YAK-42 y el cilicio que no sabía inglés


A partir de ese momento, el vuelo YAK-42 quedó grabado en las páginas de la historia española como un símbolo claro de la desfachatez y la cínica impudicia de los gobernantes del Partido Popular. Sus líderes son actores en una mala obra. Al mismo tiempo que se envolvían con la bandera de un patriotismo de salón, en el solemne funeral, haciendo gala de un compungido gesto mil veces ensayado ante el espejo, los “fontaneros” del gobierno se aprestaban a borrar sobre el terreno todo tipo de huellas de negligencia o culpabilidad; a ocultar la verdad y a interponer todo tipo de obstáculos para averiguarla. Cualquier cosa antes de que los familiares de las víctimas del accidente supieran lo que había pasado en realidad.
El presidente del gobierno de España, en aquellos momentos del YAK-42, era José María Aznar. El ministro de Defensa era Federico Trillo-Figueroa y Martinez-Conde, miembro supernumerario de la secta ultracatólica del Opus Dei. La secta tiene ahora mismo una fuerte implantación ministerial en el gobierno de Mariano Rajoy.
Tras el desastre, el ministro Trillo efectuó reiteradas y airadas manifestaciones con marchamo exculpatorio. ¿Dimitir? Ni se le pasó por la cabeza. Al contrario, se defendió como gato panza arriba, eludiendo cualquier tipo de responsabilidad, Incluso cuando quedó demostrada la falsificación de la identidad de 30 de víctimas por una mala práctica forense.
Por su parte, Aznar no hizo nada al respecto. Finalmente, ya en el año 2012, Trillo fue catapultado al exterior y nombrado por Mariano Rajoy embajador ante el Reino Unido, y allí sigue. Este “príncipe” el Opus Dei ascendió a los altares de la diplomacia de altura sin saber inglés.