El cartero siempre escribe dos veces… y ¿para qué?
Por Joan Martí
El cartero siempre escribe dos veces…o eso de que lo poco agrada y lo mucho cansa. (La noticia en la prensa)
2ª epístola Sanchista a los feligreses
El mismo tipo que en los últimos años ha alentado y promovido las penas mediáticas de banquillo contra Podemos y sus dirigentes, Mónica Oltra, Trías y otros políticos, poniéndose de perfil y quedándose en el burladero sin decir ni pío, de nuevo se dirige a la ciudadanía sin intermediarios para reclamar el amparo popular. Si eso lo hiciera Correa, Morales, AMLO, Maduro, Lula o cualquier otro gobernante sudamericano de la izquierda, sería inmediatamente tachado de caudillista, ególatra o cualquier cosa similar por el PSOE y sus terminales mediáticas, pero, !Amigo! quien lo hace es el tal Sánchez.
El flamante presidente democrático se atribuye la democrática decisión de enmendarle la plana al juez, por muy derechista que sea, (y este se dice y parece que lo es), explicándonos que eso de la separación de poderes en realidad es pura palabrería retórica, no vayamos a confundirnos, y que esto que hace el Juez de citar a declarar a su mujer como investigada por un supuesto delito de tráfico de influencias es fabricar infundios y bulos contra ella para influir en la campaña electoral y hundirlo a él y al PSOE. Poco se compadece la actitud y actividad del presidente con lo del principio de justicia igual para todos, pero así funciona su discurso epistolar.
El hombre, más allá de echar las culpas a todo dios, y sin duda que al Feijoo y al Abasacal les viene el asunto que ni de perlas y van a sacar tajada de la cosa, pero en lo práctico no propone ninguna medida concreta de control o interdicción de los jueces, de regulación de su responsabilidad administrativa y civil cuando se pasan (si lo hacen). Nada de eso hace, simplemente prefiere montar el sarao como otro acto de campaña electoral a su favor, en plan víctima y apelando a la gente con el grito de España soy yo (y mi mujer, y el PSOE).
Nueva carta a la ciudadanía. pic.twitter.com/kyubn3DAII
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) June 4, 2024
La cosa puede parecer burda y de hecho lo es, pero así se lo compran y nos lo venden sus terminales mediáticas, interpretando y reinterpretando los hechos y resoluciones judiciales de trámite, -de las que se producen decenas miles cada día en los juzgados españoles-, realizando brillantes exégesis sobre la actividad procesal del juez instructor que producen un poco de vergüenza ajena: Ahora resulta que la inocencia/culpabilidad de un/a investigado/a y la tipicidad indiciaria de los hechos la determinan los informes de la UCO (jerárquicamente dependiente del ministro del interior de turno) o la posición del fiscal (dependiente jerárquicamente del ministro de justicia), por lo que, bien mirado, ¿¡para qué queremos a los jueces!?.
Un ejemplo del alucinante agit-prop del periodismo de bufanda⇓⇓⇓
(https://www.eldiario.es/ Y luego Ignacio nos manda cartas pidiendo nuestra suscripción para apoyar el periodismo objetivo)
Todo el mundo sabe (y muchos lo han experimentado en carne propia) que los jueces son el poder omnímodo de dios en la tierra por delegación, que con sus resoluciones deciden si una propiedad es tuya o del que te la vendió y dice que no le pagaste el precio acordado, que deciden el importe de una subida de alquiler o el de una pensión de alimentos o compensatoria, o si tu despido es procedente o improcedente con indemnización o que el juez es quien, en los casos más graves, te mete en la cárcel con una firma. Todo eso parece que no es motivo de reflexión para Sánchez. El va a lo suyo, y lo suyo es él y su mujer y que el PSOE no saque malos resultados en las europeas.
A primera vista, la frenética actividad epistolar del Sánchez parece fuera de lógica, porque hay otros motivos más importantes para dirigirse al país (véase qué hacemos en la guerra civil ucraniana y con Rusia, arriesgando nuestra seguridad y supervivencia ante un previsible conflicto nuclear, o permitiendo el genocidio criminal de miles de palestinos, o abandonando a su suerte de los ex españoles saharauis…), o con muchos otros asuntos y decisiones dignas de explicar y consultar a la gente por carta, por burofax o por telegrama, pero, ¡Amigo!, es el tal Sánchez; un vividor ególatra ayuno de cualquier ideología de izquierdas y metido a presidente, un auténtico disolvente para la izquierda transformadora de este país y poco más, intercambiable como un cromo repetido de un futbolista con el PP en lo sustancial del programa político del liberalismo salvaje del Sistema del trabajo/consumo/trabajo que gobierna nuestra complicada existencia.
¡Amén!
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