26 de julio, 1953: La historia lo encumbró

26 de julio, 1953: La historia lo encumbró

Por Arturo del Villar.

Para Latinoamérica el asalto a los cuarteles Moncada, sede del Regimiento número 1, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, sede del Escuadrón 13 de la Guardia Rural, en Bayamo, es un acontecimiento de importancia semejante al asalto a la Bastilla en la Francia borbónica en 1789, inicio de la Revolución Francesa, o el asalto al Palacio de Invierno en la Rusia zarista en 1917, inicio de la Revolución Soviética.

Aquel 26 de julio de 1953 comenzó la Revolución Cubana con un fracaso: el grupo de guerrilleros asaltante de los cuarteles quería desencadenar la lucha armada en la isla, contra la criminal dictadura de Fulgencio Batista, un peón de los Estados Unidos de Norteamérica que mantenían allí una colonia en la que se hacía toda clase de negocios ilegales.

Cristóbal Colón descubrió la isla y la describió afirmando que era “la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto”, pero la colonización llevada a cabo por el todopoderoso vecino la convirtió en un gran casino y un inmenso burdel para millonarios. El pueblo cubano se ocupaba de los trabajos inferiores, sometido a una verdadera esclavitud de blancos y negros apenas disimulada. Como explicó Fidel Castro, “Estudiando el capitalismo me volví comunista”, y decidió liberar a su patria de la dictadura de Batista, lo que implicaba también terminar con el imperialismo gringo que la defendía por su conveniencia. Estaban tan imbricados el colonialismo económico y la dictadura política que resultaba imposible separarlos en la lucha revolucionaria emprendida por los guerrilleros.

Fidel Castro dirigió el pequeño grupo asaltante del cuartel Moncada en la madrugada del que iba a ser histórico 26 de julio de 1953. No pudieron conquistar la fortaleza, porque eran pocos y mal armados. En el combate murieron ocho guerrilleros, y más de 50 fueron asesinados después por orden expresa del dictador. Los que lograron escapar se refugiaron en las lomas cercanas para continuar la lucha.

Hace 70 años comenzó la Revolución Cubana con un fracaso mortal, pero de aquel hecho derivaron la expedición del yate Granma, la guerrilla en la Sierra Maestra y la movilización de la ciudadanía que se sintió implicada en unas actividades clandestinas tendentes a lograr su liberación.

Fidel Castro fue hecho prisionero, y juzgado en un proceso iniciado el 18 de octubre de 1953. Al ser licenciado en Derecho pidió defenderse a sí mismo, y lo hizo brillantemente en un discurso que al parecer duró cuatro horas, aunque algunos historiadores reducen esa extensión a la mitad. Su final lo aprendimos de memoria, porque explica lo que sucedió:

“En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no lo ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas y de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa, la historia me absolverá.”

La historia lo encumbró hasta el papel de libertador, como los héroes luchadores por la independencia de la nefasta y fatídica colonización española. Fue condenado a quince años de reclusión, pero una amnistía le permitió recuperar la libertad en 1955. Se trasladó a México, en donde organizó un grupo de guerrilleros, con los que regresó a la isla a bordo del yate Granma para continuar la lucha. Sus nombres pertenecen a la historia.

El cuartel Moncada fue conquistado el 8 de enero de 1959, por unos guerrilleros comandados por Raúl Castro, señal de la victoria popular. No es el momento de historiar la guerrilla. Baste recordar que en enero de 1959 la República de Cuba alcanzó por fin la libertad por la que murió José Martí, y el 9 de enero de 1960 Fidel, subido en un tractor, comenzó a derribar los muros del Moncada para entregarlo al Ministerio de Educación. Hoy es la Ciudad Escolar 26 de Julio, con capacidad para dos mil alumnos.

Es el símbolo de la transformación de Cuba, que pasó de ser una dictadura sometida al colonialismo gringo, a convertirse en un pueblo libre, sin miedo, ejemplo para todos los dominados deseosos de alcanzar la independencia. En estos setenta años los cubanos han debido enfrentarse a las continuadas agresiones de los Estados Unidos, demostrando un gran valor, como el que les dio la victoria en Playa Girón el 19 de abril de 1961, al rechazar una invasión organizada por el presidente gringo Kennedy. Sería un buen ejemplo para nosotros, si lo quisiéramos aprovechar.

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