La Libertad de Expresión. El caso de Pablo González
Por Javier Sáenz Munilla*
Intervención en el acto realizado en el Ateneo de Madrid, y organizado por la Agrupación Republicana, el miércoles 25 de septiembre. Primer acto en Madrid desde la liberación del periodista Pablo González de su secuestro político en Polonia…
Nos encontramos en una DEMOCRACIA CONSOLIDADA. Y en un JARDÍN CIVILIZATORIO. Pero, estamos en guerra. Y ya se sabe que en la guerra, todo vale. No sabemos quién ha declarado esa guerra y en base a qué mecanismos democráticos ha sido aprobada esa declaración por nuestros representantes legítimos. Porque estamos en una DEMOCRACIA CONSOLIDADA y sin embargo, esa DECLARACIÓN DE GUERRA no se ha hecho por los “cauces reglamentarios”. Pero se ha hecho desde arriba, desde el poder que nos manda. Y entre otras cosas nos manda decir que ESTAMOS EN GUERRA. Y en consecuencia, como en guerra todo vale, pues anulamos algunos derechos y libertades. Entre ellas, la LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Claro que eso no lo declaramos, simplemente lo ejecutamos porque así se nos ordena.
En guerra, no podemos permitir que los medios del enemigo difundan su propaganda, sus mentiras entre nuestros ciudadanos. Así es que se prohíben los medios del enemigo. Aquí, la única propaganda, las únicas mentiras a difundir son las nuestras. Que para eso estamos en guerra. Eso sí, decimos que siguen en vigor todos nuestros principios y nuestras leyes que pretendemos defender y que por eso estamos en guerra. Vamos, que decimos que siguen en vigor. Aunque en realidad, nunca las hemos aplicado “al pie de la letra”. Veamos:
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DD.HH. Art.19.
“Todo el mundo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de NO SER MOLESTADO a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
¡Qué claro y qué conciso! Porque en un sólo artículo se incluye el derecho a la libertad de expresión, el Derecho a la Información y la Libertad de Información, que son tres cosas distintas.
La CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, Art.20.
“1. Se reconocen y protegen los derechos:
A expresar y difundir libremente pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.
2.El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
3. La Ley regulará la organización y control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, y de las diversas lenguas de España”.
Promesas vanas, que hoy, 46 años después, se incumplen una tras otra, en esta parte del JARDÍN CIVILIZATORIO.
Como decía hace unos días un politólogo, “La democracia liberal traiciona sus propias reglas”. Hoy, por decirlo claro y rápido, priman la GUERRA MEDIÁTICA, el CONSENSO PROPAGANDÍSTICO, el CHISME SIN SUSTENTO llamado ‘fake news’.
Y con el batiburrillo mediático que han creado, precisamente con ese fin, tenemos a la opinión pública completamente despistada o simplemente escorada tragándose las mentiras que multimillonarios como Elon Musk difunden de forma masiva por sus poderosas redes. Recuperar la opinión pública resultaría hoy imposible, porque está en manos del dinero que posee las redes y los medios. Así es que, los PADRES DE LA CONSTITUCIÓN, tan prolijos y abigarrados en sus textos, se olvidaron de lo fundamental. Para promover la libertad de expresión, el derecho a la información y la libertad de información, hay que controlar LA PROPIEDAD DE LOS MEDIOS.
Hoy en día, con ese poder los oligopolios de la información construyen ideas-Marco del estilo de China es nuestro enemigo, nos va a atacar en tres años y no estamos preparados (Esto se publicó en el The Washington Post).
Añadamos a ello, la forma en que los poderes establecidos reparten a su gusto la llamada publicidad institucional, gracias a la que algunos medios pueden sobrevivir, el maltrato laboral y salarial a los informadores con trabajos precarios que, claro está, ven peligroso defender su criterio profesional por aquello de que no es conveniente morder la mano de quien te da de comer (aplicable también a las empresas periodísticas respecto a la publicidad institucional).
Y esto, respecto a las triquiñuelas digamos, respetuosas con la legalidad democrática. Según datos de la Federación Europea de Periodistas, desde 2015 se han producido 49 asesinatos de periodistas en Europa, 15 en países miembros de la UE, -1.600 violaciones graves de la libertad de prensa, -141 periodistas en prisión en Europa (Entre ellos en ese momento estaban Julian Assange y Pablo González).
En Noruega, Alemania y Reino Unido, ya hay sentencias condenatorias por espiar a periodistas por ‘seguridad nacional’.
Decía al principio que dicen que estamos en guerra. Vean este titular de un Telediario de TVE del 18 de agosto de 2007:
“VUELVE LA GUERRA FRÍA. RUSIA HA INICIADO MANIOBRAS MILITARES”
Es decir, por unas simples maniobras de Rusia se habla del comienzo de la guerra fría, pero no se dice lo mismo cuando en ese momento se instalaban bases norteamericanas en Bulgaria y Rumanía, con 5.000 soldados estacionados o cuando EEUU decide instalar en Polonia su escudo de misiles con diez rampas de lanzamiento o su gran sistema de control por radar en Chequia.
Hoy, Estados Unidos tiene armas nucleares en Italia, Alemania y Países Bajos en pleno jardín civilizatorio.
En abril de 2008, titulaba El País: “Los aliados respaldan en bloque el escudo antimisiles de Bush” (Se refería a la cumbre de la OTAN en Bucarest en el que los 26 miembros dan su apoyo a esto, sin que nadie hable de “GUERRA FRÍA”)
Ocultando estos hechos y no recordándolos en momentos en los que determinada información así lo requiere, para contextualizarla, se manipula esa información.
Esto tiene un fin. Pensando que las grandes mayorías son incapaces de comprender nuestros justos objetivos, necesitamos, como escribió Noam Chomsky, “domesticar al rebaño perplejo; algo que viene a ser la nueva revolución en el arte de la democracia:la fabricación del consenso”.
O como apuntó también Chomsky, sobre el gurú de la era Kennedy, teólogo por más señas, Reinold Niebuhr, que consideraba que “la racionalidad es una habilidad al alcance de unos pocos, mientras que la mayoría se guía por las emociones y los impulsos”. Por lo que propugnaba crear “ilusiones necesarias y simplificaciones acentuadas” desde el punto de vista emocional para que los que llamaba, “bobalicones ingenuos”, se traguen la píldora.
Otro mecanismo de manipulación y desinformación son los sondeos; su difusión. Señala Ignacio Ramonet que se trata de “una nueva forma de condicionamiento que nos influye sin hacerse notar. Al recordarnos constantemente el deseo de la mayoría, nos sugieren que vayamos en la misma dirección. Ya que los indecisos tienden a alinearse con la opinión de la mayoría”. Los sondeos trabajan además con una opinión pública ya perfilada como un reflejo de la información de masas y de la publicidad. Se establece un anillo que circunscribe la norma social, EL CONSENSO, y la conformidad. Fuera de él está lo marginal, la desviación, la anormalidad.
La consecuencia de todo ello es una ciudadanía desinformada y muy manipulable. Esto es lo que se quiere y por ello, los periodistas que cumplen con su obligación de informar, molestan.
Por eso encarcelaron a Julian Assange y a Pablo González, verdadero experto en el espacio postsoviético, avezado ya con su cobertura de la guerra del Donbass en 2014 y tantos otros…no sólo periodistas, ahí tenemos aun encarcelado a Pablo Hassel.
Entonces, ¿por qué hoy los medios, a pesar de la enseñanza de lo que supusieron las mentiras sobre Iraq, por qué los medios siguen haciendo los mismo en coberturas como, por ejemplo, la guerra de Ucrania? Horrible, rechazable, ilegal, criminal la invasión rusa. Por supuesto. ¿Pero por qué los medios siguen mintiendo, ocultando, no investigando, no confirmando sino publicando la propaganda de guerra como si fueran hechos verificados? Por qué los medios occidentales, nuestros medios, aceptan la censura y sólo informan, por emplear un verbo, de lo que ocurre a un lado. ESTAMOS EN GUERRA Y LA MENTIRA ES UN ARMA MÁS. ¿PERO DE LOS PERIODISTAS, DE LOS MEDIOS?
No me voy a extender mucho sobre Pablo González, la siguiente intervención tratará más concretamente de él. Pero sí quiero insistir en que su caso se inscribe claramente en este momento tan claro del estamos en guerra, todo vale, la verdad es la primera víctima, añadiríamos que como suele ser habitual, pero decir sí que lo de Pablo fue, ha sido y es, como vemos la máquina de expandir mentiras no se detiene, es un AVISO A NAVEGANTES, o aquí somos nosotros lo que decimos lo que hay que decir y lo que hay que callar.
Me voy a permitir leer un textito, que pertenece a un estupendo artículo sobre el caso Pablo González y el papel de los periodistas en las guerras. Este artículo se publicó en un medio, digamos, de cierto prestigio entre la progresía, un medio on-line muy seguido. Pero este párrafo, de cuyo autor y del medio no diré ni pío, este párrafo fue CENSURADO:
“Salvo el dramático final (se refiere el autor a El Proceso de Kafka) sustituido en el caso González por una sesión con un psicólogo carcelario que le sugirió el suicidio, según él mismo- su situación carcelaria ha sido kafkiana: estuvo meses en prisión preventiva incomunicada, aislado en el módulo de máxima seguridad de la prisión de Radom, sin poder ser visitado por el abogado de su elección… ni por su esposa; 23 horas encerrado con una hora de paseo en un pequeño patio en soledad, sin poder comunicarse telefónica ni telemáticamente con sus hijos y familia y sólo tres visitas de su esposa… 2 horas y media y vigilados por guardias armados.
La actitud del gobierno español también ha dejado mucho que desear, quizá porque para el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ‘todos los derechos del señor González están siendo perfectamente respetados’.
España podría haber solicitado que González cumpliera prisión provisional en España, pero por lo visto no lo consideró conveniente. Sí, en cambio, girar a las autoridades polacas informes del CNI sobre González y su abogado”.
El texto censurado sigue. Más adelante, también censurado, el autor invitaba a leer algunos tweets de Pablo González como el que escribió el 27 de febrero de 2022, un día antes de su detención mientras cubría para La Sexta la entrada en Polonia de refugiados ucranianos que huían de la guerra:
There are reports that Poland does not allow non-white people to enter from #Ukraine. That is NOT true. The border is open for everyone! In the photo with people from #Nigeria, in another more African students and people from #Bangladesh. They have all left Ukraine. pic.twitter.com/zVZHs2gqkE
— Pablo González (@PabVis) February 27, 2022
Yo pienso que Pablo González ha sido una víctima, en la guerra todo vale en el Jardín Civilizatorio de la UE y un rehén para intercambiar cuando fuera conveniente y de paso un aviso a navegantes.
Como han visto, los medios españoles y en general, salvo honrosas excepciones, los compañeros periodistas se han plegado una vez más al fake news imperante, por activa o por pasiva.
La obligación nuestra, la de los periodistas, es comprobar y desmentir las mentiras y buscar la verdad. Ese es nuestro oficio.
Los periodistas tenemos la obligación de defender el Derecho ciudadano a la información y a una información de calidad, veraz, independiente, contextualizada. Porque la información no es nuestra, de los periodistas, pero tampoco es de los dueños de los medios, aunque sean medios públicos, del Estado. Es de los ciudadanos, es un derecho de los ciudadanos. Y un derecho vital para el sostenimiento de la Democracia. Sin libertad de expresión, sin derecho a la información, sin libertad de información, no hay democracia.
Cercenando este derecho tan fundamental, se abre la puerta al fascismo, que ya lo tenemos en casa. En nuestra Europa. El JARDÍN CIVILIZATORIO.
En Twitter: @pepitorias
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