El viento No-Tav sopla por toda Italia
Valle de Susa, Génova, Trentino y Brescia. El movimiento opuesto a los trenes de alta velocidad se multiplica en la península, al grito de “Sus manos fuera de nuestra tierra”.
El viento No Tav sopla en toda la península, y su lucha ya no es solamente de oposición a las grandes obras inútiles. Los activistas del movimiento contra los trenes de alta velocidad no pueden estar presentes en todo el territorio nacional, pero es casi imposible asistir a una manifestación de cualquier índole sin ver una bandera del movimiento entre los contingentes.
En las primeras semanas de noviembre se desarrollaron múltiples protestas contra la construcción de líneas ferroviarias de alta velocidad en Italia. El 9 de noviembre de 2013, en Génova, se realizó una manifestación en contra del proyecto de Alta Velocidad (AV-transporte de personas) y Alta Capacidad (AC-transporte de mercancías), que conectará el puerto de Génova con la ciudad de Tortona. Este proyecto, denominado Terzo Valico dei Giovi (1) provocó una indignación creciente entre la población en los últimos dos años, tal como lo demuestra el surgimiento de numerosos comités de resistencia en los pueblos afectados por el trazado de la ferrovía.
Además del este proyecto y el más conocido (del Valle de Susa, que pretende conectar la ciudad de Turin con Lyon (2), Francia), existen movimientos de oposición a la alta velocidad en Trentino, al norte de Italia, en donde se pretende construir el túnel del Brennero (3) (AV/AC); y en la provincia de Brescia (4) también al norte, en donde ya se avanza en la realización de otra ferrovía de alta velocidad.
Son múltiples la razones que provocan las protestas contra estos proyectos: desde aquella de los ambientalistas, sustentadas en los conocidos daños potenciales que dichas obras provocarán (o ya provocan); y también por cuestiones de tipo económico, ante la ausencia de evidencias sobre los supuestos beneficios que la AV/AC puede traer consigo de ser realizada. En el mismo sentido, muchos activistas subrayan que la voluntad de los gobiernos de realizar este tipo de infraestructura sin tomar en cuenta a los ciudadanos, demuestran que se trata más bien de imponer un modelo de “desarrollo” que no responde a las necesidades y exigencias de la población. Esto terminó por imponer serias dudas sobre el modelo democrático italiano, y la elección de las políticas públicas por parte de las clases dirigente en este país.
Las manifestaciones contra Il Terzo Valico
El 9 de noviembre, en Ponte Decimo, un barrio periférico de Génova, se realizó una manifestación con más de mil manifestantes No-Tav, con una consigna central: giú le mani della nostra terra (“Fuera las manos de nuestra tierra”). La importancia de esta protesta, señaló uno de sus participantes a Desinformémonos, tiene que ver con que “en estos momentos el COCIV (el concesionario privado al que el gobierno encomendó la obra) comenzó a cercar tres zonas clave para los trabajos de construcción de la vía”. Otro de los participantes informó que “el Terzo Valico comenzó a principio de los años noventa, pero después de las primeras protestas y los recursos presentados ante el Tribunal Administrativo (TAR) por las irregularidades en la asignación de las concesiones, el tema no se volvió a tocar hasta el año 2005, después de la aprobación de una redacción más definitiva del proyecto”.
Las protestas se intensificaron en los últimos dos años, cuando el COCIV comenzó a expropiar las casas y terrenos aledaños al trazado de la ferrovía. De hecho, una de las principales actividades de los comités No-Tav Terzo Valico es la de ayudar a las personas a impedir las expropiaciones y, hasta ahora, lo lograron exitosamente en más de cien casos.
En julio de este año, la población en resistencia estableció un cerco No-Tav en Arquata Scrivia (5) en el Piemonte, con el fin de obstaculizar el avance de los trabajos; sin embargo, las obras se intensificaron en los últimos meses y los terrenos circundantes al cerco ya fueron expropiados, de manera que los activistas del comité se encontraron de un día para otro rodeados de obreros trabajando a marchas forzadas.
Uno de los activistas presentes en el campamento de Arquata Scrivia describió que los obreros “trabajan durante todo el día talando árboles y devastando la colina, bajo la férrea protección de la DIGOS (División de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales de la Policía Italiana). Los responsables de los trabajos se niegan a dar información sobre lo que se hace, y a las afueras de la obra no aparecen los carteles con la información relativa a los costos de su realización, ni nombres los concesionarios responsables, tal como lo establece la ley”.
Además de este campamento, las protestas se concentran principalmente en las plazas públicas, con el objetivo de informar a la población de los barrios de Génova e invitarla a unirse a los pueblos que se oponen a la alta velocidad. El 10 de noviembre, cientos de manifestantes se dirigieron a la zona de obras de Arquata Scrivia y se abrieron paso a través del alambrado que limita el acceso para luego ocuparla por algunas horas, en un acto simbólico que incluyó la plantación de árboles como protesta por todos los que fueron talados hasta ahora.
La devastación ambiental es una de las principales razones de los opositores a la AV/AC, y los efectos dañinos que tendrá la obra están más que documentados. Ya desde la década de los ochenta, tal como señalan los organizadores de la manifestación, la Green Power ENEL (la compañía nacional de electricidad) pidió la autorización para instalar torres de alta tensión en la zona en donde hoy se busca imponer la ferrovía. Sin embargo, le fue negada por las administraciones locales debido a que se demostró una alta concentración de asbesto en las rocas de la zona, por lo que su manipulación es potencialmente dañina para el ambiente y, en particular, para las personas.
Al igual que en el caso del Valle de Susa, los opositores al Terzo Valico demostraron que los argumentos oficiales con los que se justifica la obra no se basan en datos reales. Se habla, por ejemplo, de alta velocidad y alta capacidad, pero ambas cosas son difícilmente conciliables, tal como lo demuestran numerosos estudios técnicos. La AV para pasajeros requiere por sí misma una constante manutención de la infraestructura, y dado que el transporte de mercancía (alta capacidad) significa una intensificación de la demanda de rendimiento (trabajo las 24 horas del día y la resistencia de la vía a la movilización de miles de toneladas de productos al día), una combinación de ambas en estas condiciones supone un riesgo latente para los usuarios de la alta velocidad.
Existe otra coincidencia con el caso de la Tav Turín-Lyon: no existe ningún aumento en los flujos de mercancías desde el puerto de Génova hacia el norte de Europa, tal como lo declaran constantemente los medios de comunicación; de hecho, en los últimos años dicho flujo se redujo. Los activistas afirman que “la modernización de la línea existente puede tranquilamente cumplir con las necesidades reales del transporte de mercancías”, la única diferencia “es que con la construcción de la nueva ferrovía entre Génova y Tortona se ganarían entre 10 y 20 minutos de tiempo”. Una eficiencia real que no justifica los costos económicos y ambientales de esta obra.
¿Qué sentido tiene entonces insistir en la realización del Terzo Valico? Como se puede leer en alguno de los numerosos sitios de internet contrarios a la realización de este proyecto, el tipo de financiamiento -sustancialmente público- destinado a la realización de la obra, implica beneficios considerables a los concesionarios encargados de llevarla a cabo. Una situación delicada, considerando el enorme riesgo de infiltración mafiosa en las licitaciones, tal como ha sucedido en la línea Florencia-Bolonia (6), y en otras grandes obras de infraestructura llevadas a cabo con dinero público.
En los últimos años el movimiento contra el Terzo Valico cambió de rostro, sin duda alguna. Al principio se trató principalmente de asociaciones y grupos ya comprometidos con otras luchas, pero con el tiempo estos grupos fueron rebasados por la creciente adhesión popular a la resistencia contra el proyecto. Sin embargo “el camino que habrá que recorrer para impedir esta obra es todavía muy largo”, manifiestan en Arquata Scrivia. “En particular observamos con mucho interés a la organización que se construyó en el Valle de Susa en contra del Tav Turín-Lyon”.
Y es que además de llevar la solidaridad y la participación de una parte a otra de la geografía italiana, los movimientos contra la alta velocidad se proponen construir organización desde abajo, tejiendo relaciones con otros movimientos para obtener la puesta en marcha de políticas públicas dirigidas hacia las necesidades reales de las personas, y no a las ganancias de algunas pocas empresas privadas, tal como sucede hoy en día.
El viento No Tav sopla verdaderamente en toda la península, y su lucha ya no es solamente de oposición a las grandes obras inútiles. Los activistas del movimiento contra la alta velocidad no pueden estar presentes en todo el territorio nacional, pero es curioso notar que es casi imposible asistir a una manifestación de cualquier índole sin ver una bandera del movimiento entre los contingentes. “Lo que nosotros esperamos, y que estamos tratando desde hace tiempo, es que este tipo de lucha democrática hecha por personas comunes vaya más allá de los confines de los territorios en conflicto y que, en estos momentos tan difíciles, logre vincularse con otros tipos de luchas, democráticas y civiles”, afirman.
* Publicado en Desinformémonos
Notas:
[1] Giovi
[2] Turin con Lyon
[3] Brennero
[4] Brescia
[5] Arquata Scrivia
