Estas organizaciones afirman, como recoge la historia, que los títulos nobiliarios del rey y del príncipe "se abolieron definitivamente en Catalunya con la proclamación de la República Catalana y la II República Española en 1931, pero fueron rehabilitados por la dictadura del general Franco recién acabada la Guerra Civil" y exhortan "a los Ayuntamientos de Barcelona, Girona y Cervera a desvincularse también de una monarquía forastera, parasitaria del erario público, establecida en Catalunya por la fuerza de las armas, que no reconoce ni respeta la soberanía catalana, contra la cual se ha manifestado pública y reiteradamente". También rotundamente expresan: "el actual régimen monárquico fue impuesto por la dictadura franquista. Juan Carlos de Borbón, heredero de Francisco Franco, nunca ha sido avalado por las urnas ni ha aceptado someterse a un referéndum específico sobre la continuidad de la jefatura que representa. Además, bajo su reinado se ha amparado una inmensa corrupción institucional que contamina hasta a su propia familia".

Es un derecho legítimo, y ya una necesidad, que todos los miembros el Pueblo decidamos nuestra forma de autogobierno y no tengamos que seguir sometiéndonos a las imposiciones de falsa "la mayoría" ni a representantes políticos ni a jefes de estado. Estamos empezando a preparar, y también estamos proponiendo desde distintas asambleas horizontales del Pueblo al Coronel Amadeo Martínez Inglés, a Josep M. Vall y muchas otras personas de indudable y honesta entrega a los intereses del Pueblo que trabajan gratuitamente en muy diversos campos de acción, las bases que queremos consensuar para una nueva etapa constituyente donde todos los miembros del Pueblo que queramos seamos los que decidamos y nos representemos a nosotros mismos sumando mediante asambleas horizontales por consenso, para así llegar transitoriamente a la III República Social del Pueblo con un nuevo concepto de base, la Pueblocracia [(1) Pueblocracia], que supera en mucho a la, ya demostrada durante tantos siglos, la siempre hipócrita y maldita democracia [(2) Origen de la democracia] que tanto interesa difundir a los poderosos de todo el mundo, incluso con guerras y bombas. Si tanto les interesa a las elites con sus ilegítimos privilegios, es seguro que no nos beneficia a nosotros.

Debemos empezar a prepararnos colectivamente rechazando las pérfidas herramientas de esta oligarquía democrática y creando ese nuevo sistema justo y del Pueblo llamado Pueblocracia, basado en asamblearismo horizontal sin representantes, ni mayorías, ni minorías, con toma de decisiones por consenso mediante el diálogo, y rechazando cualquier injerencia de los que tratan de imponer su criterio forzando mediante el voto democrático mayoritario la imposición de una supuesta mayoría y la aniquilación de cada una de las minorías que se atreven a pensar de otra manera.

Proponemos que la III República Social del Pueblo, es decir pueblocrática, se base pues en asambleas horizontales del Pueblo y en la toma de decisiones por consenso mediante el diálogo, y no por votación mayoritaria democrática que es la herramienta con la que nos manipulan las elites para imponer sus intereses generando así un pensamiento único fascista tratando de anular una a una a cada minoría que piensa diferente que, junto a las otras minorías, son la mayoría real. Así han conseguido siempre la desunión de todas las minorías y la pérdida del enriquecimiento que supone un pensamiento plural que realmente represente la diversidad del Pueblo.