Collages. Del pene mecánico a la vagina dentata y el sueño nazi
Por Nònimo Lustre. LQSomos.
Creo que, para restaurar la homeostasis interna del sistema sexo/género, es preciso introducir el tópico del Pene Mecánico o Polla Dentada, máxime cuando nos adentramos en una Edad Protésica cuyos precursores fueron las ‘ayudas penianas’
Dos collages pergeñados durante las ‘entrañables’ fiestas…
Goya. Volaverunt (Volaron), Caprichos, folio 4 r, Museo del Prado. Abajo, artilugio de L. da Vinci. Fondo: el emperador persa Ciro II el Grande en versión decimonónica.
Nada más lejos de mi intención pero… por las obligaciones de un guión zafio y machote, he tenido que poner el pene dentado de da Vinci apuntando a salva-sea-la-parte de la maja voladora. No pretende ser una analogía de la famoso usanza de la Vagina dentata, pánico sufrido por los hoy toscamente llamados ‘empotradores’. Perdón por la ajada insinuación porno.
Creo que, para restaurar la homeostasis interna del sistema sexo/género, es preciso introducir el tópico del Pene Mecánico o Polla Dentada, máxime cuando nos adentramos en una Edad Protésica cuyos precursores fueron las ‘ayudas penianas’ –anillos, alargadores y extensores con o sin la técnica alemana mencionada en el berlanguiano Imperio Austrohúngaro. Como era de esperar en la industria androcéntrica por antonomasia, no se ha inventado ni comercializado ningún reductor peniano.
Contubernio Hitler-Göring. Arriba, Margarita de Borgoña es rapada en 1314 según miniatura del siglo XIV. Abajo, Desollamiento de los dos amantes de Margarita y Blanca de Borgoña.
En este caso, las instrucciones del guión son confusas: ¿cómo debemos leer el collage, de arriba abajo o al revés? Pues quizá de las dos maneras: arriba, Hitler propone que el nazismo debe empezar rapando a las mujeres. Su congénito arcaísmo le lleva a justificar su propuesta con el caso de una reina del siglo XIII. Pero, si empezamos a leer desde abajo, entonces aparecería la truculencia más sanguinaria en la raíz del contubernio: el desollamiento de los amantes y el verdugo con hacha que emana de la mano de Hitler.
Sea como fuere, del collage se desprende que los jerarcas nazis –es decir, los que estaban más cerca de los magnates que les patrocinaban-, soñaban con suplicios medievales pero no para reproducirlos mecánicamente sino para mejorarlos. Nada nuevo. Ayer y hoy, es la Onírica propia de todos los que aspiran al poder absoluto. No creo que leer las interpretaciones de Freud ayude a profundizar en el rizoma del problema que padecemos las gentes del común. Quizá porque don Segismundo F. no contempló el caso del Pene Mecánico.
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