Collages. De la Pompa al Psicopompo

Por Nònimo Lustre.

En esta segunda entrega de collages sobre la mujer occidental ‘casi libre’, queremos recapitular brevemente sobre los 15 collages anteriores. Dos inclusiones extemporáneas nos irritaron en grado sumo: a) la del absurdo y anacrónico Amor entendido como comodín para explicar los más ignotos y complejos procesos históricos. b) las acusaciones fisiológicas de ninfomanía que tiñen las biografías de reinas y emperatrices

Huelga añadir que, situando los collages en épocas lejanas, no nos referimos al amor romántico -inventado en el siglo XIX-, ni al amor originado en el botín, ni tampoco se lo adjudicaremos a una suerte de rey Midas -que todo lo convertía en oro- sino más bien tendríamos que acuñar un nuevo concepto del midaísmo pues los agentes decisivos de aquellos años fueron psicópatas que todo lo bello lo convertían en excretas, coprolitos y mierda fétida. Como varias veces hemos repetido con fruición, las cortesanías son ansí.

Arriba: Muerte de Cleopatra, por Juan André Rixens, 1874. Museo de los Agustinos, Toulouse. Abajo, drcha.: entronización de una faraona, grabado coloreado, siglo XIX.

Dependiendo de reproducciones no siempre fieles ni técnicamente admisibles, no podríamos garantizar que los colores reproducidos en este collage sean idénticos a los colores originales en los que fueron publicados. Pero es evidente que el semblante de la moribunda Cleopatra es cerúleo, lívido, macilento, demudada la coló… definitivamente exangüe.

Cleopatra ya está en las manos de los Psicopompos, espíritus que escoltan hasta el Más Allá a las almas recién fallecidas en la Tierra. No juzgan a la persona fallecida, simplemente la guían. Son iconos muy frecuentes en el arte funerario que generalmente han sido representados como entidades antropomórficas pero también como caballos, venados, perros, chotacabras, cuervos, buitres, búhos, halcones o cucos. Cuando se les interpreta como aves, se les ve a menudo en grandes masas, esperando fuera del hogar del agonizante.

Psicopompo fue Hermes mientras que los egipcios tenían a Anubis, el cinocéfalo dios con cabeza de perro o de chacal. Entre los pueblos nórdicos, sabemos que las Valkirias que buscaban a los guerreros caídos en el campo de batalla para llevarlos al Valhalla -entre los Celtas, ese papel lo desempeñaba Ogma. Y, en el Cristianismo, continuaron sin rebozo el plagio de la Antigüedad con otros psicopompos como fueron (son) el arcángel Miguel, el Ángel de la Guarda o el gigantón san Cristóbal -a veces, cinocéfalo como clara herencia de Anubis. En el Islam, el ángel Azrael quien recibe de Allah una lista de personas destinadas a morir y separa sus almas de sus cuerpos durante los 40 días siguientes.

En general, abundan los animales psicopompos: Perros, gatos, chacales, lobos, leones, caballos, ciervos, gorriones, cuervos, búhos, lechuzas, delfines y hasta las mariposas, asaz representativas en el mundo antiguo, aunque también en el misticismo o con significados contradictorios cercanos al mal. Entre esa barahúnda, destaca el buitre, animal sagrado y psicopompo en la cultura celtíbera, ya que estas gentes consideraban honroso morir en combate luchando para después, ser devorados, mediante el rito de la exposición, por un buitre, animal que los transformaría en su vientre mediante la digestión y los transportaría así al más allá.

Entre los Arévacos y los Vacceos, el buitre ingería el cadáver del guerrero muerto en combate. Entre sus vecinos Lusitanos y los Vetones, la lechuza, el lobo, la yegua o la cabra son animales psicopompos. La lechuza, en particular, tiene representación en esta zona desde el Calcolítico de los ídolos oculados. Finalmente, entre los Aztekas, el perro xoloitzcuintle guiaba a los muertos por el río Apanohuaya hacia el Mictlán. Entre los Maya, Balam (jaguar) era su gran psicopompo. Y, para terminar este tour de psicopompía comparada, entre los Quechua, la visita de un chiki tuku (búho) canoro anunciaba que fallecería alguien de la comunidad.

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