No es un crimen decir la verdad ¡Free Assange!
Agencia Mp3. LQS. Julio 2020
En 2012, el australiano Julian Assange fue victima de un montaje que buscaba incriminarle en un asunto de abuso sexual, fue la excusa perfecta para que se iniciara una “caza y captura” internacional contra su persona. El activista pidió refugio en la embajada de Ecuador en Londres, donde ha permanecido siete años bajo protección del gobierno ecuatoriano y el apoyo del entonces presidente Rafael Correa.
Una historia de verdad y denuncia contra el imperio
En 2019, el actual mandatario ecuatoriano, Lenin Moreno, retiró el asilo a Julian, y las autoridades británicas lo detuvieron. Actualmente el activista se encuentra en la prisión de Belmarsh, al sur de Londres. Se espera que Assange sea extraditado a Estados Unidos para ser procesado por los delitos informáticos de los que le acusan: difundir la verdad y denunciar al imperio gringo.
Julian Assange, creador de WikiLeaks (2006), se volvió noticia en 2010, después de que en el portal se filtraran 700 mil documentos clasificados que se obtuvieron con ayuda de la ex analista de inteligencia del Ejército de Estados Unidos, Chelsea Manning.
Tiempo después salieron a la luz en diarios internacionales como The New York Times, The Guardian y Der Spiegel 92 mil documentos de la guerra de Afganistán conseguidos por WikiLeaks, y que mostraban información sobre las víctimas de las tropas estadounidenses y sus aliados, hecho por el cual el Gobierno estadounidense acuso a dicha plataforma de poner en riesgo la vida de los involucrados.
Tres meses adelante, el programador tenía otro as bajo la manga, pues logró filtrar 400 mil evidencias de la guerra en Irak, las cuales se encontraban bajo el resguardo del Pentágono, donde se daban a conocer casos de tortura y asesinatos cometidos por parte de los militares. De igual manera, dicha información fue compartida a más medios internacionales de manera simultánea.
Un gran jurado de Estados Unidos aprobó, el pasado mes de junio, una nueva acusación contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange, por el supuesto reclutamiento de ‘hackers’ vinculados al movimiento clandestino ‘Anonymous’ y por alentar en sus charlas que otras personas obtuviesen información clasificada susceptible de ser publicada.
El Departamento de Justicia confirmaba estas nuevas acusaciones, aunque ha matizado que no añade ningún cargo adicional a los 18 que ya se le habían imputado a Assange previamente. Sí amplía el alcance del posible delito de “conspiración relacionada con supuestas intrusiones informáticas”, que ya pesaba sobre él.
El nuevo documento recoge, además, que Assange conspiró con la exanalista militar Chelsea Manning para burlar una contraseña y poder acceder a datos clasificados en un ordenador del Departamento de Defensa norteamericano.
La defensa de Assange se queja en el tribunal de que solo conoce las nuevas acusaciones de EEUU por la prensa
Assange siempre se ha negado a su posible traslado a Estados Unidos, ante el temor a no ser sometido a un juicio justo. Este miedo le llevó en 2012 a recluirse en la Embajada de Ecuador en Reino Unido.
Assange está detenido en una cárcel de Londres a la espera de que se resuelva el proceso por la extradición solicitada por las autoridades estadounidenses. Se espera que la decisión llegue tras una serie de vistas judiciales que comenzarán el 7 de septiembre.
La solidaridad internacional sigue activa
Este pasado martes 21, en Londres, la diseñadora Vivienne Westwood, vestida de amarillo canario, se encerraba en una jaula gigante ante la corte de Old Bailey de Inglaterra, en una ‘performance’ para dar su apoyo al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, cuyos abogados aún pelean para que no se le extradite de Gran Bretaña a Estados Unidos.
“Soy Julian Assange”, rezaba uno de los carteles que Westwood ha llevado a la calle. Con un megáfono, además gritaba a los transeuntes que pasaban por allí: “No es un crimen decir la verdad” y “Soy el canario en la jaula”. Con su traje pantalón de color amarillo ha querido simbolizar el canario de la jaula que se utiliza detectar gases en una mina de carbón, como símbolo para representar la difícil situación en la que se encuentra Assange.
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