Olas de calor: llegan para quedarse
Olas de calor
Por Selodi Gasan Adie. LQSomos.
Las olas de calor que estamos viviendo en estos días dejarán de ser una excepción, para pasar a ser algo con lo que conviviremos, según los pronósticos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), mínimo hasta 2060, con independencia de si logramos mitigar el cambio climático.
Este patrón está relacionado con el calentamiento observado del planeta que puede atribuirse a la actividad humana, lo que suscita una gran preocupación por el futuro del planeta.
En abril de este año un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), nos daba datos alarmantes, entre 2010 y 2019, el mundo emitió casi la sexta parte de CO2 (el 17 %) de las emisiones acumuladas en el periodo industrial (desde 1850) y, según el IPCC, solo puede permitirse emitir en torno a un 20% más para lograr el objetivo de no sobrepasar 1,5 grados de calentamiento global en este siglo… De seguir así el planeta se calentará 3,2 grados este siglo.
El calor extremo recorre este mes toda Europa occidental va dejando devastadores incendios forestales en Francia y España o una sequía sin precedentes en Italia y Portugal, países como el Reino Unido han registrado la temperatura más alta de su historia, con algo más de 40 grados centígrados, medidos en el aeropuerto londinense de Heathrow, el martes 19 de julio.
“Las olas de calor se están haciendo más comunes a causa del cambio climático” dijo Petteri Taalas, ecretario general de la OMN, que, usando una analogía deportiva, explicó que hemos dopado a la atmósfera inyectando más gases de efecto invernadero, sobre todo dióxido de carbono, por lo que el calentamiento y otras tendencias “continuarán al menos hasta 2060, independientemente del éxito o no a la hora de mitigar el cambio climático”.
“En el futuro este tipo de olas de calor serán normales y veremos extremos aún más fuertes. Hemos lanzado tanto dióxido de carbono a la atmósfera que la tendencia negativa continuará en las próximas décadas y de momento no hemos sido capaces de reducir nuestras emisiones mundiales”, subrayó el experto en una rueda de prensa para analizar la actual ola de calor en Europa, celebrada junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En ese respecto, Taalas ahondó: “Ya hemos perdido la partida en lo que respecta al deshielo de los glaciares. Esperamos que el deshielo de los glaciares continúe durante los próximos cientos de años o incluso miles de años… El aumento del nivel del mar continuará durante el mismo período”.
La salud, primera victima
Taalas recordó que en 2003 una ola de calor dejó 75.000 muertos en Europa y destacó que, aunque ahora hay mejores medios de adaptación, la Organización espera un aumento en las muertes entre las personas mayores y con condiciones previas.
Sobre cómo nos afecta medicamente a los seres humanos, habló también en la rueda de prensa la doctora María Neira, directora de Salud Pública y Medioambiental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien señaló que las olas de calor suponen un desafío ya que cuando la temperatura llega a 41 grados es algo excepcional y el cuerpo tiene que luchar por mantener estable la temperatura interna.
Esa lucha genera a su vez fatiga, golpes de calor, hipertensión, hipertermia y un cambio de comportamiento, agravado por la falta de descanso nocturno, que afecta incluso la salud mental… La ola de calor provoca 679 muertes en España en una semana.
Contaminación en aumento
Las olas de calor también actúan como una especie de tapa atmosférica, atrapando contaminantes y degradando la calidad del aire, con consecuencias negativas para la salud, sobre todo para personas vulnerables como los ancianos.
“El cambio climático está afectando a nuestra salud de muchas maneras, no sólo por las olas de calor, que tienen consecuencias directas”, sino también en otros ámbitos de la atención sanitaria esencial, como el aumento de los niveles de enfermedad, añadió la doctora Neira.
Explicó que está en juego el acceso fiable a los alimentos y al agua, ya que los niveles de producción agrícola “están en riesgo”, y que “seguramente habrá escasez de agua”.
Además, dijo que el 99% de la población mundial respira un aire que no cumple las normas sanitarias establecidas por la ONU, lo que repercute enormemente en las afecciones respiratorias y cardiovasculares crónicas… La ola de calor dispara la contaminación por ozono.
Agricultura y turismo, también
El director general de la Organización Meteorológica Mundial también advirtió de los efectos de estos fenómenos climáticos extremos en la agricultura, ya que agostan los cultivos antes de las cosechas.
“Esperamos ver grandes impactos en la agricultura. Durante las anteriores olas de calor en Europa, perdimos gran parte de las cosechas. Esta ola de calor va a tener un mayor impacto negativo en las actividades agrícolas”, alertó Taalas.
Las olas de calor también tendrán un impacto en el turismo en el sur de Europa ya que, como el indica el funcionario de la ONU, no es muy agradable visitar los sitios turísticos de países como Grecia, Italia, España y Portugal a temperaturas que rondan los 40 grados.
Robert Stefansky, jefe de Servicios Aplicados del Clima de la OMM, señaló por su parte que se espera que el pico de la actual ola de calor se haya alcanzado el pasado martes 19, en el Reino Unido, Francia y Suiza, aunque se prevé que continué unos días más.
Stefansky recordó que aún no se ha superado el récord de temperatura en Europa, registrado en la isla italiana de Sicilia el año pasado, cuando se alcanzaron los 48,8 grados centígrados, pero indicó que el martes el servicio meteorológico de Portugal observó una temperatura de 47 grados.
“Nuestra preocupación es que estos récords se producen cada vez más cercanos en el tiempo”, añadió Stefansky… El cambio climático en el sistema alimentario mundial.
Para la doctora Neira, “la mejor solución será, de nuevo, ser muy ambiciosos a la hora de abordar las causas de este calentamiento global”.
“Llevamos mucho tiempo alertando de que el cambio climático está afectando mucho a la salud humana”, lo que también repercutirá en la lucha por alcanzar las emisiones netas de carbono, y en la crucial transición hacia fuentes de energía limpias y renovables, subrayó.
Finalmente, dijo que se teme que en las próximas semanas se produzcan más muertes entre los ancianos y las personas con problemas de salud preexistentes, debido a la ola de calor que se está produciendo, con los consiguientes retos para los sistemas sanitarios, para hacer frente a la creciente demanda.
Los siguientes diez a veinte años son de suma importancia para el planeta. Las emisiones de CO2 deben bajar de manera constante y sostenida para tener efectos positivos en la calidad del aire, pero incluso en ese escenario el planeta tardaría otras tres décadas en volver a las temperaturas habituales.
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