Che, 54 años de inmortalidad
Por Arturo del Villar*. LQSomos.
Su diario boliviano abarca del 7 de noviembre de 1966 al 7 de octubre de 1967. Al día siguiente se produjo el combate en la Quebrada del Churo, donde resultó herido en una pierna
El Guerrillero Heroico, claro apelativo para recordar al comandante Ernesto Guevara, el Che, estuvo anotando en libretas los acontecimientos del día, y lo hizo hasta el antepenúltimo de su vida. Tras haber contribuido decisivamente a convertir a Cuba en el primer territorio libre de América, dio por terminada su tarea en la isla, y se decidió a liberar a otros países del imperialismo, hasta que la traición le hizo caer en Bolivia. Aquélla también era su patria, como Argentina, como Cuba, como el Congo, como todo el mundo, porque era el Guerrillero Universal, ejemplo supremo para quienes reconocen una única patria común, la Libertad de los Pueblos.
Su diario boliviano abarca del 7 de noviembre de 1966 al 7 de octubre de 1967. Al día siguiente se produjo el combate en la Quebrada del Churo, donde resultó herido en una pierna. Fue trasladado a la escuela de La Higuera en un estado deplorable: con el pelo enmarañado, sucio, cubierto de barro y sangre, la ropa harapienta hecha jirones, sin botas, con los pies envueltos en trapos, era la imagen de la derrota.
Allí fue interrogado, torturado y asesinado por orden de la CIA, que celebraba haberse librado del hombre solo más poderoso que toda su organización. Pero si mataron a un ser humano crearon el mito del Guerrillero Heroico, que como todos los mitos es eterno y acusa a los Estados Bandidos de América de criminales contra la humanidad. Se había definido a sí mismo declarándose “un hombre que actúa como piensa”, y eso es lo que hizo hasta el final, con el pensamiento puesto en la liberación de los pueblos oprimidos. Ofrendó su vida por el cumplimiento de su ideal, y por ello continúa y continuará viviendo en la memoria de los pueblos. Mueren los seres humanos, en tanto los mitos se eternizan.
El mejor retrato espiritual del comandante Guevara lo hizo el presidente Fidel Castro a los pocos días, el 18 de octubre. En la Plaza de la Revolución de La Habana se reunió la mayor concentración de personas vista hasta entonces, incluso en las celebraciones de momentos heroicos revolucionarios. Un millón de seres expectantes siguió el discurso pronunciado por el líder supremo de la Revolución, el comandante en jefe Fidel Castro.
A diferencia de lo habitual en él, que hablaba con voz potente y poderosa y podía hacerlo durante horas, ese día cuentan las crónicas que su voz estaba entrecortada por la emoción, al rendir homenaje al antiguo compañero de tantas hazañas heroicas en la sierra, y de tantos trabajos en la paz para convertir a Cuba en un modelo para los pueblos dominados por el colonialismo. Seguramente el fragmento más conmovedor del discurso fue éste:
Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che! Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios: ¡queremos que sean como el Che!
Los sicarios de la CIA pretendieron hacer desaparecer el cuerpo del Che y sus pertenencias, entre ellas su diario. No lo consiguieron. Sus restos mortales con las manos cortadas, junto a los de seis guerrilleros que lo acompañaban, fueron encontrados en 1997, y trasladados a Santa Clara, a un grandioso monumento que honra su memoria.
El diario boliviano fue autorizado a sacarlo de Bolivia y trasladarlo a Chile, de donde fue enviado a La Habana. Una vez comprobada su autenticidad, fue impreso en julio de 1968 por la Editora Política, con un prólogo explicativo del comandante Fidel Castro y un prefacio de Camilo Guevara, hijo del Che, muy ilustrado con mapas y fotografías. Se hizo una tirada de un millón de ejemplares, distribuidos gratuitamente a los cubanos. Considerando las ediciones que desde entonces se suceden en los más variados idiomas del mundo, bien puede afirmarse que es uno de los libros más populares de nuestro tiempo.
Así es, porque el nombre de comandante Ernesto Guevara figura en el Olimpo de los grandes héroes de la humanidad, y acusa a sus asesinos.
– Imagen de portada: Diario de Che
* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio
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