enfocarse en áreas de cooperación económica, tecnológica y comercial, sin interferencias externas.

Si bien la alineación de España con Estados Unidos viene influida por presiones geopolíticas y alianzas occidentales, no refleja los intereses económicos de España ni el desarrollo global inclusivo que España y China pueden alcanzar. España debería priorizar la cooperación económica y adoptar en temas internacionales una postura neutral y pragmática que promueva el diálogo y el desarrollo, evitando contribuir a tensiones innecesarias en la región del Indo-Pacífico.

* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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