El anciano de la cadera (con bichos), ataca de nuevo

El anciano de la cadera (con bichos), ataca de nuevo

SOS editorial

Como era de esperar “el anciano enfermo que lucha por su salud” (Corinna, dixit), a pesar de sus achaques, a pesar de que tiene millones de bichos patógenos agarrados al “tejido periprotésico de su cadera izquierda” (esto también lo dixit el cirujano de oro hispanoyanqui de los cien mil pavos por gol quirúrgico, más que el divino Ronaldo), no está dispuesto a que mi libro “La muerte de El Senequita” salga a las librerías de este país (y menos a la de ningún otro) ya que, según mis espías institucionales, sólo o acompañado por otros (los pelotas cortesanos que le limpian el culo todas las mañanas porque el pobre ahora no puede hacerlo solo y ni siquiera se la ve) ha maniobrado en la sombra estas últimas semanas para que así sea.

Resultado. Que las tres editoriales españolas que tenían apalabrada conmigo su publicación y mostraban un interés desmesurado por él, se me han echado para atrás alegando cada una de ellas motivos distintos y distantes pero todos ridículos, absurdos y, por ende, cobardes. Veamos: que si el libro es mucho más duro con el rey de lo que pensaban tras leer el avance que, como a todos ustedes, les envié hace exactamente un mes; que si la Casa Real hace años que “va a por nosotros” (sic) y “con esto se lo pondríamos a huevo” (también sic); que si a nuestros abogados se les han puesto los pelos como escarpias al leerlo y nos han dicho que si lo publicamos demostraríamos ser unos insensatos y la editorial pasaría automáticamente a engrosar la lista nacional de los “carne de cañón antiinstitucionales” (otra vez sic); que si la cuestión económica en el negocio de la publicación y venta de libros está todavía más fea que en la media de este arruinado país y se tienen que pensar muy mucho donde coño (esto último no es sic como me imagino ha cazado al vuelo el inteligente lector, es mío) meten el poco dinero con el que cuentan; que si patatín, que si patatán…

Ninguna de estas editoriales, cobardicas donde las haya, me ha dado la razón real y casi única de su renuncio. Que, poco más o menos, es ésta: Que durante la lectura de mi osado libro sobre la muerte violenta a punta de pistola (la del actual rey de España, Juan Carlos I) del infante D. Alfonso de Borbón, su hermano menor y aspirante como él al trono, a todos los empleados de la editorial que lo hicieron hubo que cambiarles repetidas veces los dodotis que portaban en salva sea la parte y, claro, con el precio de mercado que tienen hoy en día semejantes artilugios, diseñados en principio para la perfecta limpieza de los bajos infantiles pero muy apreciados también, y cada día más, por adultos y adultas en este país de la corrupción, el nepotismo, el tráfico de influencias y el “si te mueves no sales en la foto”, el gasto empresarial “después de caca” se dispararía a cotas económicamente insoportables…

Pues bien, esta última razón que yo, después de pensarlo bien y recibir la oportuna información al respecto de mi particular CNI, creo que es la más plausible, aunque inconfensable, desde luego, ha hecho saltar todas las alarmas en la dirección de la plataforma ciudadana que “para la defensa del libro sobre El senequita”, acabo de impulsar, apoyar, publicitar… pero en modo alguno financiar, pues solo faltaría eso, que sin todavía haberme llevado un solo euro tras cuatro meses de intenso trabajo literario pusiera la cama. En consecuencia, he decidido coger el toro (zarzuelero) por los cuernos (que algunos habrá por esos lares) y lanzar un último órdago a la comunidad editorial española y extranjera, una especie de SOS o llamada de socorro literaria en defensa de mi libertad de expresión, de mi sagrado derecho, no a decidir que eso ya lo reivindican otros y con muy mala leche por cierto, sino a poder contarles a todos los ciudadanos de este país, españoles, inmigrantes, futbolistas millonarios con doble nacionalidad y extranjeros en general, lo que tuvo que hacer (e hizo) el ahora tullido monarca de las caderas de titanio siendo un joven cadete del Ejército español allá por el mes de marzo de 1956, para dejar seco de un tiro en la cabeza a su hermano Alfonsito, alias El Senequita.

Y me explico y acabo, que últimamente parece que haya puesto el disparador de mi ordenador en “tiro ametrallador” y no consigo escribir algo que tenga menos de cuatro o cinco folios de extensión:

A través de estas líneas ofrezco el original de mi libro “La muerte de EL Senequita” a cualquier editorial española o extranjera que tenga valor, ganas y peculio suficiente para publicarlo con prontitud y decoro. No digo con dos c….., porque no es para tanto y porque, además, puede haber alguna empresa felizmente dirigida por señora o señorita competente que quiera apuntarse a tan heroica alternativa literaria.

Si en el plazo de dos semanas, esto es hasta el próximo 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional española, no recibo ninguna oferta para transformar mi original en un libro, no como Dios manda como diría el mentiroso Rajoy, sino lisa y llanamente de papel y susceptible de colgar en cualquier librería que se precie, regalaré dicho original a todos los ciudadanos españoles, a todos mis lectores, que a través de los cauces digitales de siempre, podrán descargarlo libre y gratuitamente. Como ya he hecho en el pasado con otros de mis libros. Todo, incluidos mil legítimos derechos de autor, antes de que el anciano enfermo de las caderas (con bichos) que todavía tenemos por ahí haciendo el ridículo ante embajadores y mandatarios extranjeros se salga con la suya impidiendo que mis investigaciones históricas sobre su presunto asesinato salgan a la luz definitivamente, después de casi sesenta años de oscurantismo y secretismo de Estado.

Lo dicho, amigos, casi con toda seguridad a partir del 12 de Octubre próximo… ¡a leer!… ¡Y que os siente bien!

* Amadeo Martínez Inglés, Coronel, escritor, historiador

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