Alice Cooper: The hollywood vampires
Mariano Muniesa*. LQSomos. Noviembre 2015
Pocas veces se encuentra uno a estas alturas del rock business con un proyecto musical tan atractivo, lleno de grandes nombres del mundo del rock y con versiones tan potentes, crudas, genuinamente rockeras y que desprenden tanta energía como las que componen este formidable disco.
En palabras de su protagonista, Alice Cooper, este ambicioso proyecto llevaba en su cabeza desde hacía ya varios años, y según ha contado en varias de las entrevistas que ha concedido con motivo de la salida a la venta del disco, “John Lennon, Keith Moon, John Bonham, Jim Morrison, Harry Nilsson… yo les conocí a todos, y en mis años de nube etílica, me emborrachaba con ellos en Los Ángeles. Llegamos a ser muy buenos amigos. Cuando nos juntábamos unos cuantos, éramos el terror de la ciudad y llegamos a formar un club que cuando nos reuníamos, bien fuera en Los Ángeles o en el Speakeasy de Londres, nos guardaban un reservado. Nos llamaban los vampiros de Hollywood. Muchos de ellos han muerto, y sentía casi como una cuestión de conciencia hacerles un homenaje”.
Y este es el resultado final de ese homenaje. Un disco de versiones de grandes clásicos de la historia del rock, de temas pertenecientes a la carrera de grupos que han perdido a alguno de sus miembros, en muchos casos a alguno de sus miembros más carismáticos a cargo de una selección de músicos reunidos para esta grabación por Alice Cooper y el actor Johnny Depp que probablemente sea irrepetible. Desde Sir Paul McCartney a Brian Johnson de AC/DC pasando entre un largo etcétera de celebridades del mundo del rock por Joe Perry de Aerosmith, Zak Starkey, Perry Farrell, Dave Grohl, Slash, Robbie Krieger, Kip Winger, Christopher Lee, o los ex- Guns N’ Roses Duff McKagan y Matt Sorum. Por supuesto, y ante un proyecto de esta envergadura, el productor no podía ser otro que Bob Ezrin, y su trabajo solo cabe ser calificado de sobresaliente.
Se abre esta joya musical con una delicatessen que quienes hemos sido seguidores de ese inmenso actor que fue Sir Christopher Lee, el Drácula más terrorífico que se haya encarnado en el cine, agradecemos infinitamente. Un monólogo titulado “The Last Vampire” recitado por el gran actor poco antes de su fallecimiento que finaliza con las míticas palabras que el Conde Drácula dirigía a Jonathan Harker en su llegada al castillo del vampiro cuando suenan en la lejanía aullidos de lobo. “Escúchelos… las criaturas de la noche…¡qué música hacen!”
¿Podía iniciarse de otra manera un disco de una banda llamada Hollywood Vampires? La música de fondo que decora las palabras de Lee han corrido a cargo de Bon Ezrin y Johnny Depp.
La cosa continúa con un furioso y heavymetalero rock lamado “Raise the Dead” en el que nos encontramos a Alice Cooper ejerciendo de cantante, como en la mayoría de las canciones del álbum, en las guitarras a Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería Glenn Sobel y en el bajo a Bruce Witkin. Auténtico temazo que es puro Heavy Metal y en el que Mr.Fourniere esta impresionante.
Abrimos el álbum de recuerdos con un “My Generation” de los Who que reune en las guitarras a Johnny Depp y Tommy Henriksen, bajo Bruce Witkin, batería Zak Starkey -actualmente en los Who- y coros a cargo de Tommy Henriksen. Otro trallazo muy heavymetalero que recupera a los Who más crudos y viscerales.
“Whole Lotta Love” de Led Zeppelin se la reparten en las voces Alice Cooper y Brian Johnson, con guitarras de Joe Walsh, Johnny Depp, Orianthi, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería Zak Starkey, bajo Kip Winger y programación de Tommy Henriksen. Siguen los vampiros subiendo el volumen de sus amplificadores, incrementando la potencia de las guitarras y sacando en esta versión la vena más netamente heavy de sus protagonistas.
“I Got a Line” reúne junto al micrófono a Alice Cooper y a Perry Farrell, con guitarras de Joe Walsh, Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería Abe Laboriel Jr., bajo Kip Winger y coros Perry Farrell, Tommy Henriksen y Bob Ezrin. ¡Fabulosa! El gran clásico de los míticos Spirit de Randy California es más hard rock que heavy metal, se mantiene muy fiel a la original y es de las que os confieso que a medida que escuchaba el disco, es de las que más he repetido en el reproductor.
“Five to One / Break On Through” nos trae a la guitarra a uno de los Doors originales y uno de los supervivientes, Robbie Krieger, a quien acompaña en el bajo Bruce Witkin y Abe Laboriel Jr. en la batería. Oscura, densa, creo que intencionadamente trata de recrear esa misma energía tan especial y sofisticada que los Doors desarrollaban tanto en sus grabaciones como en sus actuaciones en directo.
“One / Jump Into The Fire”, el personal homenaje de Alice Cooper a su amigo Harry Nilsson – ¿Quíen no recuerda aquella maravilla llamada “Everybody´s Talking” de la banda sonora de la película Cowboy de Medianoche? – vuelve a tener cantando juntos a Alice Cooper y a Perry Farrell, con Robbie Krieger, Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin en las guitarras, Bruce Witkin en el bajo y en la batería… ¡Dave Grohl! ¡que fiera! Y es que no se debe olvidar que aunque Foo Fighters es desde hace muchos años ya su proyecto, su banda, en Nirvana demostró ser el mejor instrumentista del trío con su inconfundible pegada a la batería. Una versión muy personal -aunque en el caso de “One” me sigue gustando más la versión que hicieron los Three Dog Night- y en la que encontramos un más que inspirado trabajo de teclados a cargo del propio Bob Ezrin.
“Come and Get It”, canción de los Beatles compuesta por Paul McCartney para la BSO de la película The Magic Christian en diciembre de 1969, aunque fue popularizada en los primeros meses de 1970 por aquel fantástica banda que tristemente es apenas conocida y recordada, Badfinger -algún día escribiré algo sobre ellos, merecieron mejor suerte-. McCartney, que toca también el piano y el bajo en esta grabación, canta maravillosamente en esta versión en cuyas guitarras encontramos nada menos que a Joe Perry y Johnny Depp y a Abe Laboriel Jr. en la batería. Divertida y lograda versión que acaba con una suerte de broma musical, muy al estilo de los Beatles del White Album.
“Jeepster” de T.Rex está grabada por Joe Perry, Johnny Depp y Tommy Henriksen en las guitarras, Glenn Sobel en la batería, Bruce Witkin en el bajo y cuenta con Bob Ezrin haciendo coros en una versión muy original, en la que le han imprimido en determinadas partes un aire country-rock burnísomo. Este mismo line up es el que esta tras “Cold Turkey” de John Lennon y “Manic Depression” de Jimi Hendrix, aunque en este último, la batería es de Zak Starkey. Quizá estas dos piezas sean las menos logradas, o dicho de otra forma, las que al escucharlas, no poseen un gancho especial o por lo menos a mi, me han dejado la impresión de haber quedado poco trabajadas, muy planas, muy lineales.
En cambió, el fantástico “Itchycoo Park” tiene al mejor Alice Cooper como vocalista de todo el disco, el dueto de guitarristas formado por Depp y Henriksen, dentro de la dureza de esta versión le han dado a las guitarras un colorido y un tratamiento que entronca con aquel aire pop propio de los Small Faces de Steve Marriott. Excelente trabajo aquí de Bruce Witkin en el bajo y de Glenn Sobel en la batería.
“School’s Out / Another Brick in the Wall Pt. 2″ es una pieza coral en la que nos encontramos a Alice Cooper de nuevo con Brian Johnson como cantantes, Slash, Joe Perry, Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin en las guitarras, Dennis Dunaway en el bajo y Neal Smith en la batería. De nuevo, una versión muy dura, muy heavymetalera, de lo mejor de todo el álbum en cuanto a producción, excelentes solos de guitarra, y una base de ritmo fuerte, contundente, penetrante… y en la que el encaje del “Another Brick In The Wall” es todo un prodigio de imaginación.
Llegamos al final con un medio tiempo hardrockero muy emotivo, “Dead Drunk Friends” con las guitarras de Johnny Depp, Tommy Henriksen y Bruce Witkin, batería de Glenn Sobel y en el bajo a Bruce Witkin que viene a ser, como si fuera un álbum conceptual, el final de la historia, con una letra que es todo un tributo a esos amigos del club de los Vampiros de Hollywood que se fueron para siempre.
Grandes canciones, historia del rock, una cuidada producción y músicos que han sabido hacer un trabajo verdaderamente magnífico. Será de los grandes álbumes de 2015, y -obvio es decirlo- os lo recomiendo sinceramente.