Somos pueblo
Silvia Delgado*. LQSomos. Agosto 2017
Siempre somos los mismos los que ponemos los muertos: pueblo.
Pueblo que intenta distraerse de su mala vida, que pasea su desconcierto por uno y otro lado del mundo.
Hablo de Barcelona pero también hablo de Siria, de Estocolmo, de Irak.
Cada uno con sus creencias o su descreimiento recibe las ostias de los que van armados y de los que los arman.
Después queda el llanto infinito colándose en los renglones de una historia donde quienes menos contamos somos nosotros.
Este pueblo, nuestros pueblos, suman cadáveres en una cuenta que no termina, suman miedo, suman pérdida de libertades.
Impotencia frente a un mundo que nos despedaza.
Impotencia frente al fascismo.
Impotencia frente a los que señalan con su dedo acusador a otros pueblos que agonizan, a otras gentes con otros dioses, a otras fronteras con hambre y bombas eternas.
Todos formamos parte de este puzle siniestro donde la vida apenas vale unos instantes televisados, un silencio malintencionado, un desprecio largo de los medios que amarillean.
Siento una rabia muy triste, muy pegajosa y maloliente, no quiero mirarme en los ojos de quienes ahora mismo odian a quienes rezan distinto.