La “semana sangrienta” de la Comuna de París
Redacción*. LQSomos. Mayo 2016
La semana sangrienta de París se registró desde el 21 hasta el 28 de mayo de 1871.
“Podéis contar con mi palabra, yo no falté nunca a ella… El París de la Comuna no es más que un puñado de desalmados… Si se dispararon algunos cañonazos, no fue obra del ejército de Versalles, sino de algunos insurrectos, para hacer creer que se baten, cuando no se atreven ni a asomarse… Los generales que condujeron la entrada a París son grandes militares… Yo seré despiadado; la expiación será completa y la justicia inflexible… Hemos alcanzado el objetivo. El orden, la justicia, la civilización obtuvieron al fin la victoria… El suelo está cubierto de sus cadáveres; ese es pectáculo horroroso servirá de lección” Thiers, 22 de mayo de 1871.
Tras las jornadas de la Comuna de París iniciadas el 18 de marzo de 1871, las tropas de Versalles, lideradas por Adolphe Thiers, dieron pie a una campaña de ataques contra el pueblo revolucionario para acabar con el movimiento socialista.
Fue el 21 de mayo del año 1871 cuando se marcó el inicio de la “semana sangrienta” donde más de 100 mil soldados del ejército burgués invadieron el casco urbano de la ciudad de París con un enfrentamiento que dejó más de 20 mil muertos del lado parisiense y miles de exiliados en la Guinea Francesa, como saldo de la violenta represión al gobierno socialista.
La Comuna fue instaurada tras la aprobación de la III República, luego de que cayera preso el monarca Napoleón III en la guerra Franco-Prusiana (que perdió Francia) y aunque la instauración pareciese símbolo de libertad, fue un nuevo imperio el que tomó el poder y acabó en mayo de ese mismo año con la Comuna de París que se oponía al Gobierno de Defensa Nacional instaurado en Versalles por Thiers.
Thiers negoció con el gobierno de Prusia una alianza para derrotar al gobierno proletario “Comuna de París”. A cambio de concesiones para Prusia, el canciller de esa nación, Otto Von Bismarck, liberó a prisioneros de guerra para que pudiesen ayudar en el cerco a la ciudad de París.
El pueblo cerró París con barricadas para proteger la Comuna, sin embargo, el ejército burgués de al menos 180 mil hombres se lanzó a la conquista calle por calle. La defensa se organizó, LIDERADA por la Guardia Nacional y por el pueblo obrero en armas en las que lucharon tanto hombres como mujeres.
El enfrentamiento fue desigual ante el poderío militar del ejército burgués, el cual contó con el apoyo militar de sus aliados de la burguesía alemana a la que la unían comunes intereses de clase.
La batalla duró una semana, hasta el 28 de mayo, cuando cayó la última barricada. El gobierno burgués de Adolphe Thiers, en Versalles, anunció oficialmente la “liberación” de París, luego de una sangrienta ofensiva, que terminó con la vida de muchos compatriotas.
A partir de la fecha, cuando la Comuna había sido dominada por las fuerzas de Versalles comenzó una cruel represión. Personajes como el general Gastón Alexandre Auguste de Galliffet, se distinguieron por sobrevivir a una crueldad infinita.
Miles de obreros y simpatizantes de la Comuna fueron fusilados (entre otros lados en el famoso “Muro de los Comuneros” en pleno centro de Paris y lugar de conmemoración de los revolucionarios franceses hasta el día de hoy) a los que habría que sumar unas 40 mil personas enviadas a las colonias, con trabajos FORZADOS, en donde gran parte murió de enfermedades y malos tratos.
El Gobierno Socialista de París
La Comuna de París fue la primera experiencia (1871) de Gobierno socialista en Europa instaurado con la integración del proletariado como líder y diversos sectores que apostaban por la proclamación de la III República en Francia, además del rol protagónico del pueblo en la dirección del país.
Posteriormente se realizaron elecciones en París y se creó un concilio comunal de al menos 92 delegados, obedeciendo a la conciencia colectiva del pueblo. Fue precisamente el sentir popular que levantó a la Comuna de París y en ello radica que sea uno de los hechos históricos más memorables del siglo XIX.
De los hechos históricos en la semana sangrienta nacieron para la humanidad los dos grandes símbolos del movimiento obrero mundial: la bandera roja, reseña oficial de los comuneros franceses y el himno por excelencia del movimiento obrero “La Internacional”, nacido al calor de la primera Asociación Internacional de Trabajadores establecida por Marx y Engels unos años antes, que fue escrito por el poeta y revolucionario francés Eugéne Pottier durante los días de la Comuna.
¿Qué dejó la Comuna?
Se tomaron medidas para garantizar derechos fundamentales como la educación, la sanidad, la vivienda, la justicia y el trabajo digno para todas las personas.
El establecimiento de la Democracia directa como forma de gobierno, pasó a marcar el fin definitivo del absolutismo político en Francia.
La ampliación de las formas de participación política con la conformación de los primeros partidos políticos y la integración de las mujeres a la vida política reivindicó la igualdad de derechos mediante la participación en clubes políticos y permitió abrir el paso al sufragio universal moderno.
La insurrección de las clases oprimidas, el derrocamiento del poder y el establecimiento del primer Gobierno proletario del mundo planteó la posibilidad de una sociedad organizada.
Comuna de París como ejemplo
La Comuna de París fungió como inspiración a la Revolución de los Bolcheviques en Rusia y también de la Revolución Socialista en China, como continuación y profundización de los alcances del movimiento insurreccional francés.
El espíritu reformista de la Comuna propició cambios en las formas de Gobierno de Europa, así, durante el II Reich en Alemania se establecieron horas máximas de trabajo y seguros sociales en caso de accidente y jubilación, garantizando a los alemanes niveles “básicos” de seguridad social. Estas medidas fueron el inicio de lo que hoy se conoce como el Estado de Bienestar.
La Comuna de París fundó las bases de un sistema político fundamentado en la democracia participativa como eje de la administración política y social.
Contexto, datos y más:
– El Ejército y la Policía fueron reemplazados por la Guardia Nacional, integrada por ciudadanos comunes, como artesanos, jornaleros y otras profesiones.
– Se estableció la separación entre la Iglesia y el Estado.
– Los cargos públicos eran sometidos a elección popular y se regirían por el principio de revocatoria de mandato.
– Dejaron de impartir clases de religión en los colegios, por tratarse de un tema de decisión personal.
– Las fábricas abandonadas fueron ocupadas por los trabajadores.
– París se dividió en quartiers, localidades con cierta autonomía que cooperaban con la organización central. Los funcionarios recibían un sueldo similar al de los obreros.
– El precio de los alquileres fue controlado por la Comuna.
– Las viudas y huérfanos de la Guardia Nacional fueron reivindicados con pensiones.
– Este año se ha cumplido el 145 aniversario de la proclamación de la Comuna de París.
– La Comuna de Paris, Edición a cargo de Editorial Klinamen
* Por teleSUR – kpl – JR -LQSomos