¿Cómo responderá EEUU tras el fracaso de la contraofensiva de Kiev respaldada por la OTAN?
Por Andrew Korybko*.
No hay ninguna posibilidad de que Rusia haga alguna vez concesiones unilaterales sobre sus intereses objetivos de seguridad nacional, y mucho menos ante un chantaje nuclear…
Es imposible conseguir nada con una mayor escalada de este conflicto
La contraofensiva de Kiev respaldada por la OTAN ha sido desastrosa, algo que incluso los principales medios de comunicación se vieron obligados a reconocer después de que fuera imposible negarlo. La CNN reveló que ya había perdido alrededor del 15% de sus vehículos de combate de infantería Bradley durante la primera semana, mientras que Forbes informó de que aproximadamente el mismo porcentaje de tanques alemanes Leopard habían sido destruidos, así como la mitad de sus vehículos de brecha “únicos”. Por su parte, el presidente Putin afirmó que se había perdido entre el 25 y el 30% de todo su material extranjero.
La reelección de Biden depende del éxito de la campaña militar más importante de Occidente desde la Segunda Guerra Mundial, lo que lleva a preguntarse cómo responderá Estados Unidos tras su fracaso. En el mejor de los casos, obligará a Kiev a entablar conversaciones con Rusia para alcanzar un armisticio similar al de Corea, pero probablemente eso no ocurrirá hasta que se agoten todas las demás opciones. Éstas incluyen la ampliación del conflicto a Bielorrusia, Moldavia y/o las fronteras rusas anteriores a 2014 y la aprobación de una intervención militar liderada por Polonia.
Todas estas opciones podrían llevar a un enfrentamiento nuclear con Rusia provocado por Estados Unidos, para el que ya se está preparando, como demuestran los mayores ejercicios aéreos de la OTAN que se están llevando a cabo actualmente en Alemania y el refuerzo de sus capacidades nucleares en el continente. Sin embargo, no hay ninguna posibilidad de que esta peligrosa apuesta tenga éxito y Rusia capitule ante el chantaje, ya que es más que capaz de garantizar que Occidente sería totalmente destruido si se atreviera a utilizar primero las armas nucleares.
Los submarinos rusos merodean por los océanos y siempre están listos para lanzar un ataque nuclear de represalia si se da la orden. En el frente europeo, Kaliningrado se ha convertido en una fortaleza equipada con armas nucleares, mientras que las armas nucleares tácticas están a punto de desplegarse en la cercana Bielorrusia. Los misiles hipersónicos rusos Kinzhal pueden perforar el llamado “escudo de defensa antimisiles” de Estados Unidos, por lo que no hay esperanza de que impida la “destrucción mutua asegurada” en caso de que los belicistas liberal-globalistas decidan atacar primero.
Estas capacidades puramente defensivas deberían ser más que suficientes para disuadir el apocalipsis, aunque no se puede dar por sentado que Estados Unidos reaccionará racionalmente tras el fracaso de la contraofensiva de su apoderado. Hay demasiado en juego en el escenario imposible de que Kiev expulse completamente a Rusia de todo el territorio que reclama como propio para que Washington acepte simplemente la derrota. Por lo tanto, sus responsables políticos podrían pensar que deben “escalar para desescalar” por desesperación para lograr algo que pueda ser presentado como una “victoria”.
No hay ninguna posibilidad de que Rusia haga alguna vez concesiones unilaterales sobre sus intereses objetivos de seguridad nacional, y mucho menos ante un chantaje nuclear, razón por la cual los belicistas liberal-globalistas estadounidenses deberían desterrar esa idea antes de que pongan en peligro la existencia de la humanidad. Cualquiera que sea su reacción ante el fracaso de la contraofensiva de Kiev, debe guiarse por este hecho e idealmente desescalar la guerra proxy OTAN-Rusia, ya que es imposible lograr nada escalando aún más este conflicto.
– Traducido para LoQueSomos por Selodi Gasan Adie
– Nota original: How Will The US Respond After The Failure Of Kiev’s NATO-Backed Counteroffensive?
* Andrew Korybko es un analista político estadounidense con sede en Moscú que se especializa en la relación entre la estrategia de EEUU en Afro-Eurasia, la visión global de China One Belt One Road de la conectividad New Silk Road y Hybrid Warfare. Otras notas del autor
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