Un disco que transmite pasión no desbordada, sino inteligentemente contenida por unas canciones que sin lugar a dudas, marcaron tanto su historia como las de Bob Dylan, Neil Young, los Rolling Stones o Pete Seeger…
Solo los fuertes sobreviven. Guía sentimental para sobrevivir al gafapastismo
El esperado nuevo disco de Bruce Springsteen, una sugerente, bien elaborada y a mi juicio sincera y convincente colección de clásicos del soul, estoy convencido de ello, va a ser muy malinterpretado, cuando no defenestrado por parte de esa crítica snob, pseudo-progre y gafapasta tipo Lenore y demás eternos aspirantes a ser el columnista musical del diario que ya todos ustedes saben cual es. Me imagino sus decrépitos comentarios:
¿Una superestrella de 73 años sacando dinero a sus fans con un álbum de versiones rápido? ¿Un viejo rockero haciendo una declaración de principios sobre la música antigua? ¿Un músico decadente al que se le ha agotado la creatividad? Bah, lo de siempre de los juntaletras con complejo de Peter Pan.
La larga historia de Bruce Springsteen con el material de otros artistas se remonta a casi 20 años ya desde que probó suerte en ese terreno con su álbum “We Shall Overcome: The Seeger Sessions” de 2006. Aunque convencionalmente se acepte que recurrir a un álbum de versiones suele ser un recurso para finalizar un contrato –como pasaba antiguamente con los álbumes en directo- en el caso de nuestro hombre, sus incursiones en las canciones de otros artistas siempre ha ido mucho más allá de las técnicas de marketing comercial. Con “Only The Strong Survive”, un álbum realmente logrado en todos los aspectos, entiendo que va a suceder lo mismo.
¿Por qué? Fundamentalmente porque Springsteen piensa como un artista conceptual. “We Shall Overcome” consistía principalmente en canciones folk tradicionales que llegaron al dominio público hace décadas. “Only the Strong Survive”, la continuación de “Letter to You” de 2020, incluye temas de cosecha más reciente que amplía el espectro musical del estilo en el que se adentra: R&B y canciones soul de los años 60 y 70, junto con un par de piezas de los años 80 y una oscuridad de Dobie Gray del 2000 escrita por Jonnie Barnett, “Soul Days”, con la inestimable colaboración de Sam Moore, de Sam & Dave.
Es ese lazo temático lo que mantiene unido y homogéneo “Only the Strong Survive”. Bruce Springsteen no se limita simplemente a viajar por un camino familiar de versiones de canciones conocidas, sino que les imprime su sello y las amalgama en un disco que posee una unidad sonora interna muy hábilmente lograda. Por ello su versión de “Someday We’ll Be Together” de Diana Ross & the Supremes marca distancias con el hit-single que fue nº1 en 1969 y “7 Rooms of Gloom” -otro éxito de la Motown, de los Four Tops- también se distancia deliberadamente del original para convertirse en una auténtica canción de Bruce Springsteen.
Dentro de todo lo que ofrece este singular disco, al margen de lo ya mencionado, me parece que hay que detenerse a la hora de señalar lo más interesante en varias canciones. El tema-título que abre el álbum, “Only The Strong Survive”, un sencillo de 1969 de Jerry Butler grabado en su día por Elvis Presley y Rod Stewart conserva su estilo elegante y conmovedor, con el adecuado contrapeso de la voz áspera y la sonoridad más cruda que el Boss añade a esta versión. Y se disfruta, créanme. Una segunda canción de Jerry Butler, “Hey Western Union Man”, es otra de las delicatesen sonoras de “Only The Strong Survive”, enriquecida con una sección de viento y metales maravillosa que acaricia a un Springsteen que implora “Envía un telegrama a mi chica”.
“Se supone que un hombre no debe llorar”, se lamenta Springsteen durante un momento simpático de melancolía, que rezuma dolor y sentimiento en abundancia durante una interpretación empapada de lluvia de “I Wish It Would Rain” de The Temptations. En “Don’t Play That Song” de Ben E. King es donde más se escora hacia el rock, sobre todo hacia el rock de los 60, imprimiendo de nuevo mucha fuerza a la versión antes de que al atacar el primer éxito de Commodores posterior a Lionel Richie, “Nightshift” convierta esta versión en una creación que desprende a partes iguales energía y fuerza junto a sencillez y transparencia. El segundo sencillo que ha precedido al lanzamiento de este álbum, posee en ese contexto la misma intensidad que tuvo “Streets of Philadelphia”.
Aunque originalmente fue un éxito limitado y podría decirse fallido para Frankie Valli en 1965 y que paradójicamente lanzó a la fama y al éxito masivo a The Walker Brothers tan sólo un año más tarde, “The Sun Ain’t Gonna Shine Anymore” -¿recuerdan cuando esta canción sonaba a mediados de los 80 frecuentemente en aquella legendaria “Radio 80–Serie Oro”?- es otra de las joyas ocultas de este álbum merced a la producción que ha buscado con acierto recrear el “Wall Of Sound” al más puro estilo Phil Spector mejorando si cabe la voz de Springsteen en este disco. Algo similar cabe decir de “Turn Back The Hands Of Time” de Tyrone Davis. Un perfecto ejemplo del matrimonio del presente con el pasado que se despliega a lo largo de la totalidad de este álbum, impregnando un street-funk diseñado en el centro de Chicago tanto en este tema como en “When She Was My Girl”, que lleva el célebre hit-single de Four Tops de 1981 a un viaje ferroviario a través de décadas y justo a través del corazón palpitante de un Springsteen genuino y sincero.
El soul, al igual que el rock, el blues y toda música que nace de las entrañas, de las vísceras, no se sustrae a unos de los temas universales del ser humano: El siempre amargo y doloroso desafío de superar la tristeza de la pérdida del amor, que cobra una nueva dimensión en este emocionante “What Becomes Of The Brokenhearted” de Jimmy Ruffin.
El joven Springsteen, de 73 años, es un testimonio viviente de la máxima que nombra este disco: “Solo los fuertes sobreviven”. Una mirada cómplice, pero no complaciente ni mucho menos autocomplaciente en modo alguno a la que sin duda fue en parte su música de juventud más temprana. Un disco que transmite pasión no desbordada, sino inteligentemente contenida por unas canciones que sin lugar a dudas, marcaron tanto su historia como las de Bob Dylan, Neil Young, los Rolling Stones o Pete Seeger. Sin perjuicio de que estas canciones lleven plasmadas el sentimiento que su intérprete confiesa abiertamente por ellas.
Los próximos días 28 y 30 de abril de 2023 Barcelona será el escenario de los únicos conciertos que el Boss dará en territorio nacional en su próxima gira europea. Nunca hay que dejar de verle. Y si en su set-list nos regala alguna de estas canciones, todavía con mayor motivo.
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