UE-OTAN: ¡A las armas, el amo está en peligro!

UE-OTAN: ¡A las armas,  el amo está en peligro!

Por Acacio Puig*

En este primer tercio del siglo XXI el eco de esa alarma medieval resuena en los gobiernos de Europa, un tiempo en que la guerra global permanente llama a las puertas del continente secuestrado por el desbarajuste sistémico y en que los conserjes ilustrados del capitalismo aprovechan el desmoronamiento la ONU creada para defender la paz mundial (sic!). Hoy, “preservar a la humanidad del flagelo de la guerra” se revela como una trágica farsa sin punto final mientras se reavivan las nuevas amenazas de guerra mundial, el desenfrenado desarrollo del militarismo y el macabro afán participativo en la catástrofe de la Europa de los Mercaderes.

‘La Comunidad Europea’, un cartel soviético diseñado por Iván Semionov en 1952. Texto del cartel: “El precio de tal comunidad es claro para cualquiera: una sonrisa en los labios, halagos en los discursos, una mentira en la mente, un cuchillo en la espalda”.

Se agrava así el período del todo vale, de los muertos como inevitables efectos colaterales, de la mentira instituida como teoría de la información, de la censura como obligatorio garante de la corrección política… y de la búsqueda del máximo de beneficios caiga quien caiga porque… ¡los negocios del amo están en peligro!

56 focos bélicos incendian el planeta y el que aquí nos ocupa y preocupa, el que implica a la OTAN, USA, UE, RUSIA y UCRANIA se justifica como imperiosa “necesidad democrática de salvar al mundo libre”.

Una guerra cocinada a fuego lento

Por eso procede, en tiempos sin memoria, remontarse hasta el siglo anterior cuando en 1990 se firmó en Moscú y se ratificó después en Nueva York, el Tratado Dos Más Cuatro que en marzo de 1991, aprobó la unificación de las dos Alemanias (RFA –RDA) y el compromiso de no expansión de la OTAN más allá de la Alemania unificada, que se “pactaba” como ya incorporada a esa alianza militar creada en pleno auge de la Guerra Fría.

Ciclo 1.

Rusia. 15 de julio del 90: Gorbachov negocia la reunificación alemana con Genscher y Kohl

Cierto que el compromiso de no expansión de la OTAN no estaba formulado por escrito en el Tratado Dos más Cuatro, pero así se desprendía y entendía como enjundia de los arduos debates que pivotaban entre los esenciales pesos pesados de la negociación: J. Baker (EEUU) y M. Gorbachov (URSS). Aunque tanto acuerdos “escritos” como “no escritos” (Protocolos de Minsk 2014 y 2015) se violentan por las bravas, cuando se considera necesario.

De modo que la OTAN se expandió: 1999 a Hungría, Polonia y República Checa: en 2004 a Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia, Rumanía, Letonia y Lituania; 2009 a Croacia y Albania; 2017 a Montenegro y en 2020 a la Macedonia Norte… y así sigue su fiesta hasta hoy mismo. Desafortunadamente, no hubo significativo rechazo desde las izquierdas sociales ni políticas, a esa expansión de la OTAN… todo lo más algunos amagos.

En el proceso de extensión de la OTAN hacia el este, los instrumentos fueron tanto externos (créditos-chantaje del FMI y el BM) como la explotación ideológica de las contradicciones internas del socialismo burocrático existente y de su herencia, vendiendo un futuro de prosperidad, paz y el horizonte de “generosa” incorporación a la UE (la ampliación a la UE de los 25 en 2003).

El resultado está a la vista: degradación neoliberal, gobiernos corruptos y dóciles a EEUU, militarización a costa de laminación de sectores productivos y servicios públicos, sustituidos por privatizaciones y el progresivo despliegue hacia los Urales de una política de guerra como herramienta de presión y garantía de hegemonía financiero-mercantil-militar logrando la colonización de recursos y territorios de las antiguas Democracias Populares. Sin embargo, las supuestas libertades nunca se expandieron: siguieron encadenadas a la corrupción, el autoritarismo, la militarización… y el dominio de los menos sobre la mayoría.

En el año 2008, solo Bielorrusia y Ucrania se mantenían como países frontera con Rusia, la frontera neutral de países no integrados en OTAN, si exceptuamos a Estonia y Letonia (ya integrados en la alianza militar pero que eran de escaso peso como frontera neutral). Pero, durante ese año 2008, George Bush padre, presidente de EEUU y V. Yuschenko, presidente de Ucrania, arbolaron la posible entrada de Ucrania en la OTAN. George Bush declaró su voluntad de incorporarla ya y Yuschenko pidió oficialmente la entrada de Ucrania: ¿Un globo sonda?… Mientras tanto, “la Agencia” y sus filiales afines, penetraban Ucrania a paso ligero y tejían alianzas políticas y económicas con el capitalismo local.

Lo cierto es que a la turbia trama preparatoria de la adhesión no le faltó de nada… incluido el que dos años más tarde el presidente ucraniano Yuschenko (tan presuntamente envenenado como envenenador de la verdad histórica) nombrase, en 2010, al nazi Stephan Bandera “gran Héroe de Ucrania a título póstumo”. Después, el siguiente presidente ucraniano, Yanukovich, retiró la petición de incorporación del país a la OTAN, pero Yanukovich fue depuesto por el golpe de estado que acompañó a la llamada revolución del Maidan.

Ciclo 2.
Maidan, Donbas y Acuerdos de Minsk. La revolución de los colores iniciada en Kiev en noviembre de 2013 y violentamente continuada hasta entrado 2014, seguirá siendo objeto de reflexiones desde todos los ángulos posibles, pero quedan resultados objetivos a considerar, como el derrocamiento del presidente electo Yanukovich señalado como pro ruso y su relevo por Porosenko, nuevo presidente ampliamente apoyado por el capitalismo occidental y ucraniano.

Porosenko, era un personaje afín a occidente. Empresario emprendedor, antiguo director del Banco Nacional Ucraniano y bautizado como “Rey del Chocolate”, amplió sus negocios al ramo de la automoción, los astilleros y la comunicación (Canal 5), había formado parte del gobierno de Yuschenko, pero fue desplazado por corrupción y posteriormente rehabilitado.

Durante su presidencia (2014-2019) la crisis económica, la deriva autoritaria y la emigración masiva producto del cierre de empresas, continuaron y la caída del PIB, aumento de la inflación, devaluación de la moneda, evasiones a paraísos fiscales, la corrupción y el control mafioso del poder judicial, fueron constantes. También escandalizaron la legalización de organizaciones de extrema derecha, protagonistas del exterminio de judíos durante la guerra y la destrucción de monumentos antifascistas -y no de esculturas de líderes de la antigua URSS, lo que podría haber tenido alguna justificación “histórico democrática”. Pero Porosenko, firmante de los Acuerdos de Minsk era considerado un aliado, tanto que en su derrumbe, por acusaciones de corrupción, proyectaba emigrar a EEUU.

En definitiva a la “revolución de los colores”, al Maidan, le faltaban colores fundamentales, los de la igualdad en libertad (el rojo y el negro libertario) además de otros afines con ellos, el feminista y el del ecologismo social. Es decir que Maidan no era la revolución de los de abajo, aunque se apuntasen gentes de abajo en un totum confuso caldeado por provocaciones nazis y un nutrido por falsificaciones occidentales sobre la violencia ejercida durante el Maidan por el régimen de Yanukovich.

En el contexto de violento rescoldo del Maidan, Protocolos de Minsk y calentamiento acelerado de las tensiones, las declaraciones en 2014 de Condolezza Rice -que fue secretaria de estado del Georges W. Bush- realizadas cuando Obama desempeñaba la Presidencia de EEUU, esclarecen objetivos del imperio: “EEUU tiene inmensas reservas de gas y petróleo y su destino es la UE…desplazando a Rusia” como consta en el video que sigue:

(La señora Rice ponía en valor las enormes reservas estadounidenses de gas y petróleo, la urgencia de activar su exportación y el grave inconveniente que suponían las exportaciones de Rusia a la UE, su calidad y bajos precios. De modo que unos años antes del comienzo de la catástrofe bélica ya eran evidentes “algunos” de los objetivos comerciales del hegemon estadounidense y sus transnacionales energéticas.

Entre las muchas fuentes que desvelan las falsificaciones sobre la violencia en el Maidan es recomendable consultar los estudios del investigador ucraniano Ivan Katchanovski, profesor en Ottawa:

Desde el Maidan se agravó la discriminación y hostigamiento violento de poblaciones de etnia y lengua rusa en el Donbas: Donetsk y Lugansk. La misma situación había llevado a Crimea en 2014 a autodeterminarse y adherir a la Federación Rusa (y ese es tema que no puede ser explicado con simplezas tipo “Rusia se apropió de Crimea”). El balance de miles de asesinados en la guerra desigual en el Donbas, llevó a los Acuerdos de Minsk para encontrar una solución pacífica y parar la masacre de poblaciones que habían decidido configurarse como Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk

En 2014 y 2015, Ucrania, esas dos Repúblicas Populares, Rusia, Francia, Alemania y la OSCE –Organización para la Seguridad y la Cooperación Europea- acordaron en Minsk lo que sin embargo Ángela Merkel definió años más tarde como una mera estratagema para ganar tiempo y armar militarmente a Ucrania, preparándola para la guerra con Rusia.

El texto del protocolo (sintetiza Wikipedia) aborda en doce puntos:

1. Asegurar un alto al fuego bilateral inmediato. 2. Garantizar la supervisión y verificación del alto al fuego por la OSCE. 3. Una descentralización del poder, incluso a través de la aprobación de una ley ucraniana sobre «arreglos provisionales de gobernación local en algunas zonas de los Óblasts (regiones) de Donetsk y Lugansk» («ley sobre el estatuto especial»). 4. Asegurar la monitorización permanente de la frontera ruso-ucraniana y su verificación por la OSCE, a través de la creación de zonas de seguridad en las regiones fronterizas entre Ucrania y la Federación Rusa. 5. Liberación inmediata de todos los secuestrados y de todas las personas detenidas ilegalmente. 6. Una ley sobre la prevención de la persecución y el castigo de las personas relacionadas con los hechos que han tenido lugar en algunas áreas de los Óblasts de Donetsk y Lugansk, excepto en los casos de delitos que sean considerados graves. 7. La continuación del diálogo nacional inclusivo. 8. Toma de medidas para mejorar la situación humanitaria en la región de Donbas, en el este de Ucrania. 9. Garantizar la realización anticipada de elecciones locales, en conformidad con la ley ucraniana (acordada en este protocolo) sobre «los arreglos provisionales de gobierno local en algunas áreas de los Óblasts de Donetsk y de Lugansk» («ley sobre el estatuto especial»). 10. Retirada de los grupos armados ilegales, equipo militar, así como de los combatientes y de los mercenarios de Ucrania. 11. Aprobación del programa de recuperación económica y reconstrucción de la región de Donbas, en el este de Ucrania. 12. Garantizar la seguridad personal de los participantes en las negociaciones.

Sobre esos “Acuerdos”… que no lo serían, también consultar, por ejemplo, el siguiente texto publicado por el medio ruso Sputnik en 2022 (que aún no ha sido censurado en internet): Todo lo que tienes que saber sobre los Acuerdos de Minsk.

Ni Ucrania cumplió los protocolos, ni Europa supervisó su cumplimiento, ni hubo alto el fuego…Nada de nada: se trataba de papel mojado como confirmarían con el mayor cinismo las Merkel, los Porosenko y sus sucesores políticos, una estratagema para ganar tiempo y definir el rol de una Ucrania armada y otanista.

Ciclo 3. Zelenski presidente, la guerra a la vuelta de la esquina.
En 2019 Zelenski ganó las elecciones con el 73.22 % de votos. Contó con el impresionante apoyo del gran capitalista ucraniano Ihor Kolomoiski (del que hay muy abundante información en internet, quizá más interesante en las páginas francesas). Zelenski, que había ensayado cinematográficamente la presidencia, como protagonista de la serie Servidor del Pueblo en la más popular de las cadenas televisivas propiedad de Kolomoiski, anunció el programa de gobierno desde su amplia mayoría absoluta: Alto el fuego y pacificación del Donbas, promoción de Referéndums para abordar vindicaciones regionales, lucha contra la Corrupción rampante, dinamización de la economía y mejoras en las condiciones laborales e incorporación de Ucrania a la UE y a la OTAN.

Por el contrario, la realidad fue que alto el fuego fue sustituido por la intensificación de las agresiones en las regiones del Donbas, la integración de fuerzas armadas fascistas (como Azov y otros) en aparatos de estado como Defensa y Orden Público y en el contexto de estado de guerra, la movilización forzosa hasta la edad de 60 años. Los referéndums no tuvieron lugar pero sí se ilegalizó a más de veinte organizaciones políticas no afines al gobierno y la rusofobia se generalizó, la lucha contra la corrupción ha venido siendo bien ilustrada por su contrario durante el desarrollo de la guerra: reventa de armamento en mercados negros, fuga de ayudas financieras y acumulación de fortunas ilícitas, comercialización de las exenciones de reclutamiento militar a quienes las pagaban y pretextaban enfermedad, mientras que la dinamización de la economía se tradujo en la venta del país a los grandes grupos de inversión internacionales.
(En julio de 2022 publicamos este avance al respecto: ¿Quién explota las tierras de Ucrania?)

¿Y las mejoras laborales? Pues bajo la bota de políticas neoliberales: degradación acelerada de servicios públicos, privatizaciones… regresiones salariales y austeridad justificada por el estado de guerra… junto a intensificación de las purgas en los medios políticos, militares en contexto de corrupción galopante.

Todo ello adobado con mucho viaje de Zelenski a los parlamentos y cumbres posibles e imaginables y apoyo mediático internacional construyendo su imagen como el héroe de occidente frente al expansionismo ruso. Todo un record de popularidad para alguien que en 2021 aparecía implicado en Los Papeles de Pandora junto a su mecenas Kolomoiski, pero la funcionalidad de Zelenski en la guerra proxi, borró el dato -como tantos otros – que dejaron de tener relevancia y ni siquiera volvieron a citarse.

(Por su “padrino” le conoceréis). El inmenso apoyo al ascenso de Zelenski, pagado por Kolomoiski, hace imprescindible hablar del personaje.

Ihor Kolomoiski se enriqueció poco después del derrumbe de la URSS pasando muy pronto de jefe de una cooperativa que comerciaba con bienes de uso y mobiliario de oficina, a encontrar socios para fundar en 1992 el PrivatBank. Acumuló dinero y presencia política y años más tarde trepó en el Consejo Europeo de Comunidades Judías que llega a presidir en 2010 para dimitir un año después, acusado de maniobras golpistas para controlar su dirección. Nutrió financieramente al presidente Yuschenko, estuvo después muy comprometido en el apoyo al Maidan y luego se apuntó al bando de Porosenko e hizo breve carrera política como gobernador de Dniepropetrovsk -su lugar de nacimiento. Kolomoiski, rusófobo y nacionalista gran ucraniano, pronto destacó por actividades criminales y fue acusado de alentar el enfrentamiento entre los grupos fascistas que financiaba (Azov, Aidar, Dnipo…) y la guardia nacional ucraniana. Eso le llevaría a abandona la vida política y dimitir en 2015 para (sin desatender sus negocios) salir de Ucrania hasta regresar en 2019.

Censado como milmillonario desde 2006, subió aceleradamente en las listas Forbes y se consolidó como gran propietario de activos petroleros, metalúrgicos, compañías aéreas, de la mayoría de canales de televisión, productoras de cine y enclaves de control-difusión de redes sociales. Un “emprendedor” pues, que siguió inmerso en una escalada de conflictos con la justicia por manejo fraudulento de créditos a empresas amigas de su banco PrivatBank que quebró en 2016, por evasiones a paraísos fiscales que le valieron la inclusión en los Papeles de Pandora en 2021, junto a Zelenski y otros gerifaltes (y la prohibición de entrada en EEUU… siempre tan permisivos ante delitos económicos).

Finalmente en 2023, la Ucrania de Zelenski le detuvo -provisionalmente- por fraude y blanqueo de capitales… Algún gesto tenía que hacer el gobierno de Zelenski tan embarrado por los numerosos casos de corrupción y lo más sencillo fueron ciertas medidas de impacto mediático: prohibir el exilio de Porosenko a EEUU y ocuparse del caso Kolomoiski (que además tiene las espaldas bien cubiertas por su enorme fortuna, su histórico trato preferencial con la banca suiza, sus conexiones internacionales y su triple nacionalidad, ucraniana-israelí-chipriota).

Ciclo 4. Y la guerra empezó.
En febrero de 2022 empezó una guerra que podría haberse evitado un mes después si EEUU, mediante la mediación de Boris Johnson, no hubiera liquidado en las conversaciones de Turquía, las posibilidades de paz con promesas de apoyo ilimitado de occidente al gobierno ucraniano…hasta derrotar militarmente a Rusia. Pero a pesar de los esfuerzos occidentales por prolongar una guerra que podría haberse evitado, a pesar del inmenso apoyo al joker ucraniano, el objetivo de vencer militarmente a Rusia, se revela como una fantasía.

Ni mediante magnos apoyos financieros y armamentistas, penetración clandestina en Ucrania de mandos, especialistas y fuerzas de la OTAN, de generosa financiación occidental de tropas mercenarias, de movilización forzosa de civiles ucranianos, bulos, etc. ¡la guerra no va! Las ofensivas ucranianas solo son materia propagandística mientras los campos de batalla se llenan de muertos, las ciudades se destruyen y los atentados contra población civil proliferan.

Durante estos más de dos años son evidentes los intereses del complejo militar industrial en profundizar la guerra y la intoxicación de las poblaciones europeas sembrando el pánico y también, la cínica e irresponsable anuencia de los gobiernos de la UE, expresada desde hace meses con la ampliación de presupuestos militares en todos los países miembros de la OTAN. Añadiremos el proyecto de crear un Schengen militar (Público 16-03-24) para liberalizar pasillos continentales que activen el comercio de la muerte en Europa. Ese es el substrato real de la demonización de la “amenaza rusa y su expansionismo devorador de Europa”. Y desde antes, un itinerario que no acaba: desde el encubrimiento por los gobiernos del sabotaje de Nord Stream (y la cesión alemana de mantener inoperante el Nord Stream 2) hasta el filtrado complot militar alemán-estadounidense con objeto de atentar contra el puente de Crimea.

Ahora avanza la fase de redoblar las amenazas de envío de tropas de países de la UE a combatir en suelo y también de penetrar en territorio ruso, unos amagan (la Francia de Macron) otros mienten y se desmienten (Alemania) otros salen trasquilados (Reino Unido) en otros, como Finlandia crece el rechazo social a la movilización para la guerra… Y en España, Margarita Robles toca a rebato (La Vanguardia 17-03-24) agitando el espantajo de los misiles rusos que pueden alcanzar cualquier punto de nuestro país. Un calentón peligroso, mientras EEUU observa y anima la histeria de sus vasallos europeos desde una discreta pero adinerada segunda fila, en todo caso fatalmente operativa: en Rumanía, en las proximidades del Mar Negro, la OTAN responde a la reelección de Putin como presidente de Rusia, anunciando el avance de construcción de la mayor base otanista en territorio de la UE. 2.800 Ha. en un perímetro de 30 kilómetros cuadrados capaza de albergar a 10.000 soldados además de a sus familias con doble objetivo de disuasión y ofensivo. De nuevo el uso de la UE como escudo de defensa de EEUU para mayor gloria de su complejo militar industrial.

¿Cambiar el ciclo?: No a la Guerra y más…

Cambiar el ciclo será “una larga marcha” que requerirá actuar en varios frentes, pero se parte de una situación mala, muy mala.

Las izquierdas de la UE están divididas por análisis muy diferentes (¿divergentes?) del conflicto bélico. El desconcierto agrava la inactividad y la inexistencia de puentes de unidad de acción (por fortuna la situación en contra de la limpieza étnica de Palestina, es distinta…pero no es trasladable al enfrentamiento que nos ocupa). Los retos son múltiples.

1.-No a la guerra.
El declive de la guerra OTAN-UE-Ucrania-Rusia (si llega a consolidarse) solo augura un segundo tiempo del macabro partido. Se han roto todas las reglas éticas y reventó el llamado Derecho Internacional y la operatividad de la ONU como instancia de pacificación mediante la negociación. La trastienda de este horror es la disputa por la hegemonía mundial y la nueva carrera armamentista: hay mucho dinero en juego (y mucho Poder) y EEUU tiene muy agarradas a las clases dominantes de la UE y al gran capital europeo transnacional, juntos controlan el descalabro de otros sectores golpeados por la crisis energética derivada de la sustitución de gas y petróleo ruso por gas y petróleo estadounidense. El complejo militar industrial europeo y estadounidense vive una nueva edad de oro. No a la Guerra y Gastos Militares para Gastos Sociales, debiera ser el objetivo compartido por un Movimiento contra la Guerra, pero faltan mimbres para ir más allá de la propaganda mientras las catástrofes queden tan lejos. Combatir las consecuencias de recorte de gastos sociales puede ser más factible; rechazar la implicación directa, también… pero el estado español ya está implicado y por el momento no hay contestación a ello.

2.-No a la censura.
Esa batalla se viene perdiendo desde el principio, ante la ofensiva propagandista de los imperios mediáticos y su relato compartido. También al aceptar la tutela del pensamiento mediante la prohibición de difusión de medios rusos. Sin libertad de información se deteriora la libertad de opinión y se imponen los clichés políticamente correctos. Las noticias falsas (que son inevitables en los bandos en guerra) carecen de contrapesos. Además, la dispersión de medios alternativos de izquierda amplía las dificultades de interpretar, compartir y su conclusión: de actuar.

La censura ha impuesto conceptos difícilmente cuestionables por temor a ser señalados como “defensores de Putin”: Oligarcas rusos, Invasión de Ucrania, Amenaza rusa a toda Europa… Con el término oligarcas se escamotea el adecuado que es capitalistas, porque pone en cuestión el sistema occidental. Los rusos son oligarcas (malos) lo contrario que los capitalistas occidentales (buenos). Invasión es funcional, porque oculta la génesis de una guerra cocinada a fuego lento y la defensa rusa de la seguridad de un país soberano como el suyo. La amenaza rusa a Europa oculta el inexorable cerco de la OTAN A Rusia, iniciado desde la desintegración de la URSS y enmascara el intervencionismo occidental por la solidaridad con Ucrania y la “autodefensa de la democracia y sus valores”. Reactivar la economía ucraniana oculta la colonización de los recursos de Ucrania, por grupos de inversión-fondos buitre.

3.- No a la rusofobia, ni a la caricatura del régimen ruso.
La rusofobia se ha extendido como expresión de otra de las xenofobias del siglo. Sus manifestaciones en Europa han sido evidentes: prohibición de expresiones de la cultura rusa, ataques a la defensa de las razones rusas y su operación especial, censura de medios rusos ( muy mal ejemplo de “libertad”). Al mismo tiempo, la demonización de su régimen es similar a los tiempos en que se propagandeaba la lucha contra “el eje del mal”.

Ciertamente, para cualquier comunista autogestionario la defensa de la igualdad en libertad orienta el combate en occidente, en oriente y en todas partes, por tanto, ni el régimen ruso, ni los regímenes de las autocalificadas “democracias occidentales” son defendible como modelo. Sin embargo, la caricatura de Putin como “nuevo Hitler”, “nuevo Ivan el Terrible”, “sátrapa”, no tienen de utilidad política y solo son funcionales a los defensores de un modelo internacional unipolar. Somos muchos quienes consideramos más aceptable el modelo multipolar que precisamente pregona Rusia y el Sur Global, que el que pregona un occidente basado en la tensión y la guerra.

Se trata pues de ser prudentes y dar la batalla para que “la guerra NO sea la continuación de la política por otros medios”. La competencia comercial internacional es despiadada… pero la guerra es destructiva. No hay otra, hoy, que “la competencia pacífica” entre bloques y la defensa del multilateralismo.

Sobre el capitalismo ruso haría falta el espacio y estudio que ahora no tenemos disponible, sí, es un régimen represivo pero ¿qué país capitalista occidental no lo es?, ver sobre disidencias: La ideología en la Rusia post-soviética.

En el ámbito social recordemos que el informe OIT 2023 subraya que los tres países que el pasado año conocieron subida de salarios nominales en el mundo fueron China, Rusia y México (“Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo – Tendencias 2024”) y eso es importante en esta carrera por ocupar puestos aceptables en los pódiums de justicia social: China, Rusia y México únicos países del G20 que aumentan los salarios en 2023.

El régimen ruso ha sorteado el impacto de las numerosísimas sanciones occidentales (¿dónde quedó el sagrado respeto a la propiedad privada y a los códigos del derecho internacional instituido?). Las sanciones golpean a las poblaciones de la UE, mientras EEUU sanea sus arcas, comerciando su energía y su armamento.

Ni Rusia se va a hundir ni tiene mayor afán de dominio que los lobos vestidos con la piel de las democracias liberales… pero al menos defiende un mundo multipolar y un horizonte de coexistencia pacífica y eso, en este desorden mundial, no es poco.

* Artista plástico. Militante de la izquierda revolucionaria, represaliado por el franquismo, activista memorialista de la Asociación “En Medio de Abril”. Miembro del Colectivo LoQueSomos
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