Serán cien años…
Dijo Azaña (que no es santo de mi devoción, por cierto): «Serán cien años». Y dijo bien, porque calculó bien las generaciones de esclavos.
Pero empieza a llegar gente nueva.
Esperemos, eso sí, que sean esto: implacables.
Me temo que un país como España no se cambia con niños. Jesús Gómez Gutiérrez