Alfonsina Storni, defensora de los derechos civiles de la mujer
El 29 mayo 1892, nace Alfonsina Storni una de las poetisas latinoamericanas que contribuyó a la evolución del pensamiento femenino en el continente. Profundizar en la obra literaria y en su vida es reconocer la visión feminista de problemas trascendentales que en su época estuvieron marcados por los conceptos valorativos y discriminatorios del hombre. Junto a Delmira Agustini, Juana de Ibarborou y Gabriela Mistral marcó a inicios del siglo XX un modo de hacer; con ella se alzó la voz de las mujeres en las letras.
En la literatura universal la contribución de la poetisa argentina Alfonsina Storni, determinó el avance del desarrollo de la conciencia sobre el papel de la mujer en la sociedad, desafió con su manera de expresar el orden establecido por el discurso prejuicio masculino.
Características como la ironía, el desacato e incluso la intelectualización, eran patrimonio de un mundo exclusivamente varonil que solo se mostraba tolerante con las escritoras cuando estas asumían una función decorativa al declamar en los salones solo para lucir sus encantos, la aceptación de su debilidad y de su sometimiento…
Alfonsina Storni, una de las más importantes poetas del siglo, quedó inmortalizada en la canción "Alfonsina y el mar", de Luna y Ramírez. Mujer, madre soltera y feminista, fue baluarte en la defensa de los derechos civiles de la mujer e impulsora de la Sociedad Argentina de Escritores.
Alfonsina tuvo una trágica historia que marcó el diario ir y venir de su existencia. Nació en cantón de la Suiza italiana, cuando su padre, decide mudarse a Rosario, donde establecen un negocio familiar, en el cual Alfonsina trabaja de lava platos y mesera. Cuatro años después, fallece el padre, en tanto, ella se emplea como obrera, no paraba de escribir poemas, se dedica por un tiempo al teatro, y termina por recibirse de maestra.
Asiste a veladas literarias en ellas conoce al primer amor; un hombre cuyo nombre hasta la fecha no se identifica. Un hombre de edad madura, periodista, y casado con el cual Alfonsina tuvo un romance y un hijo: Alejandro. El nacimiento del hijo termina de definirla como una mujer que se enfrenta sola a la vida y a sus decisiones.
En 1916 sale a la luz su primer libro titulado, La inquietud del rosal, el cual fue publicado con grandes dificultades económicas. Así sorprende con otros poemas por la capacidad que demuestra de mirarse por dentro, cosa poco común en los poetas de la generación.
Entabló amistad con Amado Nervo, y con uno de los hombres más importantes de su vida: Horacio Quiroga, quien se convertiría en otro de los trágicos amores de Alfonsina. También compartió amistad con Federico García Lorca.
Obtuvo en 1920, el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura por Languidez, se hunde en un estado depresivo y melancólico.
La leyenda de Alfonsina Storni cuenta que Alfonsina, estaba cansada y anhelaba la muerte como una liberación. Escribe los últimos versos en el poema "Voy a dormir", y en una carta dirigida a su único hijo, Alejandro expresa ese deseo. Huye hacia el fondo del mar, un mar que durante mucho tiempo amó y evocó; un mar que la reclamó, escribe poemas plagados de sal.
Mar, yo soñaba ser como tú eres…
Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza,
¡Aire de mar!… ¡Oh tempestad, oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza…
La vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele.
Alfonsina Storni se revela a través de los poemas, se eterniza su voz, nacida de la rebelión y el rechazo, se impuso por la autenticidad y la valentía del estilo al expresarse en medio de tantos artificios y convenciones literarias pero la sociedad que le tocó vivir ahogó los sueños de situar con justeza a la mujer junto al hombre.