Tarde colombiana
Mil Poemas por la Paz de Colombia
Por hablar con un desconocido
Acudí tarde a la cita literaria
Con poetas colombianos
La Poesía de que se hablaba
Era a semejanza del polluelo
Que está en el huevo
Y lo engulle el otro
Y chilla en el gaznate.
Así Jotamario Arbeláez, adivinado
En su Poema de Invierno
“atravesaba los tejados…
A la sombra del palo de agua”
Mientras Alvaro Mutis
Con “un llanto
Un llanto de mujer
Interminable”
En su Ciudad
Piaba cual el pajarillo que pía
Después de cogido
Y del que está en el nido
Sabedores con Jorge Cadavid
En su Entrevista
Que “el veinte por ciento de los fresnos
Declararon que el rayo
Los penetraba en el corazón”.
Sabido el poema, los poemas
Repartido ya el Verso
Entre los otros que abrían el piquillo
Y piando por comida de la buena
La de cópula
Con Winston Morales Chavarro
Cantando A Eva en el destierro:
“Qué hermosa es Eva
Qué hermosa la serpiente que le rodea”
“tarde piache”, dije yo
Con voz infantil
Anunciando como un profeta:
“Colombia duerme debajo de un peral
Y le va a picar una víbora;
Caerá al instante una pera
Y la despertará
Evitando el daño de la víbora”
-Eso esperamos
Respondieron los demás contertulios
Comenzando a repasar las fotografías
De Lauren Mendinneta
En su A la doble que soy:
“Hay fotografías en las que no me reconozco.
Mi yo cobarde al mirarlas
Me obliga a pensar que existo en una sola
Y no en la suma de quien soy”
Viendo a Eugenia Sánchez Nieto
En su Caída en el silencio
Decir:“El viento borra huellas
Levanta tejas
Arrasa lugares”
Y viniendo cada cual
Al recuerdo de Amparo Inés Osorio
Cuando dice:
“Sitios que el hombre engendra como suyos
Nunca me fueron”
En su Señales ocultas.
Mientras un gato
Sacaba castañas de l alumbre
Una poetisa casada sin suegra
Empezó a decir que “Colombia es amarga
Que me llega a abrasar besándola”
Recordándole yo a ella, y a os otros
Los versos de Andrea Cote
En su Puerto quebrado:
“Si supieras que afuera de la casa
Atado a la orilla del puerto quebrado
Hay un no quemante”
Y un Sí de mensajero
Repliqué yo
Que de noche acude al cencerro
Como aquel abad
Que tenía amores con la mujer del mensajero
Y estaba concertado entre ellos
Que él saliese por la noche a los trigos
Con un cencerro
Con el que sonaba como un buey
Que, oyéndolo
Decía el mensajero a la mujer:
-Corre ve a echar aquel buey.