Siete jóvenes risitas
Sobre un peñasco alto y escarpado
Abundante de riscos
En la Serranía del Maquis, en Cuenca
Donde vivieron de mata en mata
Aquellos famosos “Bandoleros de la Libertad”
Como les llamó un comandante de puesto
Del cuartel de Cañete
Jugaban siete jóvenes risitas
A ver quien de ellas meaba
Más alto, o más largo enripiando
Haciendo tiras de una tela
De braga flexible
Rizando el Chichi
Formando con el pelo bucles
Sortijas y tirabuzones
Construyendo palabras o frases inútiles
Que se emplean viciosamente
Para completar el acto sexual
Y darle la consonancia o asonancia
A “una zorra de amor”
Y a un “puto de mierda”
Como materiales de albañilería
Rotos o desechados
En el término de un monasterio
Hoy casi en ruinas
Que está rodeado de fetos artísticos
Y lleno de calaveras de estilo románico
Como en la Capilla de los Huesos, en Evora.
Unas niñas se mean sus cabellos
En abundancia de perlas preciosas
Lluvia de estrellas
Otras llegan muy lejos
Bueno, algo menos
Con movimientos de la boca
Y otras partes del rostro
Demostrando alegría en ese vaivén suave
De los dedos pulgar e índice
Contrayendo los labios
Contra el gracioso clítoris
Causando placer y gusto
Como el de las pastoras
Que apacientan las ovejas.
Caía el día desternillado en los chicos
Vivo, reventado de risas
Chicos enamoradizos y lascivos
Ojeando a las que veían
Y a su orina sobre la arenilla y las flores
En vegetación de florecillas silvestres
Gusanos y lagartijas
Pareciéndoles trocitos de masa
Rebozados de miel
En la risibilidad que sólo poseen
Los seres racionales.
De su instante
Un chico llamado Flórez
Apretándose con las dos manos la bragueta
Gritó:
“Me cagüen la España Sagrada
Catorce veces”
Estallando en risotadas
Una risa apacible de los chicos
Entre los que Riso, que estudió para fraile
Sacándose la pilila, dijo:
“Afianzad la lanza
En la posición que tiene
Cuando se la apoya
Aunque no haya esta pieza de amor”.
El frenillo que se pone a los hurones
Se apareció sobre el campo risueño
En grata y armoniosa sucesión de voces
En el lenguaje mas turbante en verso
O en prosa
Entre el tiempo de un movimiento
Y el del otro
En voz a modo de interjección
Con que llaman y avisan los pastores
Al ganado
Especialmente, dirigiéndose
A una res sola.