Volver en verso. Carmen Castellote

Volver en verso. Carmen Castellote

Iñaki Alrui. LQS. Abril 2021

¿Habrá sol en algún sitio de la tierra?
Nosotros somos el frío de una escuela de Siberia,
Que detiene la calle con su alfabeto mudo…

Entre el 6 de mayo de 1937 y el 13 de junio, 1937, partieron del puerto de Bilbao 19.144 niñas y niños al exilio, la España republicana que se aferró a la Justicia y a la Libertad sufría brutales bombardeos por tierra, mar y aire de unos militares sublevados que se aliaban con un creciente nazifascismo europeo. La República quería proteger a las criaturas, y evacuó fuera del país a un total de 37.500 niñas y niños, que partieron de varios puertos y estaciones de tren rumbo a países europeos de acogida. Los llamaron y los recordamos como “Los niños de la guerra”. Aquel exilio infantil de cuidados obligados que se preveía corto, fue para muches un adiós a España para siempre.

De una de esas partidas desde el puerto de Bilbao, 1600 niñas y niños llegaron a Leningrado, Unión Soviética. En las grandes cifras se diluyen las historias, se olvidan los nombres, desaparecen existencias, y la injusticia del olvido llena la historia de borrones negros de los que no podemos hacer lecturas, ni obtener aprendizajes. Una de esas niñas fue Carmen Castellote, tenía cinco años.

Kilómetros de tiempo. Un recital de poemas y textos de Carmen Castellote

Tiempos asépticos en el patio de butacas, distancias obligadas de pandemia en las que lo más cercano y cómplice que podemos compartir es una mirada. Se apagan las luces e inmediatamente en el escenario aparece nuestro primer personaje, un acordeonista, David Sanz, que con sus notas llenará todos los huecos que hay entre palabras, sin dar tregua al silencio entre versos. Puesta la música, llegan al escenario las voces, dos personajes que desde su inequívoca condición de actores ponen su voz y su interpretación a esta “niña de Rusia” de la que desconocemos todo. Una serie de imágenes proyectadas en el escenario son el complemento de este recital que nos mantiene expectantes, y desde principio a fin este espectáculo (función pública: escucha, deleite, asombro, contemplación, sufrimiento, gozo) nos envuelve dentro de un torrente de palabras, en la declamación de Lucía Barrado* o de Carlos Olalla, ya sean versos o relato de historias. Un engranaje admirable dispuesto por Mitad y Mitad producciones.

La guerra y yo

Caminos, kilómetros de tiempo,
nada puede apartarme de la guerra,
de sus muertos escondidos en mi infancia.

Y la vida nada sabe de este hoyo,
abierto aquí, en mi corazón.
Beben tierra los ríos como antes,
las estrellas se persiguen en el mar,
el monte se hace altar para la nieve
y el sol deja que la sombra juegue contra el árbol.

Todavía los niños juegan a la guerra
y la flor es asombro y soledad.

Es tarde y quiero dormir,
pero la noche está llena de muertos.

Iza el miedo sus alas nocturnas.

¿Acaso es la guerra?
Quiero ser manos, muchas manos,
para matar la obscuridad.

Un rocío de luz entra en mi mañana.

Los árboles se embriagan de aurora,
los hombres cruzan el pasto húmedo de la noche,
madrugan los caminos, bosteza la calle.

Una mujer quiere barrer el nuevo día
con su vieja escoba,
y en la orilla de un colegio dos niños luchan
mientras los otros ríen.

Ya nadie habla de la guerra.

¿Qué hago con los muertos?

Descubrir, conocer, existir, Carmen Castellote se hace presente, sus frases, sus poemas, su historia la hacemos nuestra según avanza la función, estas son las maravillas de la escena del olvidado exilio eterno, renacer con nosotros y viceversa. Conocer y aprender entre trenes, tiempos y distancias, dos guerras, dos exilios, mujeres, viajes sin vuelta, empezar siempre, llegar.

Gran trabajo en el escenario con un relato imparable por parte de todes, palabra y música se funden en un binomio inseparable. Y estupendo el compromiso de Carlos Olalla rascando la historia, empujando en nuestras memorias y recuperando a esta gran poeta del exilio republicano, hacerla presente es darnos futuro.
En el mundo de lo inmediato, nos faltan muchas historias, que son parte de una larga noche negra de nuestro pasado, sin las que nunca podremos construir un presente de luces, un futuro de libres. Poesía de la existencia, confesión de lo vivido en la fuerza del recuerdo. Batalla del relato de la vida.
Se recita, se dramatiza, se narra. ¡Silencio! ¡Oído! Clase de historia magistral en verso. Canto coral de tres personajes en el escenario y un cuarto personaje presente en el imaginario del público: Carmen Castellote. Prodigio de la escena: ¡volver! Dar vida, devolver, existir, ser. Recuperar del cajón de sastre la historia, la poesía, la mujer que a los taitantos años se ha convertido en la última poeta viva del exilio republicano, aunque para los presentes sea ahora un personaje que surca el espacio tiempo con sus cinco años y los ojos perdidos en un horizonte tan lejano y cercano a la vez. ¡Volver!

Con los exilios se marchó una parte de este país, y hoy en pleno siglo XXI ni si quiera hemos recuperado sus historias, sus vidas. Algo necesario para poder construir eso que se llama “País”.

Carmen Castellote está, ha vuelto para quedarse, por fin rompemos exilios. Busquen y vayan a la próxima función, vale la pena vivir para ver estas cosas.

Gracias, Carmen.

La “ficha”
Kilómetros de tiempo.
Un recorrido por la obra poética de Carmen Castellote.
Dirección y adaptación: Carlos Olalla
Interpretes: Carlos Olalla y Alejandra Morente *(En la función del día 24 la interprete fue Lucia Barrado)
Música en directo, acordeón: David Sanz
Producción: Pilar Sancho
Productora: Mitad y Mitad producciones
– Para tener información de las próximas representaciones consultar en el Facebook de Carlos Olalla

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2 thoughts on “Volver en verso. Carmen Castellote

  1. Hola, por favor, me gustaría poder contactar con la poeta Carmen Castellote o con su familia, vivo en México. Agradecería cualquier información que me acerque a su paradero. Salud

  2. 🙋‍♀️Me ha parecido fascinante biografia Carmen Castellote…A la vez de, fascinante y triste su niñez… Debido a lo que nos llevan las Guerras que solo unos pocos las desean para su propio beneficio… Y al resto nos destrozan… La vida…

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