Vampiros, vampiras, vampiresas y otros esperpentos españoles
Estamos viviendo unos días muy propicios para los vampiros así será mejor que los conozcamos para poder defendernos de ellos, empecemos recordando que los vampiros solo aparecen cuando se les llama, cuando se les deja entrar, en el país llamado España hubo una mayoría que les abrió las puertas y las ventanas para que invadieran todo a su gusto, pronto hemos empezado a sentir sus primeros envites, ya sabemos que estos curiosos entes se nutren de sangre, cuando no tienen otra cosa a mano beben la de los animales, por eso son todos defensores de la corrida, pero su energía principal la toman de nosotros, nos chupan poco a poco la sangre, no desean que hay mucha gente que este al corriente de lo que son, pero hay momentos como el que vivimos en que ya no les importa esconderse, salen de los oscuros patios donde se arraciman, abren las ataúdes donde descansan, las iglesias son su principal refugio, escondidos detrás de los altares y entre las inmundicias que encierran las criptas esperan su hora, cuando esta llega invaden las calles vestidos de negro, y ordenan a sus adoradores que tomen el poder, que pongan a su disposición la población que les había dejado entrar olvidando quienes eran.
Los vampiros prometen la vida eterna, de ahí su éxito, los pobres humanos deben dejarse chupar hasta la médula sin decir ni pío, así convertidos a su vez en seres eternos seguirán desangrando al resto de los mortales. Desgraciadamente para ellos hay gentes que se rebelan, que protestan al ver como desaparece todo lo que les hacia la vida agradable, así que los animales infrahumanos deben rodearse de auxiliares, si no consiguen amedrentar con las homilías de los negros y gordos vampiros principales recurren a sus auxiliares, uniformados con cascos y rostros cubiertos, que aporrean a los que protestan, todos hemos vistos las imágenes que ponen de manifiesto que las victimas preferidas de estos servidores de los infernales entes, son jóvenes, niños y muchachitas indefensas, con ellos se ceban, al tirarlos al suelo y apretarles la yugular les preparan a lo que les espera, luego les arrastran a sus coches donde desaparecen, no sabemos quienes son, no tienen rostro ni nombre.
Otros auxiliares a los que a veces deben recurrir, depende de la resistencia que oponga la población, son los lobos, u hombres lobos, siempre acompañan a los vampiros, están a sus ordenes esperando su momento, se agrupan en Grecia, en Italia, en Europa central de donde proceden muchos de estos incubos, por el momento atacan sobre todo a los emigrantes, victimas fáciles ya que a la gente no les importa verles perecer entre las patas de las bestias, después será nuestro turno y será tarde para defendernos, pero sepamos que nuestra complicidad con ellos no nos librara de que se vuelvan contra nosotros cuando sus negros amos se lo ordenen.
Hablemos un poco de las vampiresas, criaturas de ensueño que encarnan los fantasmas eróticos de los hombres, misteriosas, dispuestas a volver locos a sus victimas con sus cuerpos dedicados al placer, con sus ojos de voluptuosas miradas, con su manera de enseñar sus piernas, no mucho, eran criaturas creadas por el cine mojigato de la época, fumando en largas boquillas conseguían que los hombres al darles fuego para sus cigarrillos les entregaran también sus vidas. En realidad todo acababa bien para sus alocados enamorados, cuando se despertaban del fatal hechizo siempre había una muchachita ingenua, virgen rubia de ojos azules que les esperaba para entregarles su amor, en cuanto a las otras acababan mal, asesinadas, mujeres caídas, recogidas en lazaretos donde purgaban todas sus vidas el delito de no haber querido dedicarse a lavar platos y planchar calzoncillos para sus enamorados, Lulu, prototipo de malvada vampiresa acabó rajada por Jak el destripador, fueron un ejemplo de lo que no debe ser una mujer.
Las vampiras son mas perniciosas, auxiliares de los vampiros y seres infernales como ellos, siguen todas sus ordenes, están a su servicio y las pueden utilizar como gusten, numerosas son las que vestidas de negro se introducen en las mentes de los niños en su primera infancia para prepararlos a aceptar con docilidad lo que sus amos les tienen preparado, no especifico el que, todos lo sabemos, otras encerradas en vastos caserones reúnen a mujeres para prepararlas al servicio de sus amos. Se introducen en todas partes con sus aires modestos para controlar las mentes de los que las rodean, sobre todo las de las mujeres a la que intentan arrastrar a sectas demoníacas. Una de sus recompensas es poder salir y gritar por las calles contra el aborto, contra el matrimonio para todos, contra la libertad, incluso van a veces a gritar lo mismo a la plaza de San Pedro de Roma. Hay otras que ocupan puestos importantes, siempre con la venia de sus amos y señores, se pavonean bien vestidas por todas partes, diciendo estupideces con gestitos picaros y entendidos, son la prueba de que se puede ser rica, famosa, política, aunque se sea tonta e inculta, no hay mas que ser vampira al servicio de esos entes, no son mas que marionetas.
Estos días son muy propicios al desfile de vampiros, salen de sus despachos y cuarteles, de iglesias y conventos y desfilan por las calles mostrando los símbolos de tortura, muerte y dolor que adoran, muchos van cubiertos por capirotes, por largas túnicas que los señalan como vampiros importantes pero secretos, las vampiras se cubren de mantillas sostenidas por enormes peinetas que muestran la importancia del puesto que ocupan en la jerarquía vampírica, la música lúgubre acompaña estas marchas, la gente se arrodilla a su paso, algunos se azotan hasta sangrar, saben el gusto de los que desfilan por este liquido que cada día beben en sus ceremonias llamadas misas, otros arrodillados arrastran pesados maderos, es un espectáculo destinado a aterrar a los que no pertenecen a la elite vampírica que nos gobierna, debo decir que lo consiguen aunque muchos acaban bebiendo y bailando seguramente para olvidar la vida, o la no vida, que les espera.
Ahora ya sabéis quienes son y lo que son, contra los vampiros no es difícil luchar, colgaros al cuello una ristra de ajos, coger un palo con pico afilado y ¡A por ellos! Después proclamaremos la República.