Mick Fleetwood denominó a “Rumours”, “lo más importante que jamás hayamos hecho” y él estuvo allí en todos y cada uno de los álbumes, con lo cual, evidentemente sabía lo que decía
Mick Fleetwood dijo que “Rumours” era “lo más importante que jamás hayamos hecho” y él estuvo allí en todos y cada uno de los álbumes
A mediados de los años 70, bien fuera por la dinámica más conservadora que se impuso en la industria del disco a la hora de apostar por aventuras más arriesgadas desde que llegó la crisis económica de 1973-74 o por la ausencia de fenómenos más innovadores que lograsen enganchar con una nueva generación, lo cierto es que los años 1976-77 se caracterizaron por la irrupción de álbumes de éxito masivo que acapararon los números 1 de Billboard y de las listas oficiales de ventas durante meses y meses, alcanzando con ello la vitola de álbumes históricos. Eso es lo que sucedió en 1976 con “Frampton Comes Alive” de Peter Frampton y “Boston”, el debut de la mítica banda de Tom Scholz. En 1977 el fenómeno se repitió con ‘Rumours’, el undécimo álbum de estudio de Fleetwood Mac, que permaneció desde finales de septiembre de aquel 1977, hace ahora 45 años, 31 semanas en el n.º 1 de la lista oficial de Billboard y que a día de hoy, ha vendido un total aproximado de 45 millones de copias en todo el mundo.
Lo cierto es que los Fleetwood Mac que lograron aquel hito histórico que se recuerda en todas las enciclopedias de historia del rock eran a mediados de los 70 un grupo muy diferente del que se dio a conocer en la escena del british-blues de finales de los 60 y que lideraba Pete Green. Tras la marcha, que ya comentamos en su día del guitarrista, el grupo inició un proceso musical de progresiva evolución hacia un tipo de rock mucho más acorde con el gusto más acomodaticio de las audiencias americanas, que atravesó muchos altibajos, cambios de formación, problemas con sus mánagers, disputas judiciales por la propiedad del nombre Fleetwood Mac y una separación temporal en 1974, de la que volvieron pocos meses más tarde con un nuevo contrato discográfico y un “line up” formado por una banda a la que se había incorporado Stevie Nicks como cantante femenina y en la que ya no estaba Bob Welch, el guitarrista que sustituyó a Jeremy Spencer en 1971. Su lugar ahora era ocupado por Lindsay Buckingham. Aquella formación grabó y editó en 1975 un álbum homónimo, “Fleetwood Mac” cuyo éxito comercial preparó el camino para el suceso sin precedentes que significaría “Rumours”. Con la inestimable ayuda de Keith Olsen como productor, establecidos en California y decididos a hacerse un hueco en el mainstream del rock americano de los 70, dieron una vuelta de tuerca definitiva a su sonido y lograron un éxito comercial más que considerable, con singles como “Over My Head”, “Rhiannon” o “Say You Love Me” que sonaron incesantemente en las FM americanas durante el verano y el otoño de 1975.
Warner Music, estimulados por este en teoría inesperado éxito de una banda de la que no se esperaba demasiado, decidió redoblar la apuesta y dotar al grupo de un potente presupuesto para su siguiente álbum, que se grabó entre febrero y julio de 1976 en tres estudios diferentes –Criteria Sound Studios de Miami, Florida, Studio 3 de los Wally Heider de Los Ángeles y The Record Plant en Sausalito, California- con una producción hecha a medias entre el tándem Ken Calliat-Richard Dashut y los propios miembros de Fleetwood Mac.
Aunque “Rumours” está lleno de canciones de pop-rock agradables, tranquilas y melódicas, la creación y producción del álbum fue todo menos armoniosa y fluida. Los cinco miembros de la banda, que incluían dos matrimonios, estaban inmersos en conflictivas crisis y rupturas sentimentales en ese momento. Buckingham y Nicks tenían una relación intermitente con peleas constantes, mientras que la otra escritora y teclista principal de la banda, Christine McVie y su marido el bajista John McVie se habían divorciado recientemente después de ocho años casados y se negaban a hablarse excepto cuando trabajaban en las canciones. El batería Mick Fleetwood enfrentó sus propios problemas domésticos después de descubrir que su esposa tenía una aventura con su mejor amigo y según se dice, ello le llevo a beber de manera compulsiva hasta que al parecer, durante la grabación del disco comenzó una relación con la propia Stevie Nicks. Además, hubo mucha intrusión de la prensa en la vida de los miembros, así como la publicación de rumores sin fundamento, que precisamente darían su nombre al álbum. Esta situación estresante y la luchas internas influyeron en muchas de las letras del disco, pero contra todo pronóstico, estos conflictos no afectaron negativamente la calidad del álbum o su producción.
Todo lo contrario. “Rumours” es un compendio de canciones de una calidad y un atractivo inmensos, que van de los más conocidos “The Chain” o la legendaria “Go On Your Own Way” a la sensacional “Don’t Stop”, un clásico de clásicos de la historia del rock americano, pasando por “Dreams” o las aportaciones de Lindsay Buckingham, quien además de firmar “Go On Your Own Way”, incluyó “Never Going Back” o “The Chain”, piezas clave en el éxito de “Rumours”.
Cabe incluso decir lo siguiente. Durante la etapa de creación de las composiciones, Buckingham y Christine McVie, de formación clásica, tocaron juntos la guitarra y el piano para crear las estructuras básicas de las canciones. Más tarde se les unió la sección rítmica de Mick Fleetwood y John McVie, los últimos miembros restantes de la banda de blues original que se formó a fines de la década de 1960. Stevie Nicks, quien a tenor de muchas de sus declaraciones en diversas entrevistas acerca de la historia de “Rumours” siempre sostuvo que Fleetwood Mac creaba la mejor música cuando estaba en peor forma, señaló este disco como el mejor ejemplo. El objetivo de la banda y sus productores era tener un producto final “sin relleno”, en el que cada canción tuviera el potencial de ser un sencillo o un éxito para la radio. Si no lo lograron al cien por cien, indudablemente estuvieron muy cerca de alcanzar este objetivo.
Las otras dos contribuciones de Christine McVie son tranquilas melodías de piano. “Songbird” se interpretó y grabó en una sala de conciertos cerrada para capturar el ambiente a la perfección. Con una letra introspectiva, casi como una oración, la canción ha sido versionada varias veces. “Oh Daddy” es un tema más complejo que hace referencia directa a Mick Fleetwood, a quien la banda apodó “The Big Daddy”.
Mick Fleetwood denominó a “Rumours”, “lo más importante que jamás hayamos hecho” y él estuvo allí en todos y cada uno de los álbumes, con lo cual, evidentemente sabía lo que decía. Con su éxito, el grupo continuaría grabando durante los próximos años a través de muchos cambios en el mundo del pop y el rock. Para el décimo aniversario del álbum en 1987, había vendido casi 20 millones de copias en todo el mundo. Y hoy, es una joya que en el 45 aniversario de su llegada al n.º 1 en Inglaterra y Estados Unidos, reconforta y agrada escuchar.
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