Sobre el “capital canalla”
Capital canalla
Por Jean Nanga*. LQSomos.
El Comité para la abolición de las deudas ilegítimas (CADTM) publica este comentario sobre la noción de capital canalla contenida en el interesante estudio titulado La financiarisation du paludisme en Afrique. Le Burkina Faso, capitaux voyous et moustiques génétiquement modifiés. (La financiarización del paludismo (malaria) en África. Burkina Faso, capital canalla y mosquitos genéticamente modificados) escrito por Sasha Mentz-Lagrange y Stefanie Swanepoel para el Centro Africano para la Biodiversidad (ACB)
Este informe de Sasha Mentz-Lagrange y Stefanie Swanepoel, La financiarisation du paludisme en Afrique. Le BurkinaFaso, capitaux voyous et moustiques génétiquement modifiéspara The African Centre for Biodiversity (abril de 2022), presenta de manera convincente que la lucha contra el paludismo es considerada como un negocio rentable, que forma parte de “la financiarización de las “grandes enfermedades”. Que tiene como contratista principal, en el caso de Burkina Faso, la Fundación Bill y Melinda Gates (FBMG), a través de la red internacional Target Malaria (también activa en Cabo Verde, Ghana, Malí, Uganda) de la quees principal fuente de financiación. Así, ha subordinado o incluso reemplazado a las autoridades públicas en esta materia.
Sin embargo, la crítica a este proceso avanzado del “supremacismo del sector privado” (Naomi Klein, La doctrina del shock), ideal del capitalismo, en la lucha contra el paludismo, queda un tanto rota en este informe por la concepción, ambigua, del capitalismo expresada por la expresión “ capitalismo canalla” (“rogue capitalism”, p. 6) [1]. Esta, que sin duda designa al filantrocapitalismo de la FBMG, se define así: “El capital canalla se caracteriza por la extracción de riqueza con impactos materiales negativos reales en la vida de las personas y la ecología (FIAN International et al., 2020) con el fin de proporcionar retornos de la inversión a los accionistas, que muy rara vez están ligados al sistema que es saqueado. Cuando el capital canalla penetra en un país con un sistema de gobierno débil y altamente corrupto, es capaz de moldear en gran medida las condiciones bajo las cuales opera” (pág. 10).
Lo que da la impresión de que no se trata de una característica ordinaria, normal, sino que sería algomarginal, algo excepcional en la historia del capitalismo, uno de cuyos avatares es sin embargo el imperialismo. Cuando ahora, más que antes, resulta bastante evidente la influencia de las transnacionales sobre los Estados, su configuración “en una gran medida”, en las sociedades capitalistas periféricas en general llamadas también Sur Global, en este caso África. Sin remontarnos a la configuración, a los primeros tiempos de la globalización – la de la globalización mercantil [2]–de estas sociedades extraeuropeas (con un efecto de retroalimentación sobre lassociedades europeas, aunque solo fueraa través del consumo de tomates, azúcar, té, patatas, etc.) por la dinámica expansiva del capital. Por ejemplo, desde la East India Company (desde 1600) hasta la Royal Niger Company (a partir de 1886) –la “fundadora” de la Nigeria colonial–, sin olvidar el trágico destino que se les destinó, por quienes eran peor que canallas, a los nativos del llamado continente americano, desde el siglo XVI. La actual fase, neoliberal, de la mundialización es, entre otras cosas, a través de las políticas de ajuste estructural, que consagran el dominio de las grandes empresas privadas, una cierta actualización de esta tradición polirrítmica del capital, de hecho ininterrumpida. A menos que se niegue la existencia permanente de estas relaciones de dominación.
El deseo del capital (privado) de establecer su supremacía, para siempre, se expresa a otra escala por la ’asociaciónestratégica’ entre la Organización de las Naciones Unidas (multigubernamental, cabe recordar) y el Foro económico mundial [3], en el que son más bien las agencias de aquella (de la FAO a la Unesco, pasando por la OMS, la OIT, la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas), “progresistas” durante las décadas de 1960 y 1970 (incluso hasta principios de la década de 1980), las que parecen formar parte de estrategia de éste. En esta dinámica se inscribe la influencia de la BMGF (líder mundial en filantrocapitalismo) tanto dentro de la OMS como de la agencia de desarrollo de la Unión Africana, NEPAD: una y otra favorables a los transgénicos, promovidos por la BMGF (Bill Gates es inversor en semillas y mosquitos genéticamente modificados) que cofinancia estas agencias. Esto de ninguna manera equivale a reducir a los Estados, las Naciones Unidas y las agencias panafricanas a meros títeres. Sus líderes también encuentran allí, por afinidades ideológicas de clase, sus intereses mientras aparentan dejarse guiar por el interés general [4].
Así, el uso de la expresión ’capital canalla’ para designar algo diferente a la rama del capital genéricamente llamada mafia, por ejemplo, corre el riesgo de ser considerada como la expresión de una adhesión a la perpetuación del capitalismo, edulcorando su historia, rica en actos de barbarie, no marginales (en todos los continentes, desde el protocapitalismo hasta el neoliberalismo). Lo quese declina estas últimas décadas en forma de oposición entre un supuesto capital bueno, industrial, y un capital malo, financiero, por parte de la crítica procapitalista al neoliberalismo. Se basa en una de las versiones truncadas de la historia del capitalismo. La consistente en presentar el capitalismo de los tres decenios de después de la Segunda Guerra Mundial llamado fordista-keynesiano (por el nombre del industrial del automóvil y profascista estadounidense Henry Ford que planteaba una subida de los salarios que pudieran permitir a las y los trabajadores ser tembién clientes de las mercancías que producen y del economista inglés John Maynard Keynes teórico del Estado empresario económico, del rechazo del principio del mercado autoregulado o ’mano invisible del mercado’, de políticas sociales que que redujeran las desigualdades, el desempleo, etc.), también conocido de los Treinta Gloriosos, del Estado providencia/Welfare State (que permitió así la elevación del nivel de vida de las clases trabajadoras y favoreció el consumo masivo en las sociedades del capitalismo central), como si fuera la regla en la historia del capitalismo, la ortodoxia, no una excepción, un paréntesis en la historia bicentenaria de la sociedad capitalista (aproximadamente a partir del siglo XVIII) .
Keynes justificaba la necesidad de la reforma del capitalismo por la amenaza que representaba para el capitalismo, desde finales del siglo XIX, la existencia de un movimiento obrero dinámico, el movimiento comunista – un ’espectro’ que perseguía a los capitalistas, a los Estados burgueses europeos. Esto ya había impulsado, a fines del siglo XIX , el establecimiento por parte del canciller alemán Bismarck de un llamadoestado social, muy relativamente precursor del Estado providencia /Welfare State capitalista contemplado por Keynes. El miedo de los capitalistas se amplificó con la Revolución Rusa de octubre de 1917, al haber modificado aún más la correlación de fuerzasentre los capitalistas y el proletariado, incluso entre los pueblos colonizados y las potencias capitalistas coloniales. Al adquirir la independencia, las antiguas colonias convertidas en Estados conservaron el principio del Estado como actor económico, con servicios sociales públicos, generalmente de calidad mediocre, expresión de su subdesarrollo capitalista. En general, el capitalismo fue así relativamente ’civilizado’ por la amenaza comunista (incluso pervertida por el régimen de Stalin).
Lo que se hizo más efectivo después de la Segunda Guerra Mundial, hasta finales de la década de 1970, durante parte del llamado período de la guerra fría, que opuso el llamado campo capitalista del ’mundo libre’ al llamado campo comunista/socialista, también por el prestigio de la URSS (aunque estalinista), co-victoriosa en primera fila de la Alemania nazi, así como el de los comunistas de Europa cuya participación en la resistencia antinazi fue reconocida. Mientras que los capitalistas generalmente, en un país como Francia, habían colaborado con el ocupante alemán nazi, habiendo quedado así desacreditados. Esto contribuyó al dinamismo de las luchas sociales realizadas en la posguerra, que fueron bastante ricas en conquistas sociales. Así, la nostalgia, incluso en gran parte del movimiento antiglobalización, especialmente del centro capitalista, principalmente crítica del ’capitalismo salvaje’, por los supuestos excesos actuales del capitalismo.
Sin embargo, estas tres décadas no habían hecho que el capital perdiera su naturaleza depredadora e inigualitaria -el consumo masivo en las sociedades capitalistas desarrolladas no eliminó sus desigualdades sociales-, como atestiguan las prácticas ecocidas de la tecnociencia (también adoptadas por el bloque rival socialista/comunista imbuido de la ideología ilustrada del progreso), la ideología del crecimiento económico (de la que no faltaron denunciantes, apenas audibles dado el consumismo ambiental en las sociedades capitalistas desarrolladas), las guerras coloniales, luego las neocoloniales (la llamada guerra fría que era fría en el Norte, pero caliente en el Sur (Daniel Bensaïd), también por el control de los recursos naturales, cuyo saqueo también contribuyó al consumo masivo para el confort en las sociedades capitalistas desarrolladas; siendo un avatar del capitalismo, el fordismo-keynesianismo era compatible con el imperialismo, con el intercambio desigual,con el racismo (desde los Estados Unidos de América hasta Sudáfrica – el economista sudafricano Stephen Gelb consideraba el régimen del apartheid sudafricano como un“Fordismo racial” ), con el apoyo a regímenes pro-capitalistas de partido único y dictatoriales en África, laAmérica llamada Latina y Asia, así como en Europa (España, Grecia, Portugal). Realidades de ningunaforma gloriosas de este período.
El final de este período correspondió al aumento de la deuda pública externa de los llamados Estados del Tercer Mundo, consecuencia, entre otras cosas, de la incitación al “endeudamiento para el desarrollo” –que también los habría llevado a la sociedad de consumo de masas – a bajos intereses, liderado por el Banco Mundial debido a la abundancia de dinero en los grandes bancos de Europa Occidental y América del Norte, seguido de una subida en los Estados Unidos de los tiposde interés, que multiplicaba el volumen a reembolsar que se volvió asfixiante. Una oportunidad para embarcar a los Estados deudores en la neoliberalización de sus economías – un punto de inflexión tomado en el Reino Unido (por la Primera Ministra MargaretThatcher) y en los Estados Unidos de América (por el Presidente Jimmy Carter, luego especialmente por su sucesor Ronald Reagan) , siguiendo el laboratorio chileno (bajo la dictadura militar de Augusto Pinochet), también caracterizado por la “desregulaciónfinanciera”, el retorno de la “mano invisible del mercado”–, a través de los programas de ajuste estructural impuestos a los llamados Estados soberanos por las instituciones financieras de Bretton Woods (Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional ) de las que son miembros en posición subordinada.
Los servicios sociales públicos, ya cuantitativamente insuficientes y de mala calidad, serán los más afectados [5]. Hemos hablado pues de recolonización, de África por ejemplo. Pero se trata más bien de la neoliberalización del neocolonialismo –en todo caso, la sociedad o situación neocolonial no debe confundirse con la colonial–, favoreciendo una mayor influencia del capital, de las transnacionales, sobre los llamados Estados soberanos ( sin embargo dominados, dependientes, sin ser colonias, incluso en el caso de laFrançafrique), las economías, las sociedades del Sur Global. Las clases dominantes, las fracciones locales de la clase dominante, capitalista, del Sur comparten con los dominantes del Norte los beneficios de esta neoliberalización, a expensas de las clases sociales y los grupos sociales populares, entre los que, en África y en otros lugares, se cuentan las víctimas del paludilsmo, entre otras enfermedades (tuberculosis, diarrea, etc.)
El neoliberalismo es una fase en la historia del capitalismo, pero de un capitalismo ahora liberado, desinhibido, especialmente después del fin del llamado bloque comunista (finales de 1980-principios de 1990), del equilibrio de fuerzas establecido por el dinamismo del movimiento de las y los trabajadores y otras fuerzas de emancipación, hasta la década de 1970. Dinamismo, al mismo tiempo, atenuado por los años, incluso por las conquistas sociales, por los hechizos en poder exponencial de la mercancía, en la sociedad de consumo -con su “fiebre de consumo […], fiebre de obediencia a un orden tácito” decía Pier Paolo Pasolini( Écrits corsaires) –, por la acentuación del “reformismo” de las burocracias sindicales, etc. Así, a partir de la década de 1990, el capitalismo se encontró sin competencia efectiva, casi exorcizado de laamenaza comunista, con una debilitación en general del movimiento emancipatorio; el “pensamiento único” del capitalismo triunfante se impuso en la economía, portadora también del “capitalismo salvaje” (una actualización del de los siglos XVIII y XIX ) .
Además, para la reproducción asegurada de su hegemonía, para una mayor eficiencia en su funcionamiento, el capitalismo ha integrado/recuperado, entre otras cosas, aspectos integrables, desvinculándolos, en la medida de lo posible, de las exigencias de lasluchas emancipatorias de los años 1960 y 1970 creando así un “nuevo espíritu del capitalismo”(Luc Boltanski, Eve Chiapello), pseudoprogresista, promotor de más individualismo pseudoemancipador, etc. Todavía en perfeccionamiento hoy. Así, si durante losTreinta Gloriosos el capital mostró, enraizado en una tradición por lo menos centenaria, cierta sordera frente a las débiles críticas al culto al Progreso, al Crecimiento, a la Tecnociencia, hoy en día no duda, en general, en contraproducir un discurso deecología de mercado, de promover prácticas supuestamente ecológicas grotescamente desproporcionadas con el daño que ya existe y que inevitablemente vendrá, como resultado de sus actividades. El capital no está dispuesto a suicidarse por el rescate de la humanidad, de la naturaleza no humana. La acumulación por todos los medios posibles, cueste lo que cueste, a los demás, tal es el principio que han practicado en su pasado, y siguen practicando, con toda evidencia, en su presente neoliberal, tanto el capitalindustrial, como el capital comercial, o el capital financiero, (conectados entre sí, con accionistas multisectoriales).
Dicha financiarización es el poder del capital financiero – habiéndose manifestado ya desde finales del siglo XIX hasta las primerastres décadas del XX, acorde con el desarrollo capitalista de la época –, correspondiendo a y co-estructurando la fase neoliberal del capitalismo. Este es su punto avanzado, no cualquier desviación o separación de un ficticio capitalismo humanista y moral.De finales del siglo XIX a las primeras décadas del XX, los precursores de Bill Gates y sus consortes, los primeros multimillonarios estadounidenses (Andrew Carnegie, Andrew Mellon, John Pierpont Morgan, John D. Rockefeller, etc.), por su indecencia, suscrímenes sociales, su codicia, su corrupción del establecimiento político de los EE.UU, sin incluir sus asuntos exteriores generalmente patrocinados por el gobierno, habían sido apodados como ’barones ladrones’. Lo que pensaron ocultar creando las llamadasfundaciones filantrópicas, creyendo también, como buenos cristianos, comprar lugares en el paraíso. Un poderoso mecanismo ideológico. En nuestra era de globalización de los mercados, de “supremacismo del sector privado” muy avanzados, Bill Gates (accionista también, entre otras, de la industria armamentística, un sector muy próspero del capital, ya antes del neoliberalismo) como sus pares, sólo está siguiendo los pasos de estos capitalistas erigidos en modelos. No es proteger vidas humanas (del chikungunya, dengue, paludismo, zika) [6] lo que interesa fundamentalmente a la BMGF y a otros obstinados inversores en la producción y uso de mosquitos genéticamente modificados tanto en Burkina Faso como en Australia, Brasil, el Caribe, Estados Unidos (California, Florida), a pesar de los fracasos en las Islas Caimán, en Malasia, ya que los efectos secundarios, sobrela naturaleza humana y no humana, de esta falsa solución no les preocupan, sino acumular cada vez más [7]. Lo que representa para el capitalismo, no solo para los actores de la financiarización, “la ley y los profetas” (Karl Marx).
Las crisis ecológica (clima, biodiversidad, etc.) y social (crecimiento de las desigualdades, pobreza, etc.) actuales, al igual que su historia -a diferencia de los libros de texto de ’ciencia económica’- demuestran que el capital no es solo canalla, sino también cínico, criminal, estructuralmente. Así, incluso si actualmente, por el creciente y mortífero control multidimensional/globalizador del capitalismo, el fin del mundo parece una posibilidad más real que el fin del capitalismo (Fredric Jameson), no se trata de confundir al antineoliberalismo procapitalista y el anticapitalismo, para contribuir al blanqueo de un capital en comparación con el otro. Más allá de la oposición al uso de mosquitos genéticamente modificados, a la financiarización de la lucha contra el paludismo y otras enfermedades, se trata de liberar la salud de las garras del capitalismo. Esto no se puede lograr sin combatir también su control sobre todos los demás sectores de la sociedad y sobre la vida no humana. El capitalismo debe ser combatido como una totalidad multidimensional. La esperanza de una vida ecológico-social diferente a la impuesta por el capitalismo no se debe perder, se debe vivificar.
Notas:
1.- Este es el título de una publicación, de FIANInternational, Transnational Institute y Focus on the Global South, Rogue capitalism and the financialization of territories and nature (2020) (El capitalismo canalla y la financiarización de los territorios y la naturaleza (2020)) cuya versión en francés ha preferido traducir ’rogue’ por ’desviado’ en lugar de ’canalla’. Sin embargo, es “canalla/voyou” lo que se retuvo en la traducción al francés del informe de Sasha Mentz-Lagrange y Stefanie Swanepoel. La expresión obviamente está inspirada en el “estado canalla” de George Bush Jr., el súper ladrón que grita que hay ladrones en el vecindario.
2.- Contrariamente a una idea aún difundida por el complejo académico-mediático, retransmitida también dentro del movimiento antiglobalización, la globalización del capital no es una novedad de las últimas décadas del siglo XX . En el siglo XIX , Karl Marx afirmó “El descubrimiento de las comarcas auríferas y argen- líleras en América, el exterminio, esclavización y soterramiento en las minas de la población aborigen, la conquista c y saqueo de las Indias Orientales, la transformación de África en un coto reservado para la caza comercial de pieles negras, caracterizan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos constituyen factores fundamentales de la acumulación originaria. Pisándoles los talones, hace su aparición la guerra comercial entre las naciones europeas, con la redondez de la tierra como escenario”, El Capital Libro I, Génesis del capitalista industrial. Ed. Siglo XXI, p.939. En otras palabras, la sociedad capitalista que podemos fechar en el siglo XVIII procede de esta dinámica de expansión planetaria, iniciada como globalización mercantil o capital mercantil/comercial: ’La globalización dio origen al capitalismo’, recordaba recientemente Alain Bihr en su suma de tres volúmenes, Le premier âge du capitalisme (1415-1763) (Lausana/París, Página 2/Syllepse, 2018-2019). A finales del siglo XX, no se inició la Globalización, sino la fase neoliberal de la globalización del capital, caracterizada entre otras cosas por la intensificación de la mercantilización de todo lo que puede ser mercantilizado en la medida de lo posible (globalización), el aumento de la importancia de la esfera financiera, que se considera desregulada, de las ’finanzas’, que ya habían actuado en fases anteriores (por ejemplo, ’Cuando Darwin publicó Sobre la descendencia del hombre, la caza de los indios todavía estaba en marcha en Argentina. Se financió con una emisión de bonos. Cuando los indios fueron expulsados de la tierra, ésta se dividió entre los tenedores de bonos. Cada bono daba derecho a 2.500 hectáreas’, dice Sven Lindqvist en Exterminez toutes ces brutes, París, Le Serpent à Plumes, 1998 [Estocolmo, 1992; traducido del sueco por Alain Gnaedig], p. 155, refiriéndose a una historia de Argentina de 1964). Esta importancia de las ’finanzas’ no significa que la extorsiónde la plusvalía en la esfera productiva (extractiva, industrial, etc.) haya dejado de ser central en el capitalismo, como lo demuestran las deslocalizaciones a países con mano de obra muy barata o la importación de mano de obra inmigrante formal e informal (indocumentada). Una parte importante del capital financiero proviene de esta explotación/sobreexplotación de la fuerza de trabajo.
3.- Captura corporativa de la gobernanza global: el acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF) es una peligrosa amenaza para el sistema ONU. Carta abierta a António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas
4.- Fuera de África, el Estado francés, por ejemplo, ha pagado mucho dinero en varias ocasiones, entre otros, a la firma McKinsey –una transnacional privada que se presenta como experta en neoliberalización–, por la elaboración de recomendaciones, en favor de los intereses del Capital, de sus señores, supuestamente mejores que las producidas por las comisiones ministeriales “competentes” de la administración pública (“en la mayoría de los casos, los equipos de gestión son competentes, tienen los medios suficientes y deberían ser capaces de llevar a cabo evaluaciones de expertos por sí mismos y luego aplicar los cambios estructurales necesarios ”). En Bélgica, sugirió una reforma de la educación pública y ganó el concurso para la reflexión sobre dichareforma, que debería, poco original neoliberalmente hablando, conducir a la subordinación de la Educación, incluida la investigación, a los deseos y expectativas del capital privado.
5.- Véase, por ejemplo, la documentación producida por el Comité para la Cancelación de la Deuda Ilegítima/CADTM (anteriormente, Comité para la Cancelación de la Deuda del Tercer Mundo)
6.- El informe inscribe correctamente la Iniciativa contrael paludismo del presidente de los EE. UU. entre las iniciativas de “financiarización del paludismo” (pág. 24). La presidencia de los Estados Unidos se compromete a salvar a las y los africanos mientras no atiende, también como consecuencia del racismo estructural, ala situación de las y los pobres en los guetos, en las reservas (de nativos/indios) en los mismos Estados Unidos. Soft power de hecho. Ayudar a estas y estos pobres no es rentable…
7.- Respecto a Brasil, ’Una ciudad de 50.000 habitantes tendrá que pagar entre 670.000 y 1,6 millones de euros al año para beneficiarse de este método y335.000 euros en los años siguientes para mantener la población de insectos transgénicos’ , AFP/L’Express , “Brasil: una ’fábrica’ de mosquitos transgénicos para vencer al dengue”
* Jean Nanga es militante del CADTM África, colabora regularmente con la revista Inprecor. Traducción: Alberto Nadal Fernández.
Síguenos en redes sociales… Mastodon: @LQSomos@nobigtech.es Diaspora*: lqsomos@wk3.org Telegram: LoQueSomosWeb Twitter: @LQSomos Facebook: LoQueSomos Instagram: LoQueSomos