¿Qué hacemos en el sofá en vez de salir a las calles a parar la locura de la guerra?
Por Joan Martí
¿Qué hacemos en el sofá sin salir a llenar las calles para repudiar y parar los pies a estos sociópatas que dicen representarnos en su cruzada de la locura?
Es inquietante la falta de sensibilidad, la inconsciencia y la falta de cordura de la gente – de nosotros los ciudadanos, no de los sociópatas políticos gobernantes, periodistas manipuladores, CEOs y accionistas de las multinacionales fabricantes de armas; que esos si son conscientes y bien conscientes de lo que están haciendo – que no nos damos cuenta de que estamos en las puertas de una guerra terrible, totalmente evitable, que en el mejor de los casos puede dejar decenas de millones de muertos, heridos, lisiados y familias destrozadas, y destruir nuestros servicios básicos devolviéndonos a la Edad Media y, en el peor, puede acabar con la existencia de la vida humana en la tierra. Se da la paradoja de que ahora la vivimos a 3500 kms. en el sofá, pero si entramos en esa guerra a la que nos llevan estos dementes, como parece inevitable, aunque no tendremos ni Facebook, ni redes ni siquiera internet para comunicarnos, y definitivamente estaremos indefensos ante esta manada de degenerados, ganaremos en realismo, ya que la viviremos en nuestras ciudades y barrios, con el surround de las bombas, la sangre, el olor a pólvora, metal quemado y carne chamuscada, ambulancias camillas, etc.)
A la vista de ello, hay muchas preguntas que requieren respuesta. Propongo algunas de ellas:
¿Cuántos sociópatas son los que nos pastorean?
Pues así, a ojo de buen cubero, en la UE, contando unos 10 por estado (jefe de estado, + primer ministro + 3 líderes de los partidos de la oposición más los jefes del IBEX 35, pongamos 10) por 27 estados nos salen 270 + pongamos 30 entre los jefes de la Comisión, el Consejo y el Parlamento y los jefes de sus grupos nos iríamos en total a los 300. Contando otros 10 por Canadá, Australia, UK y los USA van otros 40 más, a los que habría de sumar otros 40 CEOs de los medios mundiales de la manipulación y otros 40 de los propietarios de las principales multinacionales tecnológicas y de las redes y otros 40 de los fabricantes de armamento. Ya digo que es un cálculo a boleo, pero en total, más/menos, vienen a ser unos 500/600 los mandamases que dicen representarnos, que hablan, deciden y diseñan nuestras vidas para lo bueno y para lo malo. (Por lo que recuerdo de cuando hice la mili, creo que no llegan ni a un Batallón en términos militares)
¿Y cuántos somos nosotros?
Pues en el espacio “occidental” aproximadamente unos 920 millones, contando (la UE (Europa) 448, más la anglosfera (Reino Unido 68, USA 336, Canadá 39 y Australia 26) O sea, apenas un 12% del total de los 8.024 millones que habitamos la tierra.
¿Y qué clase de democracia es esta que permite que 600 sociópatas lleven al matadero, a 920 millones de ciudadanos sin comerlo ni beberlo?
Pues en realidad, más que una democracia es una tomadura de pelo glamourosa y folklórica que permite que unos sociópatas, encerrados en sus torres de marfil, cultiven su locura y destruyan caprichosamente el mundo de quienes dicen representar.
¿Y que nos han hecho a nosotros los rusos, en la realidad y en la práctica, que no nos hayan hecho los marroquíes, los ingleses, los franceses o los habitantes de Cabo Verde, para ponernos a guerrear también contra ellos; a matarnos y a que nos maten?
Pues parece que a nosotros no nos han hecho nada, pero a los 500/600 mandamases sociópatas de más arriba sí.
¿Y qué clase de democracia es esta que permite que se inicie una guerra sin someter la decisión a la población del Estado o, al menos, a su parlamento? (CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 1978 “Artículo 1-2 La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” “Artículo 63.3 Corresponde al Rey, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz”)
Pues ya ves, en realidad, más que democracia es una indecencia.
¿Y dónde está entonces esa soberanía nuestra y nuestra participación en esa declaración de guerra?
Es la democracia, amigo, la democracia.
¿Y por qué, visto su entusiasmo, no van ellos en persona a la guerra para disfrutar plenamente su extraña afición/adicción a la locura?
Sin respuesta. Es la democracia, amigo.
¿Y por qué llenamos el estómago y la nevera cada mes a estos belicosos de salón que guerrean con las tripas de los otros?
Tampoco hay respuesta para esta. Es la democracia, amigo.
¿Y dónde se esconden, qué bebedizo, hechizo u otro encanterio les han dado a nuestros eximios periodistas, comunicadores e intelectuales orgánicos que no dicen ni pío, aun viendo como su futuro, el de sus hijos y el de sus nietos se vuelve negro, de color muerte?
La nómina, amigo, es la nómina.
Y – la pregunta del millón – ¿Acaso vale más la vida de cualquiera de estos 600 sujetos psicópatas que la de un soldado anónimo, ruso, español, ucraniano, alemán, inglés, polaco o del país que sea?
Evidentemente no, pero es la democracia, amigo.
Aquí uno de los videos más informativos y realistas de lo que está pasando y de lo que está a punto de pasar.
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