70 años: Asalto al campamento guerrillero
Adolfo Pastor Monleón*. LQS. Noviembre 2018
Aunque el aire era fresco y había retazos de nieve en las laderas, hemos subido, otro mes de noviembre, al Cerro Moreno. Este año motivados por el trágico aniversario. Hace 70 años
Fue en el amanecer del 7 de noviembre de 1949. El nefasto asesino, amigo del dictador igualmente asesino, unieron sus fuerzas. Desde que llegó a Teruel, sus órdenes crueles torturaron sin piedad a hombres, mujeres y aun niños. Bosques incendiados, masías y rentos despoblados, amigos de los del monte encarcelados, puntos de apoyo asesinados…
– Acabad con esos bandoleros o acabaré con vosotros…
Cerca de mil guardiaciviles se acercaron en camiones por caminos tortuosos hasta tres puntos cercanos.
Salieron de Valencia, de Teruel y de Cuenca. Por trochas, entre aliagas, romeros, sabinas y pinos se fueron acercando. Llegados a la base, en cerco enorme fueron subiendo por la ladera, con gran dificultad entre matojos.
Al amanecer, las horas propicias de los asaltos, empezó la tragedia. Las metralletas y los naranjeros impactaron contra los pinos, las carrascas y las tiendas donde trece guerrilleros descansaban.
Salieron a la carrera, algunos intentando repeler como podían aquel ataque, otros con las manos en alto.
No hubo miramiento alguno. Todos fueron cayendo, regando con su sangre el suelo de este cerro, ya para siempre famoso. La orden de exterminio estaba clara, no había de quedar ninguno vivo.
No obstante, se salvó, herido, uno, que se ocultó bajo las ramas bajas de un frondoso pino y cinco compañeros que la noche anterior marcharon en busca de suministro y al volver se encontraron con todo el campamento revuelto…
Durante todo el día, los doce guerrilleros fueron arrastrados hasta el camino donde fueron cargados sobre mulos y llevados hasta un lugar propicio.
Los rostros desfigurados y los cuerpos destrozados dificultaron su identificación.
Por orden del mismo asesino, los doce guerrilleros fueron trasladados, en un camión hasta el cementerio de Teruel donde fueron enterrados en dos fosas del llamado cementerio civil.
En años posteriores todos los restos de esas y otras fosas fueron depositados en un osario dentro del mismo cementerio.
En esta mañana de este gélido mes de noviembre, hemos vuelto a homenajear a aquellos doce luchadores que dieron su vida por la libertad, hemos izado su bandera, la bandera por la que lucharon y hemos cantado su himno, el himno guerrillero:
Por llanuras y montañas
Guerrilleros libres van
Los mejores luchadores
Del campo y de la ciudad.
Que el ejemplo de sus vidas y de sus muertes y la de tantos otros que lucharon nos anime en estas horas en que el fascismo renace a seguir luchando por la VERDAD, la JUSTICIA y la REPARACIÓN de tantos crímenes y para que no vuelvan a suceder.
– ¿Qué pasó en Cerro Moreno? Artículo de Salvador Fernández Cava
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