Record de migrantes muertos en la frontera estadounidense
Por Gerardo Villagrán del Corral*. LQSomos.
Al menos 853 migrantes murieron tratando de cruzar sin documentos la frontera entre Estados Unidos y México en los pasados 12 meses, lo que convierte el año fiscal 2022 en el más letal de la historia, según datos internos de la Patrulla Fronteriza, Pero la cifra real es muy superior, señalan las organizaciones de ayuda a los migrantes.
El número dado por las autoridades policiales estadounidenses no abarca todas las muertes de migrantes, ya sólo cuenta a los migrantes identificados o procesados en territorio estadounidense, destacó la cadena. Aun así, la cifra reportada ofrece una visión en la peligrosa y mortífera emigración que millones de personas han emprendido en años recientes con el anhelo de alcanzar el tan publicitado “sueño americano”.
Las muertes y hallazgos de migrantes atrapados en camiones, camionetas, maletas, cajas y vehículos ilegales, se han hecho cotidianas. Pocas veces los migrantes corren con la suerte de ser rescatados y atendidos a tiempo para convertirse en sobrevivientes. Pero, la mayoría de las veces mueren en condiciones terribles sin que nadie haga nada.
Todos recuerdan la muerte de 53 migrantes abandonados dentro de la caja de un tráiler en julio pasado, el caso más mortífero de tráfico humano en la historia de Estados Unidos, según la prensa de ese país. Los flujos migratorios siguen aumentando pese a las políticas restrictivas, los peligros del camino y la violencia generalizada. La ruta terrestre entre América Central y EEUU es una de las más peligrosas.
Pese a que estas salen de sus países en búsqueda de seguridad y bienestar, lo que encuentran en el viaje entre la espesa Selva del Darién en el sur de Panamá, el triángulo norte de Centroamérica y el norte de México es todo lo contrario: una sucesión de riesgos, violencia y privaciones que amenazan sus vidas a cada segundo.
Las poblaciones que migran están compuestas por personas con orígenes y trayectorias diversas. Si bien todas las personas se encuentran en situación de vulnerabilidad, los impactos de la migración son más profundos en los niños y niñas, menores no acompañados, mujeres embarazadas, adultos mayores, personas LGTBIQ, poblaciones indígenas y no hispanohablantes, migrantes extracontinentales y sobrevivientes de violencia sexual.
“La violencia que ha sufrido la mayoría en los lugares de origen y su persistencia a lo largo de la ruta genera graves impactos sobre la salud mental de las personas migrantes. Además, la discriminación, el estigma, la incertidumbre de su situación y la separación familiar, entre otros factores, influyen en el desarrollo de trastornos emocionales como ansiedad, estrés, miedo excesivo, preocupación constante y, en casos graves, trastornos psicológicos”, afirma Reinaldo Ortuño, coordinador médico de Médicos sin Fronteras.
De las formas de morir
Muchos se han ahogado en el Río Bravo, otros han perecido debido a las altas temperaturas en el inhóspito desierto.
Asimismo, se han reportado caídas mortíferas desde muros fronterizos que algunos escalan. Pero también hay muchos muertos a manos de hacendados –que los “cazan”- o miembros de la Patrulla Fronteriza que, por ejemplo, se han ensañado contra los grupos de haitianos, enlazándolos cual ganado.
Para cruzar la frontera entre México y EEUU los migrantes se enfrentan a los “coyotes” –traficantes de los periplos para llegar a la tierra soñada- y a las condiciones del clima en esas zonas (incluido el inclemente desierto de Arizona), así como a los límites naturales que dividen los dos países. Estos son dos de los factores que provocan las muertes de incontables soñadores que, expulsados por las crisis en sus países de origen, esperan mejores oportunidades de vida, como muestran las películas.
Un informe de la televisión estadounidense señala que las morgues en los estados de la frontera sur de EEUU como Arizona y Texas se encuentran saturadas y no se dan abasto para procesar y almacenar los cuerpos de indocumentados (Pareciera que hay un doble delito: ser migrante e indocumentado a la vez).
El 1 de septiembre, nueve inmigrantes murieron al tratar de cruzar el río en el sector de Eagle Pass, que pertenece al condado de Maverick, y 37 personas fueron rescatadas de las aguas en ese incidente. La mayoría de los cadáveres no fueron identificados ni reconocidos, ya que varios solamente tienen una tarjeta con varios números que indican la fecha en que los restos fueron encontrados, las coordenadas del lugar y si corresponde a un hombre o una mujer.
La cifra de muertes en el último año fiscal (de setiembre de 2021 a setiembre de 2022) superó con creces el récord previo de 546 muertes registrado en el período anterior. Seguramente se trata de un conteo insuficiente debido a los límites de recopilación de datos, opinaron analistas de políticas migratorias consultados por CBS News, que ya en abril había reportado que la Patrulla Fronteriza no recolectó ni registró datos completos de las muertes de migrantes.
En una declaración a CBS, Cecilia Barreda, vocera de Aduanas y Protección Fronteriza que supervisa a la Patrulla Fronteriza, dijo que los traficantes ponen en peligro la vida de los migrantes sólo para obtener ganancias. El pico reciente de fallecimientos, según los funcionarios estadounidenses, se atribuye al creciente número de personas que cruzan sin documentos la frontera mexicano-estadunidense.
Las autoridades federales a los largo de la frontera sur de Estados Unidos pararon 2.4 millones de veces a migrantes durante el año fiscal de 2022, la cifra más alta de todos los tiempos.
Si bien el recuento incluyó 1.1 millones de expulsiones bajo la restricción de la era pandémica conocida como Título 42, así como un número significante de cruces repetidos, la ola migratoria también ha tensado los recursos del gobierno y ha creado retos humanitarios para la presidencia de Joe Biden.
Biden anunció a mediados de octubre que los migrantes venezolanos –sin patrocinantes estadounidenses- serán expulsados a México. El Título 42 ha provocado más de dos millones de expulsiones en menos de tres años. Sin embargo, hasta ahora, no había sido aplicado en la población proveniente de Venezuela.
Muchos migrantes y solicitantes de asilo están varados tras haber sido expulsadas de Estados Unidos. Sobreviven en condiciones extremadamente difíciles en las ciudades fronterizas y en otros lugares de México, con dificultades para acceder a la comida, el agua, el saneamiento y la atención médica y psicológica, como una consecuencia directa del Título 42 impuesto por el gobierno anterior de Donald Trump.
Biden ha estado remiso en cumplir su promesa de construir un sistema migratorio seguro y humano que incluya la adopción de medidas rápidas para reabrir y proveer adecuadamente de recursos a la tramitación del asilo en la frontera sur estadounidense.
Avril Benoît, directora ejecutiva de Médicos Sin Fronteras en Estados Unidos, afirmó que “El enfoque de la administración es básicamente un paso adelante, dos pasos gigantescos hacia atrás, y esto tiene costos terribles para miles de personas migrantes y solicitantes de asilo”.
* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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