Gaza sin nombre
En las calles sin nombre de Gaza
Solían jugar unos niños de rostros familiares
Un brote de algo verde que vive
Busca el sol
Se aferra a la pared que está por derrumbarse
Se guarnece en una grieta
Pero busca el sol
Una mascota aturdida cruza la calle
Busca sus próximas horas sin dueño
Busca a ciegas los rostros familiares
Que guarda en su memoria
Una nube de polvo y pólvora
La abraza
El nieto del zapatero Mutassim no volvió
Los hijos del doctor Tayyeb
Jugaban en las calles sin nombre de Gaza
Un fantasma de metralla y fuego
Borró los nombres
Sepultó los rostros familiares
Quemó sus juegos de infancia
Un granado se mantiene aún erguido
En el antiguo patio de las risas
Hecho hoy un páramo de sombras
Rodeado de los escombros
Que fueron su casa
Una anciana con su negra abaya hecha jirones
Camina alrededor del granado
Busca agua y lo riega
Sacude sus ramas y sus hojas
Cae una lluvia de polvo y pólvora
El granado se vuelve verde
Contra todo el sentido común de los cuerdos
Contra toda la lógica de los sabios
Contra toda la mesura del hombre racional
Esa anciana con su negra abaya hecha jirones
Calma la sed de su último familiar vivo
Unos geranios rojos
Transplantados ferozmente por el último misil
Buscan la sangre
De aquellos que fueron sus rostros familiares
No la encuentran en la calles sin nombre
No está cerca
Se filtró por las heridas profundas de la tierra
No hay pájaros
En las calles sin nombre de Gaza
El zumbido aterrador de los zenanas
Los han obligado al exilio o al silencio
Morirán en Chipre o en El Cairo
Huérfanos de Gaza
Mudos como el hermano
Que quedó en Jabalia
Una jaula de aluminio retorcido
Atesora una piedrita de carbón
Que ya no canta
En las calles sin nombre de Gaza
Solían jugar unos niños de rostros familiares