Marcela Silva, nuevos relatos
Nuevos cuentos de Marcela Silva Núñez… Nadie me prometió días de felicidad, pero cualquier tristeza o dolor se desvanecen si miro el horizonte del Mediterráneo y el Noi me cuenta sus pequeñas cosas
Leer másNuevos cuentos de Marcela Silva Núñez… Nadie me prometió días de felicidad, pero cualquier tristeza o dolor se desvanecen si miro el horizonte del Mediterráneo y el Noi me cuenta sus pequeñas cosas
Leer másNo pude ver la cara que puse, pero todos me miraron como intuyendo que la había cagado en algo. Cuando se dieron cuenta del desastre que yo mismo me produje, las risas de mis amigos ya no me sonaban tan divertidas
Leer másYa sé lo que me vas a preguntar. Y te digo; sí, si, el hachís, el chocolate, esos panecillos o bolas que se obtienen de la mezcla de hojas y flores secas del cáñamo índico con sustancias aromáticas y azucaradas, que produce sensaciones euforizantes y alucinógenas
Leer másCon puntas y ribetes de diosa… De poeta, de artista Trasvestido no disfrazado Inquieto, revoltoso, bullicioso… En la ravesía del orgullo gay… Cuando en Estado unidos se legalizó… El matrimonio homosexual
Leer másEstoy refugiado en la sala de Internet del hotel escribiéndote este email. Necesito tu ayuda, mi vida corre peligro. Yo sé que, desde España, y con tus relaciones, podrás mover los hilos para que me extraditen, sano y salvo, a mi país
Leer másTan astutos en trasladar la luz que desfallece cada tarde hacia la sombra de la noche, el prestar buena atención a los ocasos y las lluvias. Y disponer en el prodigio de los amaneceres la chillona salutación de los gorriones. Que a veces no son muy silenciosos que digamos
Leer másUna vez arriba, en su recibidor, como si fuera plaza donde se trata el negocio, les ha recibido una divinidad pública, oyéndoles y determinando el litigio del porqué han venido los dos, pues tienen que venir de uno en uno con el dinero por delante y elevada excitación
Leer más¿Quién dispuso que Daniela quince años no volviera a decirle que unos tipos de anteojos apagados, por cumplir unas órdenes bestiales, la arrastraron y luego lo demás igual de miserable? Hoy, Daniela no está y Alicia plancha su pañuelo
Leer másLibros: siempre uno en el bolso, de papel y subrayado. No quiero defraudarlos. Para no contradecir al arquetipo siempre digo que soy argentina, y lo ejerzo: yo antes tenía un defecto, era pedante; ahora lo corregí, soy perfecta.
Leer más¡Coño! el que dijo que Kafka era un autor menor, y lo sabía… Los fieras de a pie, rezamos todos los días, maitines al amanecer y laudes a media mañana a Kafka, Joyce, Virginia Woolf, Faulkner, Proust, Musil, Svevo y todos los demás que
Leer másDíganme ustedes que hablan de democracia: ¿A quiénes servirán después de la victoria,
a su rey, a sus lacayos, a los dueños de la tierra o del trabajo? Díganme
Ya ha fallecido Manolo, pero creo, estoy convencido de ello, que la cultura le debe un sitial destacado. En Septiembre del año 2003 le entrevisté para mi web” Idos y Venidos”
Leer másCasi lo había olvidado. Podría decir que hoy recobré la sensación de la primera vez.
Mis dedos acariciaron los contornos suaves de tu piel. En la primera curva el pulso
Un farragoso barullo que ni siquiera divertía, me dijiste otra noche de escucharnos. Susana con tu pelo negro, tu dientito encimado y luego esa naturalidad en quedar desnuda en mitad del cuarto mirando a ese pibe temeroso de perderme entre tus muslos cálidos
Leer másJuegue mucho con las palabras, invénteselas nuevas. Apréndase algunos afijos y métalos en las palabras que se le dé la gana. No vea usted qué bien queda decir: “al hacerse puta, esta post-ama de casa, se regodeaba en el infra-amor de su chulo super-machista…”, ¿a que sí?
Leer másLos aviones comenzaron a volar muy bajo sobre los techos, ametrallando y dejando caer bombas que producían gigantescos fuegos de artificio anaranjados y rojos, que abrazaban a las casitas, convirtiéndolas en montoncitos de ceniza
Leer másNos mantuvimos en el dintel, inspeccionando el interior, sin atrevernos a entrar. Carlitos fisgoneaba, escondido detrás mío. La sala, de unos veinte metros cuadrados, tenía empotrados a sus paredes unos bancos de madera y en el centro de la misma había
Leer másY de sus manazas brotando hostias como panes… Sobre todo cuando viene mamado… De “bala-rasa”, aguardiente malo…Como cuentan de él las beatas de la iglesia
Leer másPese a vivir hasta los ochenta años, toda su obra poética la publica entre los diecinueve y veintitrés años: a partir de entonces se sume en un casi total silencio creativo. A tal punto, que su obras pasó sin reeditarse hasta el año 1981
Leer másNos obligan a molestarte con las "galletitas informáticas". Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información
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