Ucrania: Nosotros tenemos otra elección
Por Foad Taban*. Director del digital iraní de izquierdas Khabare Rooz
Traducción de Hamid Hosseini*. LQSomos
Ucrania ahora está llorando por sus muertos en la guerra, pero en su día no quiso apoyar a la población cubana contra el bloqueo económico que desde hace 60 años le ha impuesto injustamente Estados Unidos. Y ahora los medios de comunicación occidental pretenden convertir a Zelensky a un héroe
Sobre la guerra en Ucrania se ha escrito mucho y yo no quiero añadir algo más en este sentido. Pero la guerra que está en marcha y todo lo que se está formando en su entorno me plantea algunas preguntas.
Los poderosos medios de comunicación occidentales pretenden presentar esta guerra como una lucha entre la Democracia y la Tiranía. Esta colosal campaña propagandística me obliga a reflexionar: ¿Verdaderamente, ¿cuál es la Democracia en cuyo nombre se fabrican tantas guerras?
Lo que quiero escribir no significa que no distinga la diferencia entre la Democracia occidental (hacía mucho tiempo que no utilizaba este término, pero ahora lo utilizo) y lo que existe en Rusia o en China. ¿Es necesario que elijamos entre estos dos sistemas? Yo diría que no, habrá otras alternativas. Alternativas que para conseguirlas hay que luchar. Aunque hoy en día alcanzarlo parece muy lejano. Pero es que los objetivos más lejanos se acercan si luchamos. La humanidad está donde está gracias a que ha luchado por sus grandes sueños.
En este corto escrito principalmente me he dedicado a contemplar la Democracia occidental, porque tiene muchos admiradores. Nunca he visto que hablen de la “Democracia rusa” o la “Democracia china”. Los que en esta crisis defienden a Rusia tienen otros motivos.
La Democracia no debe tener fronteras
La base principal de la Democracia es la forma de gobernar. No se puede separar la Democracia de los gobiernos. No se puede decir el Estado es de un género y la Democracia de otro. No se puede decir un país es democrático pero su gobierno no lo es, la esencia de la democracia se refleja en la actuación de los Estados y los gobiernos. A los Estados tampoco se les puede contemplar sólo en sus fronteras geográficas. Aquí podemos plantear la principal pregunta: ¿Cuándo hablamos de la Democracia occidental, esta democracia se limita en sus fronteras? ¿Si estudiamos la Democracia estadounidense la miramos solamente dentro de sus fronteras? Si no es así, ¿Por qué las personas que la admiran cuando hablan de las bondades de esta democracia, sorprendentemente cierran los ojos a las actividades de Estados Unidos en otros países? Israel es otro ejemplo.
Nuestro mundo es un mundo interconectado. No podemos ignorar la responsabilidad internacional de los Estados, especialmente las grandes potencias, cuando actúan fuera de sus fronteras. No se puede hablar de la Democracia norteamericana pero no hablar de su política internacional. No se puede decir la Democracia de Norteamérica no tiene nada que ver con su política exterior. Cuando hablamos de la Democracia debemos estudiar los efectos internacionales de esta democracia; su efecto en otros países y otras naciones.
En estos días se ha hablado mucho de los crímenes que EEUU ha cometido en Irak, Afganistán, Libia, Yugoslavia y otros lugares. ¿Estos crímenes caben en la Democracia estadounidense? ¿Esta democracia acepta alguna responsabilidad respecto a estos crímenes? Los EEUU llevan 60 años imponiendo un embargo económico a Cuba. Las Naciones Unidas aprueban todos los años una resolución de condena a este bloqueo y pidiendo anularlo. Solamente los EEUU e Israel se oponen.
El año pasado en una resolución de las Naciones Unidas que pedía el fin del bloqueo económico a Cuba a parte de EEUU e Israel tres países se abstuvieron: Brasil, Colombia y Ucrania
¿Por qué no responde a esta petición de las Naciones Unidas la Democracia norteamericana? ¿Y por qué siempre pasa por encima de estas solicitudes? ¿Por qué esta democracia no llevó a los tribunales a Madeleine Albright por exterminio en Irak? ¿Y por qué dejó sin juzgar a Georges Bush y Colin Powell que mintieron a todo el mundo y cometieron uno de los crímenes más terribles de la historia contemporánea?
Estas son cuestiones básicas. Porque la Democracia norteamericana ha llevado muerte, hambre y destrucción con su política internacional y su población la mira con indiferencia, no hace nada, no reflexiona; para ellos no existe. Naturalmente hay personas que protestan contra esas políticas, al igual que en otros países como contra la tiranía en la República Islámica de Irán, donde hay personas que protestan y luchan contra los tiranos.
¿Cuáles son las críticas a la Democracia?
Los enamorados de la Democracia occidental cuando llegan a este punto responden con argumentos como: Por supuesto que esta democracia no es completa o debe mejorarse o en ella caben algunas críticas o lo que hace EEUU en el exterior no tiene nada que ver con la Democracia en ese país, etcétera. Pero rara vez se ha visto alguna propuesta concreta para mejorar ese sistema. Y explicaré porqué. Quizás muchas personas que critican a la Democracia occidental sepan dónde están estos fallos.
La “Democracia norteamericana” es en apariencia perfecta: Cada cuatro años “libremente” se elige al presidente del país, tiene un parlamento que está elegido en “libertad”. Hay libertad de expresión. Los medios de comunicación trabajan libremente. Existen sindicatos. ¿No hay nada que reformar y mejorar?
Cada cuatro años la población elige entre los demócratas y los republicanos, a un partido que forme el gobierno. Entre estos dos partidos en la política exterior las discrepancias son mínimas y en la política interior tampoco hay grandes diferencias. Peguntamos si podemos superar esta limitación y llegar a unas elecciones con más opciones. Los partidarios de esta democracia dicen que sí es posible, en la teoría es posible y dicen: los contrarios no tienen algo mejor que ofrecer. Yo pienso que no existe la posibilidad de tener otras opciones en la estructura de la “Democracia occidental”. En la estructura política occidental los críticos y la oposición no tienen casi ningún poder, pero el sistema tiene a los “medio de comunicación” a los “bancos”, y si es necesario sacará a los tanques blindados también. Todos conocemos a los “bancos” y a los “medios de comunicación”. El Poder real está concentrado allí.
Los tanques, de los medios de comunicación y los bancos
Dicen que los medios de comunicación son el cuarto pilar de la Democracia. Pero los medios de hoy no son aquellos medios a los que hace tiempo se denominó así. Estos medios (audiovisuales, periódicos en papel y on line) han sido convertidos en medios súper-poderosos, en manos de multimillonarios. Justo en estos días hemos sabido que Elon Musk, el fundador y el director de Tesla y el hombre más rico del mundo, pagando cerca de tres mil millones de dólares, se convirtió en el mayor accionista de Twitter, con el 9,2% de las acciones. Elon Musk pretende ahora hacerse con el 100%. ¿Para qué lo quiere? Twitter es una de las redes sociales más influyentes del mundo. Actualmente es una de las principales palancas de los medios de comunicación en los Estados Unidos. La guerra en Ucrania está mostrando el colosal poderío de estos medios. Este poderío se impone de tal forma que ni siquiera los medios independientes han podido escapar a su influencia. Y hoy difícilmente se puede distinguir entre ellos y la propaganda en los medios controlados por las grandes capitales.
Los súper medios pasan con máxima facilidad por la mente de la gente y dejan en ella su huella. Presentan a la persona que es cómplice en muchas guerras como pacifista y presentan a las manifestaciones que se organizan por la paz como defensores de la OTAN. Son poderosos, son capaces de crear ángeles, monstruos y demonios.
Pueden crear un candidato para las elecciones presidenciales, por ejemplo: Vincent Bolloré un súper millonario francés y propietario de grandes medios de comunicación convirtió al fascista Éric Zemmour en un candidato importante en las elecciones presidenciales en Francia. Estos poderosos medios de comunicación construyen votos, derrumban gobiernos, traen nuevos gobiernos y dan forma a la opinión pública según sus intereses. Así es en Estados Unidos y en Europa. En estas democracias se producen populismos, cuando quieren pueden cambiar las necesidades de la población en un parpadeo. La libertad de los medios de comunicación que debe ser la esencia de la democracia liberal se ignora cuando no responde a sus intereses. Y así cruelmente sacrifican el deporte por la política e incluso boicotean a los deportistas simplemente por ser rusos, aunque no estén de acuerdo con la política de su gobierno- nadie se acuerda que un deportista norteamericano este boicoteado por la invasión de EEUU a Irak.
El capitalismo discute los problemas tan importantes como medio ambiente, pobreza y otras necesidades vitales de la ciudadanía en sus parlamentos y otras instituciones a nivel mundial, pero nunca llegan a soluciones reales. Son capaces de discutir muy en serio subidas de los gastos militares y llegar a acuerdos muy concretos. En occidente para dar forma a la opinión pública no hace falta utilizar los blindados, los tanques de papel y el mundo virtual ya bastan para esta tarea.
Los bancos vienen a ayudar a los medios y al mundo virtual. Se ayudan entre ellos para que la industria militar se enriquezca. Porque todo este mundo está entrelazado.
Europa ha sufrido una experiencia a la que se da poca importancia: Grecia. El proceso progresista en este país quedó abortado por los bancos y en primer lugar por los bancos alemanes. Sin ningún tapujo el camino que el pueblo griego había elegido fue cambiado por el poder de los bancos. El bloqueo y los embargos son las armas más importantes de los EEUU Y sus aliados contra los países no súbditos. Todos los países que no gusten a los mandatarios de los EEUU aunque hayan sido elegidos “democráticamente” les aplican un embargo y así castigan a sus poblaciones con hambre y pobreza hasta que se arrodillen frente a ellos. Las armas, los bancos y los medios de comunicación son los tres pilares de la “Democracia americana”.
Ahora este temible poder ha dirigido su fuego hacia la guerra en Ucrania y al servicio de los poderosos financieros para que la identidad real de esta guerra se quede en la oscuridad. Las armas ya van hacia Ucrania, los bancos bloquean la economía rusa para que la gente se rebele contra sus gobernantes y todo esto los medios de comunicación lo pintan como una guerra por la defensa a la democracia. En otro lado ocurre lo mismo, aunque menos sofisticado. En Rusia los medios de comunicación han podido elevar el apoyo al nacionalismo ruso y a Putin desde 52% a 83%. Los gritos por la paz en ambas partes se diluyen en medio de los ruidos de los tambores de la guerra.
Toda guerra es consecuencia de una crisis y la imposición de la hegemonía de uno sobre el otro. Esta guerra también es la disputa entre dos bloques imperialistas y cada uno quiere imponer su hegemonía a una parte del mundo. Las guerras entre los Estados en la historia contemporánea siempre han surgido con estos propósitos. En la guerra de Ucrania, EEUU pretende mostrar una imagen humana y democrática al dar apoyo militar y económico a Ucrania. De forma muy destacada los Estados Unidos son una parte muy activa de esta guerra. Por esta guerra los Estados Unidos puede fortalecer su posición, debilitada en el orden internacional y así mantener su hegemonía como superpotencia. Pone una cadena al cuello de Europa, controla la expansión ambiciosa de Rusia y ajusta la cuenta con su rival principal, China. Los bancos y los medios de comunicación en esta guerra tienen un papel más importante que las armas que se envía para Ucrania.
La Democracia sin justicia e igualdad sólo es una tapadera
Los defensores de la Democracia occidental argumentan que en los Estados Unidos y en la Unión Europea todo el mundo tiene la oportunidad de tener su propio banco, o su propio medio, etcétera. Desde luego que aparentemente es así. En la realidad estas democracias están basadas en que todo el mundo siente tener las mismas oportunidades que los demás. “La persona que tiene todo es por su propio mérito, y él que no tiene simplemente es porque no lo merece”. Pero en la realidad en estas democracias no existen la justicia y las oportunidades iguales para todos. Una democracia sin justicia e igualdad es simplemente una falacia. Por eso estas sociedades son profundamente desiguales, muy divididas por clases sociales. Porque la esencia del capitalismo es así.
En Irán tenemos un problema parecidos: La monarquía o la Teocracia, ¿Cuál elegir?. Las personas que piensan así viven entre el pasado y el presente. Para ellos no existe el futuro
El capitalismo permanentemente fabrica estas desigualdades sociales y no da por igual las oportunidades a todo el mundo. No quiero despreciar las luchas de la clase obrera y los movimientos sociales que lucharon por las libertades y la dignidad humana y que gracias a ellos han podido ser consolidados esos actores sociales y democráticos que resisten frente a las tiranías de los bancos, los medios y los tanques. Naturalmente debemos apoyar estas luchas, pero debemos saber que la estructura del capitalismo no ha cambiado y con mucha probabilidad no se cambiará. Los fundamentos del capitalismo están en la base de esas desigualdades sociales. Y mientras siga el capitalismo, su democracia no estará acompañada por la justicia y la igualdad.
Si hay personas que están interesados en elegir entre la “Democracia occidental” y la “Tiranía oriental” quizás tengan razón a optar por la “Democracia occidental”. Pero las personas que no hemos renunciado a los ideales de la justicia, la igualdad y la libertad no estamos obligados a elegir entre estas opciones. Podemos seguir a nuestros sueños y nuestros ideales. Nuestros sueños y nuestros ideales nos empujan a seguir luchando contra el capitalismo, construir una sociedad más justa y más igualitaria, lejos de los estándares establecidas en occidente y oriente y finalmente construir la Democracia socialista, una democracia que no solamente en la forma sino en la practica produzca oportunidades iguales para todo el mundo.
* * Hamid Hosseini es portavoz de la Asociación Iraní Pro Derechos Humanos y militante del Partido de Izquierda de Irán.
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