Keith Richards: “Crosseyed heart”
Mariano Muniesa*. LQSomos. Octubre 2015
Mi primo Juan, stoniano “enfermo” como yo, con el que he seguido desde hace más de 20 años a los Stones por escenarios de todo el mundo, me comentaba este pasado mes de julio en una cálida noche de verano madrileño en la terraza de “El Refugio” que había leído en el New York Times on line una entrevista con Keith y con su amigo y colaborador Steve Jordan, de los X-Pensive Winos, que el guitarra de los Stones en esa entrevista había confesado abiertamente que después de haber terminado la gira de ‘A Bigger Bang’, pensó seriamente en retirarse y dejar definitivamente la música, para dedicar el resto de su vida a su familia, especialmente a sus nietos.
Al comentar esa idea a su amigo Steve Jordan, éste le cogió literalmente de las solapas de la chaqueta y lo llevó poco menos que a rastras a un estudio de grabación, y emulando a Andrew Loog Oldham, cuando encerró a Keith y a Mick en una cocina con un piano y les dijo que no les dejaría salir de allí hasta que no tuvieran una canción compuesta y lista para ser grabada a mediados de los 60, Jordan le espetó a Keith que no le permitiría dejar el estudio hasta que no tuviera canciones terminadas para grabar un disco, fuera cuando fuese.
Parte de lo que se produjo en ese arrebato es lo que se plasma en este ‘Crosseyed Heart’, el primer disco de Keith Richards en solitario desde el ‘Main Offender’ de 1992. Así que si es realmente cierto ese relato de Steve Jordan… ¡gracias, amigo!
Bueno… algunos diréis: “¿Que va a decir Muniesa del disco de Keith Richards, si es fan de los Stones hasta la médula y adora a Keith Richards?” y bien, podría no faltaros razón si os quedáis solo en la superficie de ese planteamiento. Yo por supuesto, y jamás lo negaré, admiro, y mucho, muchísimo a Keith Richards en su espíritu rockero, en lo que su música ha significado en mi vida y hasta en su actitud gamberra, transgresora e iconoclasta en el rock -quizá no tanto en otras cosas- pero mi admiración, mi respeto y mi cariño hacia mi hermano mayor, hacia mi padre en el Rock´n´Roll, hacia mi maestro en la noche y en la vida salvaje, hacia mi compañero de largos tragos de bourbon escuchando blues, no me impide analizar con objetividad y de manera crítica su producción discográfica, precisamente porque como stoniano de corazón, soy extremadamente exigente con mis Stones, precisamente porque ellos lo son consigo mismo más que yo o cualquier otro “enfermo” como yo.
De entrada, deciros que ‘Crosseyed Heart’ es por encima de todo, un disco muy stoniano, más incluso que sus predecesores ‘Talk Is Cheap’ y ‘Main Offender’. Es, con mejores y peores resultados según los casos, no solo el disco más stoniano de Keith Richards, sino el más personal, el más sincero, el que considero más genuino de nuestro Keith. Es un disco en el que nuestro hombre se muestra más como es él, el disco en el que muestra de manera más abierta, más descubierta, sus influencias, la música que escucha, que más le gusta, y que a menudo, aparece en los discos de los Stones en forma de guiños reggae, de detalles soul, de dejes rockanrrolleros atenuados, de susurros con aroma de tabaco, efluvios de alcohol, respiraciones entrecortadas y esa voz aguardentosa, nasal, rockera, íntima, cercana y amiga de nuestro Keith.
Se abre esta visita al corazón blues-rockero del jefe con una suerte de breve monólogo que es pura esencia de blues stoniano llamada como el propio disco, “Crosseyed Heart”, que es la mejor arma con la que este jodido filibustero inglés podía desarmarnos nada más empezar el disco. Guitarra blues -¡puro y jodido blues!- al más puro estilo del delta del Missisipi que lo confieso, me arranca lágrimas de emoción. Como siempre, este puto cabrón se sienta en una silla, rasga una guitarra, bebe un trago, da una calada a su cigarro, deja al desnudo su alma blues y me desmonta…. y a vosotros también, no lo neguéis ¿eh? Viejo cabrón, viejo gitano, puto jefe… en solo un minuto ya has averiguado que yo también tengo el corazón cruzado de viajes, heridas, aventuras… ¡Cómo me conoces, puto pirata inglés!
Sigue esta maravilla con una pieza de Rock´n´Roll fabulosa llamada “Heartstopper”, que la primera vez que la escuché me pareció en seguida una hija bastarda de aquel “Little T&A” del 81, del ‘Tattoo You’, ese rock´n’roll stoniano tan personal y tan genuino. Keith lo recupera y lo mantiene en “Amnesia”, otro temazo, rockero de pura esencia Stone que es una verdadera maravilla. Recuerda en cierta manera al “Take It’ So Hard” de su primer larga duración en solitario.
“Robbed Blind” es, sin más paliativos, una MARAVILLA. Tiene toda la personalidad Stone, todo el rollo stone de las baladas que Keith canta en los últimos discos de los Stones, y es una canción con un piano cautivador, unas guitarras cálidas cuyo slide te cautiva, te hipnotiza, y la voz de Keith… ¿qué os voy a decir? Es sentimiento, sentimiento puro y duro, besos furtivos, caricias clandestinas, respiraciones entrecortadas, poesía del sexo, placer del alcohol… simplemente, ser Stone, vivir Stone, respirar Stone… Si no eres capaz de vivir, sentir o entender esto, de verdad y sin que te lo tomes a mal, vete a ver Telahinco.
“Trouble” es un tema muy stoniano, que de hecho, yo desde que lo escuché por primera vez siempre dije que pensaba que podría haber estado en cualquiera de los últimos discos de los Stones: Es Keith en estado puro, es ese tipo de rock´n´roll atenuado, a medio tiempo, muy de los Stones con su voz nasal y dylaniana, cantando rock´n´roll desnudando el alma.
“Love Overdrue” es el típico rollo reggae que tanto le gusta a Keith. Bueno, OK, pero… tengo que ser crítico con él. Es un tema flojo y desinspirado. Es como aquel insulso “Too Rude” del ‘Dirty Work’. No esta mal, pero no deja de ser un tema de mero relleno. Por supuesto bueno, válido, pero por debajo, diría que muy por debajo del nivel que cabe exigirse a Keith. Mick nunca lo habría admitido en un disco de los Stones, estoy seguro.
“Suspicious”… ¡Hey! ¡este sí que es bueno! Para que te hagas una idea, es un tema casi gemelo del “This Place Is Empty” del último de los Stones. Si te gustó aquel, este te gustará.
“Blues In The Morning”… a pesar del título, es un rock´n´roll al más puro “Roll Over Beethoven” de Chuck Berry, si se quiere algo más desacelerado, con un saxofón maravilloso y un rollo rockero stoniano sensacional. ¡Este es mi Keith! ¡Wuau! ¡Esto es puto rock´n´roll!
“Something For Nothing” se caracteriza por un coro negroide, con reminiscencias a los The Police de los comienzos que se transforma también en un tema de rollo muy stoniano pero más… dijéramos entre comillas “comercial”. No esta mal como single para que suene en radio, pero está lejos de ser lo mejor del disco.
“Illusion”… oh… hijo de puta, aquí sí que me has dado en el centro del corazón. Si te gustó en su día el “Thief In The Night” o el “How Could I Stop?” de los Stones del ‘Bridges To Babylon”, aquí tienes a un Keith que es la continuación de aquel, lleno de inspiración, más relajado y más introspectivo. Igualmente, genial.
“Just A Gift”. Balada con Keith susurrándote al oído. Pura esencia Stone. Como dice el título, es todo un regalo para los sentidos. Jefe… aquí vuelves a cautivarme. ¡Qué cabrón eres, viejo maestro! Exactamente igual con esa medio balada medio folkie con aire irlandés, con esa magia acústica, preciosa, que es “Goodbye Irene”. Suena como un himno… Y ¿por que no? Puede serlo. Escúchalo con un vaso bien generoso de whisky en la mano, déjate llevar… y sé feliz. Yo ahora, según bebo y escucho, me estoy sintiendo feliz.
Gracias, maestro. Te perdono la resaca.
“Substantial Damage”… ¿os imagináis a Keith haciendo hard rock al estilo Led Zeppelin tardío? ¿no? Pues escuchad esta maravilla…
Llegamos al final con “Lover´s Plea”. Otro gustazo con teclados suaves, sección de viento muy sugerente, guitarras y coros cálidos y Keith más que cantando, susurrando… sugiriendo… invitando…
Este es nuestro Keith Richards de 2015. Duro y áspero, rockero y bluesero, sincero y genuino.
Señoras y señores, simplemente el puto amo. El Jefe. El ÚNICO JEFE.
Gracias, maestro,
Gracias, Keith.